Capitulo 2

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Era ya el décimo tercer cumpleaños de Kuni y Ayane estaba vuelta loca por los preparativos de la fiesta, a veces tenía la esperanza de que alguien, algún amigo de su amada hija apareciera en el lugar.

Por su parte Kuni estaba entristecida por la necedad de su madre, ella jamás había logrado hacer un amigo, peor aun, todos la odiaban, le molestaban e insultaban. Ella tenía miedo de herirlos si se defendía así que no lo hacía, prefiriendo entonces llegar a casa con la ropa rasgada y con el hermoso peinado que Ayane le elaboraba con tanto amor, algunas veces lloraba por la rabia de no defenderse pero al acordarse de su primera víctima cesaba su enojo.

[FLASHBACK]

-¿Quien es mi hermosa nietecita?- decía la mujer de ondulado cabello y aspecto joven, firme, terso.

La bebita que jugueteaba con una sonaja de plástico turquesa prestó atención a la mujer como si pudiese entenderle. Eso sorprendió a la apuesta señora quien hizo gestos graciosos lo cual provocó sonrisas tiernas en la nenita de aproximadamente dos años.

-Ven querida juguemos con tu pelota- Le dijo ella con ternura al tiempo que la alzaba para llevarla hasta el cuarto de juegos. La pequeña se acomodó rápidamente en los hombros de la mujer.

Al llegar la señora bajó cuidadosamente a la pequeña para dejar que se acoplara a el área. La niña empezó a jugar con un pedazo de plástico y lo mordía con sus aparentemente débiles dientes, parecía feliz y lo era.

La señora se acercó para arrebatarle el juguete de la boca pero en cuanto lo hizo la nena comenzó a llorar con una rabia desmedida y a pedir con las manos el objeto en busca de que no se lo quitara.

-No Kuni, esto no es un juguete- le indicó apartando lo mas rápido posible el objeto de la vista de la pequeña pero ella no dejaba de llorar y se acercaba gateando a donde la mayor estaba parada.

Fue ahí cuando comenzó el cambio, algo le pareció extraño a la mujer y preocupada se acercó a la niña.

Un retortijón puso a la pequeña boca abajo en el suelo, había dejado de llorar pero ahora gruñía suavemente. Kaguya acudió en su auxilio e hincándose a su lado intentó girarla para asegurarse que estuviese bien pero por alguna extraña razón parecía estar anclada a la alfombra.

Ella no sabía que mas podía hacer y optó por ir donde el teléfono que estaba en la sala de estar y comunicarse con su hija. El teléfono sonó un par de veces hasta mandarla a buzón donde le dejó un mensaje.

-Hija algo le pasa a Kuni, la llevaré al hospital, intenta comunicarte conmigo en cuanto oigas este mensaje- Concluyó y colgó para volver de nuevo a lo que hacía. El resultado fue el mismo y el sonido que emanaba de la pequeña niña había comenzado a intensificarse.

De pronto y por arte de magia sus bracitos se cubrieron pelo lechoso en cantidades fenomenales y su rostro antes hermoso y terso estaba ahora peludo y estirado de manera que se le marcaron pequeños pliegues de piel alrededor de la boca de la cual brotaron sus colmillos blancos como la leche, le salió una especie de cola enroscada que se abrió paso entre el vestido de la criatura.

Kaguya miraba anonadada aquella transformación y no sabía que hacer, casi se sentía desfallecer.

Terminado el proceso un pequeño cachorro lobuno de apenas un año se acercaba haciendo rabietas con gestos al tiempo que se acercaba a la mujer con paso lento pero firme usando cada una de sus patas para darse mayor impulso como intentando correr.

Finalmente sorprendida y asustada la señora soltó el pequeño juguete de plástico como indicándole a la bestia que podía tomarlo, pero lamentablemente había algo que llamaba más su atención ahora. Su abuela tenía tanto miedo que destilaba adrenalina y eso, aun a la edad tan corta de nuestra chica le causaba excitación, curiosidad y le hambriaba, ella desconocía quien era esa señora solo sabía que debía comer, seguía a su instinto así que llevada por el se lanzó con todas sus fuerzas hacia la contraria quien trató de hacerla a un lado pero una cría ya tiene suficiente fuerza a esa edad por lo que fue fácil evadir el golpe e incrustar sus bellos caninos en el cuello de su víctima quien sin mas dejó de luchar, dobló sus rodillas y cayó con todo su peso y el del animal el cual desgarró con facilidad la carne suave y caliente que cubría sus huesos.

Pronto aquella masacre hubo acabado y no había huesos, cartílagos o intestinos desperdiciados yaciendo en la alfombra, solo una mancha escarlata revelaba el lugar y las patas ahora rubís de la bestia indicaban el culpable.

[FIN DEL FLASHBACK]

-¿Querida, si invitaste a alguien de tu clase verdad?- Preguntó mas como una aclaración al tiempo que la miraba compasivamente.

-Madre, nadie vendrá. Me odian- Respondió con tristeza pero sin mirar mas que el suelo -¿Y como no lo harían si soy un monstruo?- Agregó ahora deprimida.

-No Kuni no lo eres... Escucha...- En eso el timbre sonó y aparte de sacar un buen susto a Ayane, le interrumpió -Hablaremos luego de esto hermosa, he ahí tu primer invitado- Anunció con premura pero alegría en su rostro.

Abrió la puerta y del otro lado un joven alto, apuesto, apariencia seria pero atlética de grandes ojos color celeste, piel almendrada y cabello azabache las miraba fijamente, luego de eso sonrió dejando ver sus dientes perfectamente blancos. Ayane estaba cautivada pero a Kuni no le daba buena espina. Se acercó al olerle tan extraño aroma y apartó a su madre que estaba poco mas pequeña que ella y entonces se dirigió con el contrario -¿Quien eres? ¿Que quieres?- Preguntó firmemente ocultando lo más posible su miedo.

El muchacho hizo una media sonrisa y se acercó demasiado a ella -Esa es la forma en que recibes a tu esposo- Dijo como molestándola pero una vez que se alejó el collar en media luna que llevaba lucía comenzó a brillar y luego el de ella también, debió haberlo reconocido. ¿Pero que era eso?

[CONTINUARÁ...]

Sangre de Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora