Un destino inesperado 1

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Era una noche tranquila en la Era Feudal y en una aldea se podía apreciar un grupo de jóvenes que charlaban.
Ese grupo era nada más ni nada menos que el de Inuyasha y la joven miko que Después de todos los acontecimientos ocurridos al final de la pelea contra Naraku, ellos dos lograron ser felices.

Claro eso era lo que todas las personas no tan cercanas a ellos dos sabían, pero lo que no se daban cuenta era que desde que la miko ya muerta llamada kykio había logrado volver a la vida, toda la felicidad de la joven kagome desapareció.

Ella creía que desde que Inuyasha la hizo su compañera ya no tendrían problemas. Vaya que se equivocó

KAGOME POV:

Era de noche y los chicos, Inuyasha y yo estabamos platicando. Contando anécdotas de nuestro pasado al viajar todos juntos. Era algo tranquilizador saber que estábamos todos bien y que en todas las adversidades siempre las vamos a enfrentar, juntos. Era simplemente algo gratificante de sentir.

Sonriendo y mirando al cielo con tranquilidad pude divisar a las serpientes caza almas."No, no debo preocuparme" pensé, pero lamentablemente escuché después como Inuyasha nos decía que ya nos durmiéramos haciendo que todos aceptáramos porque estabamos realmente cansados. Oh tal vez solo la mayoría.

Al entrar a mi choza junto a Inuyasha me fui inmediatamente a la cama mientras él se sentaba recostado en la pared. Estuve esperando que él no fuera a buscarla. Que cumpliera su promesa, pero no. Él nunca la cumplirá.

Cuando se acercó. Cerré los ojos pareciendo ante él dormida, lo cual creyó y con total discreción se dió paso a la salida de la cabaña.

Fin del Pov_

La chica azabache se paró rápidamente para poder seguirlo. No era difícil debido a las prácticas intensivas que ella misma se sometío, dándose el tiempo necesario para ser buena a tal punto de convertirse en la protectora del pueblo.

Salió de la cabaña con sigilo y vió como su "esposo" se iba corriendo.

Con pequeñas lágrimas en sus ojos, amenazantes de salir le siguió. Grave error ya que al llegar al lugar donde se encontraba ,ella pudo ver como besaba a kykio apasionadamente. Ella estaba apunto de retirarse con el corazón en la boca pero simplemente no podía... algo le decía, no, le implorara que se quedara. Haciendo caso a su sentir, con dolor seguía observando...

- ¿Inuyasha me amas?- dijo la miko muerta mientras le tocaba ligeramente la mejilla. Sus manos frías se movieron ligeramente en la tersa piel del peliplata. Este, en respuesta a la caricia de la mujer, la tomó de la cintura y con una sonrisa respondió;

- Claro que si Kykio te amo...- Una lágrima... y otra más bajaban con frialdad a las mejillas de Kagome... No podía simplemente aceptarlo. No podía.

-¿Y a la copia esa de mi reencarnación la quieres?- Preguntó con una falsa inocencia ya que ella había notado la presencia de su "copia" dándose la satisfacción de disfrutar como el corazón de Kagome se iba rompiendo. Kykio lo sabía. Sabía lo que estaba haciendo y lo que estaba por suceder,pero eso no le importaba.

Kykio después de haber revivido por segunda vez concecutiva, se había vuelto una cáscara vacía únicamente movida por el odio y rencor que consumían la única cordura que le quedaba pero esta vez a la persona a quién era dirigida no era a Inuyasha. Kykio sentía que su vida fue robada por Kagome. Sentía que está era simplemente un objeto para reemplazar su existencia y por más que tratara de alejar esos sentimientos... era inevitable. Estaba corrompida.

- No yo solo la hice mi compañera pensando en tí.- La frase que tanto Kykio quizo escuchar. Con discreción volió su cabeza y miró en dirección a su reencarnación. Ella ya no estaba, Kykio sonrió...

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Por otro lado... Kagome sentía quebrarse, pues esa fue la gota que colmó el vaso. Corrió y corrió hasta que sus piernas ya no pudieron más y cayó en las raíces de un árbol. Puso un campo de fuerza a su alrededor para no ser molestada y se dispuso a llorar a mares.

Ella lo quería, lo amaba y por eso se odiaba a ella misma por amarle y no repudiarle. Se sentí impotente debido a las incotrolables ganas de ir donde Inuyasha y decirle todo lo que tenía adentro.

Ella estaba tan distraída que no noto que algo o alguien la miraba de cerca.Pero al pasar el tiempo tuvo la extraña sensación de ser observada penetrantemente. Así que con el valor que tenía dijo: - ¿Quién anda ahí?- pero nadie respondió. Suspiró frustrada arrugando el entrecejo mientras se enderezaba totalmente, logrando una postura indiferente, lo cual llamó la atención del individuo.

- Te he sentido. Si no sales lo haras por las malas.- Ni ella misma se creía esa frase pero parece que funcionó porque desde un árbol una figura conocida bajaba y se colocaba al frente suyo.

- Sesshomaru- dijo sorprendida la miko.

- Por qué lloras-preguntó.

- ¿Eh?No creo que le importe Lord.- Con algo de frialdad respondió, estando a punto de retirarse pero El Lord no la iba a dejar ir tan fácil.

- Responde a mi pregunta.- dijo sin ni siquiera inmutarse. Él comenzaba a sospechar levemente la razón de su tristeza. Más bien estaba seguro de cual era porque él lo vio todo y con algo de pesar casi imperceptible en sus ojos quizo ayudar a la chica azabache.

- Es por tu hermano.Me ha engañado con kykio... aún cuando soy su compañera- la hermosa mujer frente a él estaba a punto de quebrarse.

El Lord no resistió...

- Tonta. Escúchame bien miko.
Nadie merece tus lágrimas ¿Oíste? -Dijo Sesshomaru con su tono frío de siempre pero para ella parecía ¿cálido?. Algo que nunca había notado en la actitud del Youkai. Distraída,siguió escuchando extrañada a las palabras del peliplata pero solo entre esas unas palabras llamaron su atención.- Menos alguien como ese híbrido. Él no las merece...- Pequeñas palabras para muchos pero con un gran significado para Kagome.

Sorprendida, alzó su cara y miró a los ojos del Lord. Mirándose por minutos que para ellos fueron eternos sin ni siquiera darse cuenta de ello. Era clara la situación y el única testigo sería la luna brillante. Radiando más que nunca pareciendo casi alegre ante aquellos dichosos escogidos, cooperando con tranquilidad al lado de su fiel servidor.

- Gracias me has servido de mucho y me he dado cuenta que no voy a dejar que él me siga utilizando porque él y yo desde hoy ya no somos nada.- dijo Kagome a la imponente figura que respondió con un suave movimiento de cabeza. A punto de retirarse, se detuvo suavemente al sentir como la azabache lo llamaba.- Gracias... - dijo sonriente Kagome, dándole un abrazo rápido sonrojándose en el acto, se retiró a paso rápido mientras la imponente figura del Lord la veía irse.

- ¿Qué es lo que siento,Kagome?- una suave sonrisa se coló por sus labios. Apreciando la calidéz que aún tenían sus brazos y torso,se dispuso a retirarse siguiendo el camino iluminado que la luna le brindó.






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Un Destino Inesperado.(Editada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora