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I

«NO LO TOMES PERSONAL»

Narra Lucy.

Jueves 18 de febrero, 2016

Desperté sintiendo los rayos del sol en mi rostro, me removí entre mis sábanas buscando el sueño que acababa de perder, quede boca arriba y espere a que mi alarma sonara para levantarme de mi cama aun con los ojos cerrados... pero la alarma no sonó. Pasaron quizá unos cinco o seis minutos hasta que decidí sentarme y ver la hora.

5:40 a.m

¿Por qué el sol salió a las 5:40 a.m? Quizá... pensare en eso más tarde, aun puedo dormir un poco más.

* * *

7:00 a.m

Eso marcaba mi reloj despertador mientras seguía emitiendo ese irritante pitido, me levanté con pereza y lo apague para luego bajar de mi cama.

Hoy debía ir por unas cosas que había olvidado la mudanza a la casa de mis padres. Camine por el frío piso de madera de mi nuevo departamento restregando mi ojo derecho y me metí al baño para lavar mis dientes y darme una larga y tranquila ducha. Mi celular sonó poco después qué salí del baño, ya lista para vestirme con una toalla púrpura envolviendo mi cuerpo.

Mamá llamando.

Se leía en la pantalla, tome la llamada, active el altavoz y deje mi celular sobre mi gaviete mientras buscaba mi ropa.

— ¿Mamá, pasó algo? — Dije, con mis bragas y mi brasier en la mano.

— ¡Cariño! Buenos días, ¿Te quedarás a almorzar en casa? — Preguntó, no necesitaba ver a mi madre para saber que le estaba sonriendo al teléfono.

— Tengo que salir a hacer unas cosas del trabajo, luego debo comprar algunas cosas para el departamento y después terminar un escrito, pero supongo que no habrá problema en almorzar en casa. — Dije, sonriendo, buscando un blue jean en las gavetas.

— Genial, preparé lasaña, nos vemos luego hija, te quiero. — Dijo, y ya yo saboreaba la lasaña de mamá.

— También te quiero mamá, nos vemos en un rato. — Hablé, tomé el celular y colgué la llamada. Me vestí, peine y salí de mi habitación para ir a la cocina a preparar mi desayuno.

Busque mi cereal, la leche, el bol un vaso y el jugo de naranja. Serví el cereal, luego la leche, serví el jugo y me dispuse a comer de mi cereal, pero olvide la cuchara. Gire, y con el codo golpee el vaso del jugo por accidente, cerré los ojos y extendí mis manos hacia el vaso, dejando mis palmas al descubierto ordenándole al vaso que detuviera su trayecto hacia el suelo como si eso fuese a funcionar y así estuve unos segundos esperando oír el vidrio romperse, pero el sonido nunca llegó. Abrí los ojos y el vaso estaba suspendido en el aire con el jugo saliendo de el completamente estático, como si fuera una película pausada.

— ¿Qué es...? — Susurre, mirando el vaso y su contenido extrañada, baje las manos, me acerqué y el vaso cayó al suelo, rompiéndose y derramando el líquido en todas partes. — Woa... eso fue extraño. — Susurré casi entre dientes y fui a buscar algo para limpiar todo ese desastre.

¿Qué se supone paso con el vaso? Pensé, buscando una respuesta lógica que no encontré, quizá, quizá no la hay y eso fue alguna clase de magia.

* * *

5:45 p.m

Eso marcaba el reloj de mi celular cuando me tumbe en el sillón de la sala de estar del departamento.

El día transcurrió con lentitud y todas las cosas extrañas que me pasaron hoy se reproducían una y otra vez en mi cabeza, las sienes me palpitaban y la inevitable jaqueca se hacia cada vez más presente.

Hoy vi cosas que nunca me imaginé caminando en la calle y que nadie más parecía notar. Vi ojos de gato en personas, juro haber visto un unicornio entre los árboles de un parque, vi hadas, nomos, centauros, y muchísimas criaturas míticas que toda mi vida me han asegurado que no existen, había personas con alas, branquias, escamas, plumas, colas de animales... y, ni siquiera ellos mismos notaban algo diferente, incluso pase junto a una chica con plumas en sus brazos —casi como alas— frente a un espejo, pero el espejo no reflejó las plumas.

Siento que estoy enloqueciendo, veo cosas en todos lados, y quiero ignorar que un gato negro con un ojo azul y uno verde me ha seguido desde que salí del departamento esta mañana.

— ¿Qué esta pasado conmigo hoy? — Pregunté en voz alta, muy frustrada con mis manos tapando mi rostro.

— No lo tomes personal, pronto no serás solo tú. — Escuché decir a alguien junto a mí y me asusté porque no había nadie en el departamento... nadie además de mí.