Capitulo 15

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El tiempo pasa rápido y a nadie le gusta eso... En algunas ocasiones, los días en la casa de los Hopps eran alegres, y muy divertidos.

El calendario decía que era martes, un martes en el que todos los conejos iniciaron con un delicioso desayuno, los pequeños conejitos iban a la escuela, mientras los "adultos" se quedaban en casa, ayudando en la cosecha, vendiendo los vegetales, o apoyando el negocio de sus padres, ese que se encontraba al lado de la carretera, Judy es una de ellas. Al terminar su desayuno, se alistó para ir a vender junto a sus padres.

— ¿Y si mejor falto hoy a la escuela para ayudarlos a vender? — propuso la conejita mientras su mochila morada colgaba de su pequeña espalda.

— Lo lamento, cariño — le respondió Judy al acomodarse el sombrero. — Debes ir a estudiar, es mejor ir a la escuela que ir a trabajar bajo el caliente sol — dijo dándose la vuelta viendo a su hermanita.

La pequeña sólo respondió con un bajar de orejitas.

— Oh, vamos — se acerca a ella y se agacha a su altura. — Será divertido — le acaricia la mejilla. — ¡Mira te propongo algo! Si vas a la escuela iré a recogerte yo, iremos por un helado, y podemos ir a jugar al parque, ¿te agrada la idea?

— Con una condición.

— Dime.

— Que el helado sea de Chocolate — dijo para después formar una sonrisa en su rostro.

— ¡Claro! Será de lo que tu gustes — le sonríe.

— ¡Wiii! — la abraza. — ¡Eres la mejor hermana mayor del mundo! ¡te amo! — le dijo con ternura.

— Te amo — le corresponde el abrazo. — Y tu eres la mejor hermana menor que pueda tener.

— Que mis demás hermanos no lo sepan... — dijo la pequeña mientras se separaba. — Se pondrían celosos — agranda su sonrisa.

— Tranquila, también los amo pero a ti aún más — se levanta.

Un claxon sonó, interrumpiendo el agradable momento.

— ¡Me voy! — se acomoda la mochila. — ¡Nos vemos después! — se despide, y sale corriendo para alcanzar el autobús.

— ¡Que te diviertas! — alcanzó a decir antes de que la pequeña conejita saliera por la puerta principal.

Después de unos minutos, Judy estaba lista para ir a trabajar junto a sus padres, ella atendería el puesto mientras, Stu y Bonnie se encargan de revisar los cultivos que se encontraban detrás del pequeño local.

— ¡Judy!, ¿ya estas lista? — gritó su madre.

— ¡Sí, ya voy! — de un brinco se levantó de la cama en la que se había sentado, salió deprisa, y cerró la puerta de su habitación.

[...]

Al bajar todas las cajas en las que se guardaban los vegetales, Judy comenzó a acomodarlos en su lugar correspondiente.

— Aquí tienes — dijo Bonnie al entregarle una calculadora. — Por si los clientes llevan en gran cantidad — le sonríe.

¿Simple Ladrón? [Nicudy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora