Salí del ascensor. Bajé por la trampilla que hay justamente al lado, y abrí la puerta. Dejé la maleta a un lado, de inmediato abracé a Nuria. Me encanta. Es tan achuchable y tierna, a la vez. Hacía un tiempo que no nos veíamos y ni hablamos, y eso que vivimos cerca. Pero de todas formas, la extraña.
Dani, cuánto tiempo sin abrazarte. Se me hacía bastante raro.- dijo con ternura
Nur, cielo. No te he llamado por historias y ya sabes. No quería agobiarte.- dije algo arrepentida
Daniela, te conozco perfectamente, pero es hora de que olvides todo lo ocurrido. Y hgas borrón y cuenta nueva. Todo irá mejor, hazme caso. - me dijo con ternura y me abrazó de nuevo
Eres la mejor, ¿lo sabías? - le dije
Y tú, para mi pequeña.- contestó
Pero de pronto se venía acercando un coche, hacia nuestro portal. Era el coche de mi madre. Aparcó, abrió la puerta y salió deprisa en busca nuestra.
Hola guapísimas, ¿todo arreglado y listo?- dijo mi madre
Nos miramos mutuamente, Nuria y yo, y nos empezamos a reír como niñas pequeñas.
Si todo arreglado y listo. - dijimos, entonces nos entró más risa
Está claro que nunca cambiaréis, ¿eh?- dijo con sacarsmo
Nosotras simplemente sonreímos.
Bueno, chicas vamos que llegamos tarde. Pasadme las maletas, que las meto en el maletero.- nos dijo
Mientras mi madre metía las maletas como podía, nosotras nos fuimos acomodando en el coche y tranquilizándonos. Cogí el Ipod de mi bolso, le coloqué los auriculares y uno se lo dejé a Nur. Cerramos las puertas traseras del coche. Nos pusimos el cinturón de seguridad. Y mi madre, no tardó en venir. Se subió enseguida, cerró la puerta, se puso el cinturón y abrió las ventanillas para que nos diera un poco el aire. El coche salió del aparcamiento, y nos encaminos hacia el aeropuerto. Yo mientas tanto, observaba el paisaje, y pensado en que el viaje iba a ser largo, y necesitamos descansar lo máximo, coger mucha energía y fuerzas. La necesitaríamos. Ya que el viaje promete ser movido y nosotras deberíamos estar preparadas y con la máxima atención.