CAPITULO 1

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Aquí estoy nuevamente corriendo para poder llegar a tiempo a mi trabajo, en mis 25 años que tengo no he aprendido el habito de la puntualidad pero que le vamos hacer no es algo que pueda cambiar de la noche a la mañana.

Demonios -digo, primer día y tarde genial Hanna esos 5 min. No fueron buena idea, espero que en mi primer día no me despidan por que estoy frita. Me digo para mis adentros.

Entro corriendo y me paro enfrente de la recepcionista.

Hola buenas tardes- la saludo- soy Hanna Flores vengo con la Sra Claudia- le dedico una pequeña sonrisa.

Me responde amablemente que tome asiento para esperar que baje por mi.

Después de 10 min baja la Sra Claudia que tiene una cara de pocos amigos.

Se me queda viendo de arriba abajo y me dice- No me gusta la impuntualidad y mas si es su primer día de trabajo- me pongo algo nerviosa ya se que debí de haber llegado temprano pero que le vamos hacer.

Disculpe no volverá a pasar- digo. Eso espero pienso.

Eso ya veremos por que encargare de que no dure mucho en esta empresa- me dice con un tono amenazante y yo solo asiento.- Sigame le enseñare las instalaciones.

Después de casi media hora dando el recorrido por la empresa y valla que es algo grande y después que me enseñara donde trabajaré diseñando la ropa, me dejo tomarme un descanso. Así que fui a una cafetería cercana, para poder tomarme un café por que hace un frío endemoniado.

Entre a la cafetería es muy acogedora, me senté en una de las esquinas la verdad es que no tenía ganas de estar cerca de nadie

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Entre a la cafetería es muy acogedora, me senté en una de las esquinas la verdad es que no tenía ganas de estar cerca de nadie. Después de que tomara la orden la mesera me perdí en mis pensamiento, pensando que todo hubiera sido diferente si no me hubiera enterado de aquello de ese manera pero nada se podía hacer y había tomado una decisión y no era tiempo para flaquear.
No me había dado cuenta que estaba empezando a llorar, que patético me debería se estar viendo. Y me limpie con fuerza las lágrimas había prometido no llorar. Esto no me iba a derrotar, no ahora que he decidido empezar de nuevo.

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