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Editado

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—Hija, te lo digo, es mejor que prepares pay de manzana —demandaba la señora de cabello rojizo y rizado, al teléfono. Llevaba abogando por el dichoso pay, los últimos 10 minutos. Iba sentada en el mismo asiento que Shay. Las luces de el túnel por donde pasaba el subterráneo, se reflejaban en su rostro. No paraba de decir lo mismo, Shay se estaba irritando, estuvo tentada a quitarle el celular a la mujer, y gritarle a la hija de esta, que preparara el estúpido pay, o bien, espetarle a la mujer, que su hija no quería, y debía de entenderlo. También se le ocurrió preguntarle, qué sí acaso no conocía los mensajes de texto.
No hizo nada de eso. Un poco harta, esperó sentada, hasta que por fin llegaron a la estación, Shay no perdió tiempo, y bajo de prisa. Resoplando una vez que termino de subir las escaleras, y salio a las calles. Camino un rato, hasta que encontró una banca sola y un poco aislada de las demás personas, en el parque. Quitó una mochila azul marino, casi negro que traía en la espalda, y la dejo en el concreto, junto a la banca y  se sentó. Contempló el panorama; un bebé llorando, mujeres con faldas floreadas, y de colores fastuosos, charlando entre ellas. Un grupo de adolescentes sentados sobre la acera revisando algo en sus teléfonos móviles. Tal vez aya un WiFi disponible. Saco su celular de su bolsillo, encendió el WiFi, comprobando que sí, efectivamente había una red abierta. Pensó que en otra ocasión, tal vez tiempo atrás, ella se hubiera puesto muy feliz, pero su amnesia no le permitía recordar ni su correo ni sus contraseñas. Y nadie las sabía a parte de ella, ni siquiera contaba con algún respaldo, o al menos no lo había encontrado aún. En otras circunstancias abría creado cuentas nuevas, pero por ahora no.
Aparto su vista de la pantalla y vio en la banca de enfrente, de pie junto a ella, un par de novios besándose... se quedo observándolos, él chico era más bajito que la chica, aunque se veían algo raros, hacían una linda pareja. La imagen de aquellos dos besándose, le recordaron a Nathan, apenas hizo aparición en su cabeza, Shay se ruborizó, sintió vergüenza y desagrado. Era obvio que ella le caía mal a él. Y aunque algo se removiera en su alma, cuando lo veía, no tenía que estar pensando en él,¡y mucho menos de esa forma! Ya no quería sentir nada. Las últimas semanas lo evitaba y evadía, se decía así misma, que todos esos sentimientos, no eran más que un invento de su desordenada mente. Y no debía presentarle la más mínima importancia, pero le resultaba algo imposible. Bajo la vista y apretó los ojos, se le estaba viniendo un ataque de ansiedad. El solo pensar en alguien de esa forma, la ponía mal. Ella no merecía ser querida por alguien. Nadie debía de quererla. No creía poder volver a estar en una situación como esa (sí es que laguna vez la estuvo). Su mano derecha, como sí fuera por voluntad propia, empezó a encajar sus uñas en su brazo izquierdo, de manera frenética, de arriba abajo.
—Oye —escucho cuando alguien le dijo, acto seguido sintió una mano sobre su hombro. Levanto la cara exaltada. Y cuando vio a un muchacho rubio y de ojos azules, parado frente a ella, su ansia fue sustituida por la vergüenza—. ¿Estas bien?
Shay se levanto negando con la cabeza y musitando 'no' muchas veces. Agarro él morral de el piso y empezó a caminar, él joven le grito:—Oye, ¡espera! ¿a dónde vas?
Cuando ella se dio la vuelta dos chicos más venían, hasta que se detuvieran tras el rubio. El rubio sonrió cínicamente. Y los tres se echaron acorrer tras ella. Los ojos de Shay se abrieron abruptamente. El pánico y él miedo hirvieron en su sangre.
No no no no no.
Corrió cuan rápido pudo.
Sus ojos se nublaban por las lágrimas. ¿Qué estaba pasando? ¿por qué esos chicos la estaban persiguiendo? No podía suceder otra vez. No.
Se giro a verlos, y ahí venían con esas sádicas y tenebrosas sonrisas.
¡Dejenme! —les grito.
Nunca —pronunció el chico rubio. Escucho esa palabra susurrar en su cerebro. Resonar dentro de su cabeza. Con aquella voz pegajosa y pastosa, que estaba en su pesadillas. En sus recuerdos más horrorosos. Nunca. Hizo eco otra vez.
—¡Basta! —volvió a gritar Shay. Con sus manos tapó sus oídos, pero la voz seguía ahí. Corrió más de prisa, hasta que choco con alguien, frenándola de golpe, casi cayó al piso.
—Hija, ¡por dios! —era una mujer de cabello canoso y grandes ojeras. La tomo por los hombros, la veía con miedo y preocupación— ¿qué te a pasado?
—Que se vallan —rogó Shay, con las palabras enredadas en su lengua—. Déjeme, déjeme —hizo su esfuerzo para que la mujer la soltera. Aquellos hombres venía tras ella, y sí no huía, la atraparían y eso no podía ser. Ya no sabía sí eran ellos, o él, quién la perseguía.
—Déjeme, déjeme ir —le rogó llorando y retorciéndose —. Ya vienen, no los deje —un llanto descontrolado la tenía sometida.
—¿Quién hija? —le pregunto buscando su cara— No hay nadie.
Cuando escuchó esas palabras sintió un súbito alivio. Pero cuando giro su cabeza vio la silueta grande y asquerosa de él.
La garganta de Shay hacía ruidos raros, no podía respirar bien. Entonces todo volvió a pasar otra vez; cayó absorta en la pesadilla de sus memorias, y cuando tomo él arma y disparo, su cabeza golpeó en la acera.

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           Hey! como ven, e editado algunos capítulos, y este en especial lo e cambiado por completo (tampoco es mejor que el anterior, pero seguiré intentando. :v) se preguntan por qué, pues es bc no me iba gustando, no era lo que quería dar a conocer cuando empecé a escribir esta historia, así que este cambio era muy necesario.
En fin, gracias por leerme
Y a ti, votaste y/o comentaste ¡gracias!

Oigan, qué les cuesta pasarse por mi fic: cool kids (?

Ily all 😻

Humo. (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora