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- Inuyasha- Exclamó la miko preocupada. Tal vez ya no quería saber nada de él pero aún así su bondad le exigía preocuparse por la persona que algún día fue su mundo entero. Mundo el cuál él se encargó de destruir lentamente.

- KAGOME- Volvía a gritar el hanyou. No se iba a rendir. Si tenía que arrastrarla por las fuerza lo haría.

- Miko detrás de mí- Dijo Sesshomaru que con delicadeza posicióno a la azabache detrás de él.

- Fhee ¿Crees que podrás quitarme a kagome eh? Yo NO te lo permitiré...-Inuyasha corrió a toda velocidad en donde se encontraba su medio hermano. Posándo su mano en el mandoblo de su espada la sacó con brusquedad pero fue lento en comparación de Sesshomaru que en un moviento ya estaba en su encuentro en una chocada de espadas.

- Eres lento Inuyasha...- dijo el Lord con burla.

- Fhee eso lo veremos-  Respondió con voz distorcionada el peliplata menor.

Sonidos de metal eran escuchados alrededor de donde se encontraban. El olor a sangre era interceptados por los dos contrincantes, los cuales eran concientes de las heridas que se formaban uno al otro pero de un momento a otro una luz se vio entre los dos contrincantes mientras ellos eran capaces de divisar dos alas de un color azul metálico.

-BASTA YA PAREN- La azabache estaba entre los dos peliplatas. Ella había bloqueado el ataque de las dos espadas... pero ella ahora era diferente. Además de las alas que tenía su color de ojos azules se volvieron... rosas y ahora su cuerpo se había definido más dejando así una figura esbelta envidiable cabe recalcar. Ella traía un kimono blanco con decoraciones de flores de sakura. Algo simplemente hermoso para la visión de los dos Taishos.

- Kagome...-Exclamarón al contemplarla pero de un momento a otro se desmayo.

Pero Sesshomaru fue rápidamente evitando su caída y se la llevó a su castillo ignorando las quejas de Inuyasha...

Pero lo que nadie se dio cuenta es que una voz se oía en el aire. Un susurro imperceptible.Se oía feliz y entusiasmado mientras susurraba con alegría.

-kagome. Mi niña al fin descubriste lo que eres ahora solo falta que enfrentes tus obstáculos y seas feliz... te deseo lo mejor, mi niña. Mi hija-

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Un Destino Inesperado.(Editada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora