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Colocó la foto de nuevo en la mesita de noche y después apagó la luz de la lampara dando como consecuencia que la habitación quedara totalmente a oscuras. Por la ventana entraba un pequeño rayo de luz que venia de la luna, no vio el reloj pero dedujo que probablemente eran mas de las 2 am.
Gale no había llegado aún y se suponía que la reunión en la empresa no tardaría mucho, además de que sabia que era imposible tener una reunión a esa hora. Suspiro queriendo bloquear los pensamientos que llegaban a su cabeza uno tras otro, la sensación de ansiedad le subía al pecho y no tardaría mucho por pararse de la cama y volver a marcar al número de Gale para saber a que hora llegaría.
Cerro sus ojos e intento quedarse dormida.

                            ~~

Despertó sintiéndose cansada. Miró el reloj que marcaba las siete de la mañana. Sus ojos ardían y sentía el cuerpo adolorido, eso le pasaba cuando no dormía bien.
A regaña dientes se paro y fue al baño a tomar una ducha fría.
Una hora después estaba desayunando aún sin ninguna señal de Gale.
Poco después de eso la puerta de la entrada se abrió y Gale entró arrastrando los pies.

–Hola–Saludo con total calma–. No pude llegar, la reunión tardo mas de lo previsto y tuve que irme a un hotel. No quería conducir de noche.

Ella solo asintió cansada, no quería escuchar más excusas, mentiras o lo que sea que fuera que él le dijera.
Sus ojos pesaban y se cerraban sin quererlo, quería dormir de nuevo.
Se había hecho un café para poder mantenerse despierta, pero tenía la misma maldición de su madre; tomar café solo empeoraba el cansancio.

–¿No dormiste?–Le pregunto Gale sentándose frente a ella.–¿Me esperaste despierta? Regina, ¿cuántas veces te he dicho que no lo hagas?

Movía la cuchara dentro del café sin despegar la mirada de su acción. No quería discutir por lo mismo de casi todos los fines de semana, ya estaba aburrida.

–¿Ahora me vas a ignorar?–Volvió a preguntar.

Ella suspiro cansada y supo que no había forma de evitar la pelea.

–Gale me preocupo. ¿Y si te paso algo?¿Y si tuviste un accidente?.–Lo miro directamente a los ojos depegando su mirada de la taza–. Ademas, yo podría dormir mejor si tú te dignarás a llamarme diciéndome que no llegarás.

El se paso una mano por el cabello frustrado.

–¿Siempre pelearemos por lo mismo?

–¿Seguirás llegando tarde?–Contestó a la defensiva.

El suspiró–. Sabes que no es mi elección, Regina.

–Entonces sí, siempre pelearemos por lo mismo.

–Regina...–Dijo su nombre molesto.

Se levantó enfadada y lo miró frunciendo el ceño.

–¡Siempre es lo mismo! Llegas, estas una hora y te vas. Tienes reuniones demadiado tarde, sales todos los días y no me dedicas ni un solo segundo de tu tiempo.–Le dijo casi a punto de llorar.–¿Estos eran tus planes cuando me pediste casarme contigo? ¿Visualizabas un matrimonio así?

Su voz temblaba y su garganta estaba seca. Odiaba pelear con él, odiaba el hecho de que le estuviese dando motivos para pensar cosas que no queria pensar, quería seguir confiando en él.

–Es mi trabajo no puedo dejarlo, entiende.–Su voz sonaba con cierto fastidio.

–No te estoy diciendo que lo dejes, ni siquiera estás entiendo el punto.–Dijo ella tapándose la cara con las dos manos frustrada, no quería que la viera llorar.

El suspiro enojado, se dio la vuelta y volvió a girarse para mirarla con el ceño fruncido y señalandola con el dedo, siempre hacia eso y después se iba.

–¡Pues no te preocupes! ¡No te estoy diciendo que lo hagas!–Su voz era mas alta y ella fruncí el ceño, no le gustaba que le alzará la voz.

–¡Pues vete a la mierda!

–¡Bien!–Gritó él.

Volvió a girarse sobre sus pies y camino enojado hacia la puerta de la casa dando un portazo; de nuevo se había ido y no regresaría quien sabe hasta cuando.
Ella se tiro a la silla y tratl de calmarse para no llorar, pero lo hice.
¿Por que siempre estaba molesto?
¿Estaba haciendo algo mal ella?¿Es malo preocuparse por él?

Después de unos minutos se levantó y fue a la sala para ver la televisión.
Suspiré. Un año después de casarse todo empezó a ir mal. Gale se portaba diferente. Ya no la saludaba con un beso, ya no le decía cosas lindas, ya no llegaba a dormir, yanno salían.

Suspiró por décima vez en el día. Tomo la laptop que estaba en la mesa de centro y le envio un correo a mi madre, que seguramente se estará preguntando como estaba.

Para: Mama
De: ____
Asunto: Te extraño.

Madre, sé que las hijas deben ir a visitar a sus papás, pero no hay ninguna norma que diga que ellos no pueden venir a vernos.
Te echo de menos.
Las cosas con Gale no están yendo bien y no se que hacer. Estamos discutiendo todo el día.
Por favor contéstame lo mas pronto que puedas.

Te quiero.

Le dio enviar y espero por una respuesta, pero no la hubo.
Tomo su celular y le marco a Gale, a los seis pitidos la mando al buzón de voz, y así sucesivamente.

Nunca contestó.

Tiro el celular a un lado y gruñó. ¿Por que siempre se iba?¿por que no se quedaba con ella?
Su celular empezó a vibrar y el nombre de Gale apareció en la pantalla.
Inmediatamente contesto.

–¿Qué?–Su voz era fría. Jamás le había hablado así. Su corazón empezó a latir más rápido y no supo que decir.

–Yo...

–Mira, si no tienes nada que decir no me llames.

–¡Espera! ¿Puedes volver a casa? Por favor, realmente te necesito.–Susurró.

Escucho un suspiro del otro lado.

–Esta bien. En 20 minutos estoy ahí–Y colgó.

¿Algún te amo?¿no?¿nada?
Dejo el celular a un lado y espero la llegada de Gale.

La cuál nunca llegó.

Infiel » editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora