VI

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«YA NO HAY NADA QUE HACER»

Narra Past.

Viernes 19 de febrero, 2016


07:00 p.m.

Ya era muy tarde para hacer algo con ellos, sabían la verdad, aunque no sé como lo averiguaron, y a pesar de que lo intentan disimular yo logró ver más allá de su farsa, estoy totalmente consciente de sus miradas de complicidad y sus sonrisas discretas, los roces innecesarios y los sonrojos disimulados. Finnix nos obligó a mí y a Destiny a dejarlos solos, ambos nos vimos y nos alejamos resignados, se aseguró de mantenerlos en absoluta intimidad en aquel momento y eso arruino por completo mis planes ¿Es tan malo querer solo un poco de poder? Ese chico ni siquiera sabe todo el poder que posee, no sabe dominarlo y nunca podrá hacerlo porque simplemente no le importa, si no le hubiese dicho que su vida corría peligro ni siquiera hubiese aceptado nada.

Él no merece ser el elegido del sol.

No quería hacerlo, pero debo separarlos, la guerra debe darse, él debe matarla y absorber sus poderes, y luego, veré que hacer con él, ella debe morir y no hay otra opción.

— Si no te conociera, diría que piensas en matar a alguien, Past. — Oí decir a Destiny a mis espaldas con su voz derrochando ironía como siempre, rodé los ojos irritado con el solo hecho de su presencia. — A mí también me alegra verte. — El sarcasmo era obvio en su voz y casi pude sentir su sonrisa burlona. Calle y espere que explicara el por qué de su presencia, pero cayó al igual que yo dejando un incomodo silencio en el ambiente, moví mi cola un par de veces y calle.

— ¿Y... a qué debo tu presencia Destiny? — Pregunté, curioso pero ajeno a cualquier estupidez que seguro dirá, mi mente está trabajando, intentando crear una manera de hacer que Alec desconfié de nuevo de la chica, no tengo tiempo para estupideces y menos de Destiny.

— Vengo a hacerte una propuesta. — Dijo, esta vez serio, sin su tan característico tono de humor irónico, me gire y me encontré con un muy serio Destiny, algo que nunca vi y que tampoco creí ver nunca, eso me intrigó. — La guerra debe suceder, y ambos lo sabemos, necesitamos separarlos si queremos lograr algo, y pronto. — Dijo con una sonrisa malévola haciéndose presente en su rostro, su cola completamente erguida. — Y para hacerlo, tengo un plan. — Su rostro se ensombreció y sus su pupila se volvió nada más que una fina línea al medio de sus ojos. —

— Bien, me has intrigado ¿Que tienes planeado? — Pregunté, de pronto muy interesado por lo que fuese a decir.

— Hay que matar a Alec y tú puedes hacerlo con relativa facilidad, yo diré que lo hice para defenderla, tú absorberás su poder, lo que te dará la fuerza que necesitas para matar a Lucy mientras duerme, las asesinas y yo absorbo su poder. Sencillo y rápido. Tú obtienes una parte y yo otra, y luego...pues, veremos qué pasa. — Destny habló como si estuviera dictando una receta de cocina, sin remordimientos, completamente frívolo, sin ningún titubeo en su hablar, y sospecho que sin ningún tipo de culpa en su conciencia, al final de todo, ambos queremos aquel poder y llegaremos hasta el final para conseguirlo.

Ya matamos a ambos guardianes, matarlos a ellos por conseguir el objetivo no cambiará nada realmente importante.

— Bien, ¿Cuando lo haremos? — Pregunté, dándole de nuevo la espalda, rasqué mi oreja, restándole importancia a lo que fuese a decir, pero, la verdad, no podría estar más interesado en lo que sea que va a salir de su hocico.

— No contamos con tiempo a nuestro favor, debemos empezar hoy, si todo sale bien, mañana ya ellos estarán muertos. — Dijo, asentí, aun de espaldas. — Bien, entonces vamos, tenemos que preparar algunas cosas. — Agregó, su tono irónico de vuelta, y su sonrisa de vuelta, aunque no lo veo, sé que la luce justo en este momento.

***

10:45 p.m

Esa noche nos quedamos a acampar ahí por una orden de Finnx. — ¿Alec, aun estás despierto? — Susurré y escuché un suspiro salir de sus labios, si, estaba más despierto, me levante y salte a su pecho, él dio un respingo a lo que solté una pequeña risa moví mi cola y baje de él. — Ven, acompáñame — Él se levantó, y me siguió. El centro de la ciudad se había convertido en un parque abandonado, sus bancos, faroles y todo lo demás están cubiertos en su totalidad por algún tipo hierbas rastreras y enredaderas, hay árboles enormes por todos lados, todo parecía completamente diferente, pero era el mismo lugar que era ayer, solo que más mágico. Caminamos en silencio, a excepción del sutil revoloteo de las alas de los insectos, lo lleve lo más lejos que pude del lugar donde Lucy y Destiny dormían, cuando creí suficiente distancia me detuve y me senté, moví un poco mi cola y solté un ligerísimo suspiro. — Alec, quiero contarte una historia. — Dije y él se sentó junto a mí, tome eso como una señal para iniciar. — Hace mucho tiempo, cuando los humanos llegaron al mundo, la magia ya existía, magia pura y blanca, sin la malicia o codicia que llegara a manchar su pureza, pero, al llegar, los humanos, no se conformaron con la magia que se les fue dada, su sed de poder aumentaba cada vez más y llego un punto en el cual la magia que poseían no era suficiente para ellos, así decidieron crear magia a partir de la que ya tenían, de ahí nació la verdadera magia negra, pactos de sangre, almas vendidas, dolor, sufrimiento, muerte, todo, lo que fuera por poseer más poder. — Calle un momento, y lo miré, el escuchaba atento, pero miraba directamente a la luna, mi cuerpo permanecía inmóvil a excepción de mi cola, que reflejaba mi impaciencia, pero él no parecía notarlo. — Cuando todo empieza a salirse de control, empieza la guerra por el poder, había solo dos líderes de aquella guerra, dos humanos, uno convertido en unicornio por la luna y el otro convertido en arpía por el sol. El unicornio quería ser único y poseer toda la magia existente en el mundo, la arpía, quería que todos le temiesen, que le adoraran como una Diosa, que se olvidaran del Sol, de la Luna y las Estrellas.

"Ambas criaturas iniciaron la guerra, y ahí es cuando ustedes, la chica nacida de la sangre de la luna y el chico nacido de la irá del sol aparecen a poner orden. El unicornio se enamoró de la chica y de sus ojos interminables, y la arpía del chico y de su implacable determinación, pero ambos, la chica y el chico se amaron en el momento en que se vieron, haciendo a un lado al unicornio y a la arpía, ignorando el amor que ellos les ofrecían, y quisieran destruirlos por no haberles, y eso hicieron, los asesinaron, pero algo les salió mal.— Calle, recordando todo aquello, las imágenes se reprodujeron en mi mente como si estuviesen pasando en justo ahora, tan vivido que es casi cruel, muy desgarrador, cerré los ojos, ahuyentando cualquier sentimiento de duda que pudiera crecer en mi interior.

— ¿Past? — La voz de Alec me sacó de mi trance, y más decidido que nunca, continué.

— Los guardianes. Las estrellas se enteraron de su plan, justo antes de que ambos murieran al mismo instante, tomados de la mano, mirando la vida desaparecer en los ojos del otro y sintiendo el peso de la muerte caer sobre ellos, los guardianes vieron todo aquello y castigaron al unicornio y a la arpía por su osadía. Las obligaron a existir en el plano humano como simples animales, a su suerte, desde el principio de los tiempos, hasta que se les diera la oportunidad de redimirse o de morir. — Dije, y mi vida, mi larga y tortuosa vida pasó frente a mí, reflejándose en la luna y haciendo que el rencor creciese en mi interior.

Ya es tiempo, él debe morir, y yo debo gobernarlo todo. Es mi destino, y no dejaré que nadie se interponga.

Me levante y lo mire, él seguía observando la luna, tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera noto cuando dejé de hablarle.

Hazlo. Hazlo. Hazlo.

Era lo que repetía en mi mente, me concentré y me hice desvanecer, él ni siquiera lo notó, estaba demasiado concentrado en sus propios pensamientos.

Me le acerqué y notó que algo iba mal por la manera en la que su cuerpo se tensó, pero no se movió, concentré mi poder en mi pata derecha llamas verdes se fundieron con mi pata, haciendo la forma de una espada, completamente real, asfixiante y abrazadora. Este es mi momento. La daga es lo suficientemente larga y sólida como para atravesar su corazón desde su espalda y quemar todo lo que toque. Respire profundo, apunte, y sin pensarlo, atravesé al cuerpo del chico que estaba frente a mí, sin ningún titubeo.

Pero algo salió mal.

El cuerpo que atravesé, no fue el de él.

Una melena azul cayó al suelo, asustándolo, y alarmándolo al momento de verla tirada en el suelo, con la respiración pesada y el dolor quemando desde adentro.

Eso no debía pasar, pero ya no hay nada que hacer.

Sangre de Luna [#WordlInfinity] [#WUp2016][#BGProblemAwards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora