Capítulo 13

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Capítulo 13 Ella y yo 

Hoy pareciera ser una mañana como la de cualquier otro día pero no lo es, en cuanto desperté mi pensamiento se dirigió a Lena, hoy sé con firmeza que ella es mi amor, mi vida entera, mi todo. Dejé escapar un suspiro, me siento completa e irremediablemente enamorada y eso me hace sonreír como idiota, quiero verla, así que me levante, me fui a la ducha, me arregle y salí del departamento. Tal vez y si nos damos prisa podríamos ir a desayunar antes de ir al trabajo.

Me detuve frente a su puerta, estaba ansiosa, demasiado ansiosa por verla así que tome un respiro profundo y espere un segundo para que mi corazón se tranquilizara y dejara de intentar de salirse de mi pecho. Un par de toques y solo tuve que esperar unos segundos para que la puerta se abriera. Casi muero, cabello mojado, una bata rosa que llegaba a medio muslo y ligeramente abierta que me dejaba ver con claridad parte de su pierna. Ella estaba en pocas palabras muy sexy y yo me estaba poniendo muy caliente.

–Hola– La escuche decir a lo lejos, pero yo estaba muda y no podía dejar de mirarla –¿Lizie?– La vi acercarse un poco más a mí y fue cuando nuestras miradas se encontraron.

–Eres hermosa– Le dije, ella me sonrió, me acerque y la bese.

–No más que tú– Tomó mi mano y me llevo dentro –¿A qué debo tu hermosa presencia tan temprano?–

–Venía a invitarte a desayunar– Respondí mientras me recargaba en el sillón para poder contemplarla por completo, es una linda vista y si quisiera la podría observar durante todo el día.

–¿De verdad?– Afirme con mi cabeza –Perfecto, deja y voy a vestirme...– La vi caminar hacia la que deduje era su habitación, pero de repente se detuvo, lentamente se giró y me miro con intensidad –... ¿Quieres ayudarme?– Juro que si no hubiera estado recargada en el sillón hubiera caído como costal de papas –Mmm, mejor no, si entras a mi habitación dudo que salgamos de ahí. No tardo Ratoncito– Me giño un ojo y entro a su cuarto, yo estaba en shock, muda y sobretodo loca de deseo.

–Vamos Lizie, calma, respira y relájate, eso es calma si no lo hacemos corremos el riesgo de que no podamos controlarnos y hagamos cosas... pero es que esas piernas largas y torneadas, con ese lunar tan sexy y... no, no, no vayas por ahí, no pienses en sus piernas Elizabeth, calma, respira, relájate, calma respira y relájate– Solté al aire acumulado en mis pulmones.

–Estoy lista– Me di la vuelta y esos cinco minutos en los que me decía a mí misma que me calmara no me sirvieron de nada, tan solo verla de nuevo mi ritmo cardiaco se aceleró y deje de pensar una vez más, solo veía piernas bajo una entallada falda –¿Qué estabas murmurando?–

–Yo... yo–

–Creo que lo mejor es que ya salgamos de aquí– Tomó mi mano y yo me deje guiar por ella –Cuando te sonrojas y pones esa carita, me fascinas– Se detuvo por un segundo y me dio un beso de piquito. Yo solo deje escapar una risa boba.

Creo que será fácil acostumbrarme a pasar las horas libres con Lena, cuando salimos del trabajo salimos a dar un breve paseo alrededor del edificio hasta llegar a la nevería que estaba en la otra cuadra, al volver del trabajo nos pasamos el resto del día recostadas en su sillón charlando, de todo; el clima, el trabajo, de nosotras. Lo difícil fue separarnos e irme a mi departamento, es que saber que está a mi lado y que solo nos separa una pared, es un poco frustrante porque yo solo quiero estar con ella. Así que con toda la fuerza de mi voluntad y un par de empujones de ella después de un último beso, dijimos buenas noches.

–Estas radiante, rubia– Me dijo Renne una vez que entre a nuestra habitación.

–Tú no te quedas atrás Lagartija– Y es que mi hermana tenía una sonrisa de oreja a oreja.

Seras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora