Pueblo estrella
Narra su escritora
Era un día muy tranquilo, el sol brillaba sobre el pueblo. Se pensaba que ese día no sería arruinado. Oh al menos eso pensó Sebastián
Sebastián, era un hombre fuerte y decidido, que trabajaba en ser carpintero. Como verán el era padre de 5 niñas. La mayor era Astrid con sólo 9 años de edad ella era rubia como su madre y de ojos azules, Elsa con 8 años de edad era igual a Astrid sólo que su cabello era más blanco, después seguía Rapunzel de 8 años de edad, ella también era rubia pero ella tenía ojos verdes, seguido Mérida que tenía 7 años de edad ella era pelirroja de ojos azules y la más pequeña era Ana de tan sólo 6 años de edad al igual que Mérida ella era pelirroja de ojos azules.
El las quería mucho, pero ya no tenía dinero suficiente para mantener las. Pues ese mismo día su vida cambió.
Llego Elena hermana de Sebastián, ella era de gente de dinero que ¿cómo?, es se aclarara después.
Elena quería llevar se a una de las niñas para criarla, porque así tendría educación, Sebastián no lo tomaba a mal, ¿le iba a doler? Si, pero prefirió ver a una de sus en una casa donde estaría mejor.Elena: vengo por tu hija
Sebastián: claro
Elena: y vengo por la menor
Sebastián: ¿qué?
Elena: que vengó por la menor así que da te prisa
Sebastián: sí claro (se va)
A Sebastián le dolía perder a Ana, pero estaba consiente que estaría mejor.
Sebastián: niñas preparen a Ana, que se irá con su tía (grita desde las escaleras)
Elsa: ¡si papa! (Grita desde su cuarto)
Astrid: ¿qué? ¿Ana se va?
Elsa: si (triste)
Astrid: pues eso no lo permitiré
Mérida: ¿qué piensas hacer?
Astrid: lo que toda hermana aria por la otra
Mientras las niñas preparaban su plan, Sebastián empezó una charla con su hermana
Sebastián: cuida mucho a Ana
Elena: claro te daré por ella (mientras saca una bolsa) 30monedas de oro (lo deja caer en la mesa)
Sebastián: Ana no vale 30 monedas de oro, ella vale mucho más
Elena: ¿qué le vas a poner el presión de la mayor?
Sebastián: no, pero tampoco vale eso. Mis hijas valen mucho
Elena: hay vamos, te daré sólo 30 monedas de oro, quieras o no
Sebastián: de acuerdo (triste)
Elena: además Ana la educare para que sea una buena mujer, cuando vea que ya esta lista la venderé a su futuro esposo
Sebastián: ¡¿qué?!
Elena: que...
Elsa: tía ya está en el auto (interrumpiendo)
Elena: perfecto, me voy (sale de la casa para después entrar al auto el cual arranco de inmediato)
Sebastián: dime que no la metieron al auto (mirando a Elsa)
Elsa sólo miró al suelo mientras soltaba una lágrima, su padre entendió que sí
Sebastián: no, no mi pequeña (corre tras el auto) ¡ANA! ¡ANA! ¡ANA HIJA! (Mientras corre de tras del auto) ¡ANA!
Ana: papá (lo alcanza y lo abraza)
Sebastián: Ana (responde el abrazo para luego dar le un beso en la frente)
Mérida: papá (llega corriendo al igual que sus otras hermanas)
Sebastián: si no se llevó a Ana, entonces a ¿quién se llevó?
Sebastián vio a cada una y luego al auto el cual observo alejarse asta desaparecer
Sebastián: Astrid