Logro despertarme, miro hacia la ventana, la tenue luz del sol logra asomarse a través de la cortina.
-¿Qué hora es?
Me pregunto levantándome de golpe, agarro mi móvil y observó la hora.
-¡La 1:35!, tengo que arreglarme para ir a ver a Kuroneko.
Me arreglo lo más rápido posible, agarro el oso de peluche que se encontraba en mi cama y bajo las escaleras.
-mamá me iré ahora.
Digo mientras me siento en el recibidor y me pongo los zapatos.
-A donde iras Keiichi-kun
Me pregunta desde la cocina.
-Iré a ver a Kuroneko.
Digo mientras me levanto y tomo el oso.
Salgo de casa y comienzo a caminar hacia la de Kuroneko. En el camino veo una caja que se mueve. Con el oso bajo mi brazo uso mi otra mano libre para averiguar de qué se trata, de pronto un gato salta y me toma por sorpresa. Es un gato negro con una gran mancha blanca en su pecho, sus ojos son verdes y parece que ha nacido hace unos dos o tres meses aproximadamente.
Acaricio al gato y al ver que nadie se encuentra cerca lo llevo conmigo.
Llego a la casa de Kuroneko y me paro frente la puerta, acto seguido toco tres veces. Prontamente me abre Kuroneko.
-¿Keii-Chan?
-Hola Kuroneko.
Sonrío un poco y espero a que me deje pasar
-Pasa.
Dice mientras abre la puerta un poco más.
Paso y dejo mis zapatos en el recibidor.
-Mira, ayer olvidaste esto.
Digo mientras le entrego el oso de peluche.
-G-gracias, ¿qué es lo que llevas en tu otra mano?
-Ah, mira esto también es para ti.
Digo mientras le muestro el pequeño gato.
-¿Un gato?
-Así es, pensaba que te sentías muy sola y encontré a este pequeño, tú serás como su madre y yo seré su padre.
-¡¿Q-que?! M-madre.
-Sí, no te preocupes por el dinero yo pagaré su comida y su arena, después de todo me debo hacer responsable de mi hijo.
Digo seriamente a lo que ella me mira muy sonrojada. Al parecer ella desea evadir lo que pasó ayer y yo solamente no llegaré a tocar el tema para no generar una atmósfera incómoda.
-E-esto, ¿quieres algo de beber?
-Me parece bien un té de hiervas.
-Está bien.
Dice mientras se dirige hacia la cocina, En ese momento comencé A subir las escaleras.
-Subiré a tu habitación como siempre, vamos Koneko.
Agarro el gato y lo acarició un poco.
Abro la puerta de su habitación y me quedo boquiabierto al ver lo que hay allí.
-¡Keii-Chan no entres allí!
Escucho a Kuroneko gritando mientras corre subiendo las escalas.
-Y-yo.
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Es Cuestión De Enamorarte.©
RomanceProbablemente hayas leído muchas historias de romance. Ya sabes aquellas donde el chico hace todo por la chica y al final terminan juntos. Se supone que en esta historia soy yo el protagonista y quien tendría que narrar mi propio romance, pero ser...