—Joder sí —Estoy sin respiración, jadeando.
Se inclina hacia adelante, la boca abierta, pero lo detengo.—Quiero chuparte la polla.
El Sr. Henderson se congela por un momento, luego se levanta, se desabotona su cinturón. Me deslizo del mostrador y hago sus manos a un lado para ayudar, tirando de sus vaqueros una vez abiertos. Mi boca se hace agua cuando veo que es un tipo de hombre comando (que no lleva ropa interior), su polla balanceándose libre tan pronto sus pantalones están abajo.
Dios.
Es tan grande que imaginé que no puedo esperar a tener mis labios alrededor de su polla. Es gorda, gruesa y larga, la cabeza ligeramente más grande que una ciruela. La bolas del Sr. Henderson son grandes, altas y parecen pesadas. Lamo mis labios, imaginando su sabor. Sin dejar pasar otro segundo, lo empujo hacia atrás hasta que está sentado en el inodoro otra vez.
Caigo sobre mis rodillas y no vacilo, tragándolo tanto como puedo, saboreando el primer indicio de almizcle, calor y dulzura salada que emana de su eje. Bajo mí, se sacude y tiembla cuando envuelvo mi mano alrededor de su polla, masajeando su barra caliente mientras chupo la cabeza de su polla como si mi vida dependiera de ello.
—Oh, _____ —Toma mi cabello, y un indicio de dolor punzante se funde a través de mí—. No sabía que eras tan buena. Chupa mi polla —Flexiona sus caderas, empujando su excitación más profundamente en mi boca.Lo libero con un ruidoso pop. —He tenido mucha práctica.
Me da una mirada sorprendida, sus ojos ampliándose, su boca abriéndose. Quizás no creía que yo era sexualmente activa. Incluso aunque soy una zorra de corazón, he engañado a muchas personas con mi fachada fría y angelical.Lo chupo otra vez, queriendo impresionarlo con mis habilidades duramente ganadas. Pronto está jadeando, ambas manos metidas en mi cabello. Su respiración jadeante se ha reducido a una cadena de cortas arcadas mientras muevo mi cabeza de arriba abajo. Amaso sus bolas mientras hundo mi boca hasta que la punta de su polla empuja la parte posterior de mi garganta. Estoy enojada porque no puedo tomarlo todo. Es tan largo y grueso que realmente tengo que estirarme para acomodar su alarmante circunferencia.
—Eso es, chupa mi polla gruesa —Sus dedos se entierran más profundo, como si me urgiera a tomarlo todo, darle más—. Tómala.
El pecho del Sr. Henderson se levanta, la expresión en su cara se endurece como si estuviera tratando duramente de evitar su orgasmo. Y no quiero que se corra todavía.