Puede que siempre halla odiado las historias donde solo hablan de los protagonistas, pero en mi historia solo quedamos los protagonistas, por lo cual cada vez mi historia se convierte en lo que antes tanto odiaba.
-Dejando de lado todo esto, es mejor que vallamos a mi casa, allí podre sanar tus heridas.
La miro a ella, está recogiendo sus cosas, mientras me dice esto y mientras no me mira le sonrío.
-Muy bien Keii-San tendrás que terminar de contarme la historia de tu gato.
Dice mientras se levanta y sonríe, su actitud fría y distante ha desaparecido completamente y una amable y calurosa personalidad que no había visto en ella aparece, se está abriendo hacia mí, me está mostrando su debilidad, sin embargo no pienso apuñalarla.
-Ya te dije que sobrevivió, probablemente aún le quedaban unas pocas vidas más.
Digo esto con mucho humor, ella se ríe provocando que yo también lo haga. De pronto entre susurros escucho "gracias por haberme rescatado del infierno" la miro y ella cree que no la he escuchado.
-Definitivamente el infierno no es lugar para los ángeles, alguien tenía que darse cuenta y sacarte de allí.
Ambos nos quedamos callados y continuamos caminando, después de pensar un poco en lo que digo me doy cuenta, para algunas personas el infierno no necesariamente está bajo la tierra y en mi caso el cielo no está justamente sobre mi cabeza.
-¿Q-que? ¿Acaso escuchaste l-lo que dije?
Dice muy sonrojada a lo que yo asiento con mi cabeza.
-¿Sabes? No todas las personas que están en el infierno están allí porque sean malas, probablemente están allí porque se han olvidado de ellas.
Dice ya en un tono un tanto melancólico.
-Es mejor dejar eso a un lado, después de todo conmigo no volverás a pasar por lo que has pasado.
-Está bien.
Ella me sonríe y continuamos caminando. Llegamos a su casa y entramos al lugar.
-O-oye ¿Tus padres no se molestaran porque traes a un chico a casa?
Ella me mira.
-No, no hay problema ellos no están ahora, están en Tokyo por cuestiones de trabajo.
Me dice mientras abre la puerta, entro y dejo mis zapatos en el recibidor.
-Si quieres me puedes esperar en mi cuarto voy a preparar un poco de té e iré por el botiquín.
-¿D-donde queda tu cuarto?
-Subes las escaleras y es la puerta de en fondo.
Me dice esto y se mete en la cocina, yo por mi lado comienzo a subir las escaleras, finalmente entro en su cuarto y miro detalladamente al rededor mientras me siento en el suelo.
-Ahora que me lo pregunto ¿Cómo fue que en un día ha pasado todo esto?, perdí a mi amiga y pelee con mi mejor amigo y ahora estoy en el cuarto de la chica que me gusta.
Digo esto sin darme cuenta que pensaba en voz alta. Comienzo a observar su cuarto, de hecho es muy normal, igual como me lo imaginaba.
Pasa una media hora y Kuroneko no sube.
-Oye Kuroneko.
Digo mientras bajo las escaleras, me dirijo a la cocina.
-Kuroneko responde.
Entro en el lugar y noto simplemente la estufa encendida, la apago, camino hacia el recibidor y noto que solo se encuentran mis zapatos.
-¡Kuroneko!
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Es Cuestión De Enamorarte.©
RomantikProbablemente hayas leído muchas historias de romance. Ya sabes aquellas donde el chico hace todo por la chica y al final terminan juntos. Se supone que en esta historia soy yo el protagonista y quien tendría que narrar mi propio romance, pero ser...