Capítulo 3

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Kuni estaba algo confundida pero no dejaba de ver el resplandor de su collar, siempre había creído que era hermoso pero ahora con el brillo de este le cautivaba aun más.

Ayane estaba igual de sorprendida. Ella no comprendía del todo -¿Quien eres?- Preguntó casi dudosa.

El hombre dio un paso al frente, miró a la mayor que le había hablado y sonrió frívolo -No es asunto suyo- Dicho esto desvió su mirada hasta la joven que aun parecía estar anonadada por el dije luminoso.

Ayane se sintió ofendida y estaba a nada de decirle que se marchara pero entonces cayó en cuenta que era el único sujeto que quizás podría ayudar a su hija.

-Me llamo Tatsunoko, soy el hijo de Sora y Kumo, fui elegido por tu madre para la ceremonia de unión cuando pequeños- Se presentó casi haciendo una reverencia con la cabeza.

-Yo no te conozco- Se defendió Ayane algo molesta.

El hombre se giró para mirarla despreciativamente -Tu no, debilucha humana, su verdadera madre, la reina de los lobos- Frunció el entrecejo y enseñó los dientes en amenaza.

Kuni aun no comprendía porque el dije en su cuello brillaba tan hermoso, se había ensimismado en ello que no oía lo que aquel sujeto le decía a su madre.
Mientras tanto ella trataba de no perder los estribos, lo hacía por su pequeña.

-Tu puedes enseñarle a mi hija a controlar sus poderes, se que puedes y serás de gran ayuda para ella- Admitió y le regaló una sonrisa de confianza.

-A eso he venido, la prepararé para ser mi esposa- sonrió y su mirada cambió -Kuni. Vengo a llevarte conmigo- Le habló al tiempo que se acercaba a ella.

-No me iré a ninguna parte- Respondió todavía observando el resplandor del collar.

Tatsunoko se sorprendió por la respuesta pero no se conformaría con un no.

-Podré mostrarte cosas que jamás habías visto- Le dijo casi emocionado y acercándose a ella la tomó del brazo delicadamente.
Kuni al sentir el agarre se asustó y buscó zafarse de el. -Dije que aquí me quedo- Miraba al chico con molestia y aguardaba paciente por su siguiente movimiento.

-Tienes algo que te ate aquí?- Lee preguntó esta vez relajado y serio pero aun sin soltarla.

-No es asunto tuyo- Respondió secamente, sus ojos cambiaron y entonces ella comenzó a mostrar sus dientes con amenaza.

-No me digas que te has enamorado de uno de ellos- Dijo despectivamente en burla -Mas te vale que no sea así- Agregó apretando con fuerza el brazo delgado de la chica.

-Me haces daño- Gruñó como advertencia.

-Bueno, acostumbrate- Le dijo esbozando una sonrisa torcida.

Los pliegues de la nariz se marcaron más en su rostro y su mirada antes bondadosa había perdido su brillo, su boca comenzó a alargarse, le salieron bigotes en las mejillas y orejas puntiagudas en la parte alta de la cabeza, la figura corpórea se deformó haciéndola doblarse sobre sus pies, obligándola a poner sus manos en el suelo, las cuatro extremidades se engrosaron de la misma forma y obtuvieron pelo, blanco, brilloso y sedoso. Cuando la transformación se detuvo Tatsunoko ya la había liberado y miraba inexpresivamente desde abajo a la bestia frente suyo.

-Eso fue rápido- Admitió algo alegre -Has practicado- Concluyó al tiempo que se alejaba de ellas.

Sin embargo Kuni se estaba lista para una pelea y continuaba con las amenazas físicas.

-Soy quien te cuida- Dijo una voz en su cabeza, Kuni se alarmó pero enseguida comprendió que era el contrario quien la atormentaba, venció su miedo y se lanzó hacia el con la esperanza de darle temor y que así se marchara.

-Tarde- Dijo de nuevo la misma voz pero para cuando ella pudo reaccionar su adversario había desaparecido, lo buscó con urgencia pero no lo encontró, probó olfatearlo pero tuvo el mismo resultado, al final decidió que el ya se había marchado. Procedió entonces a su transformación humana y se giró sobre sus talones para ver a su madre que esperaba no hubiese alejado con sus extrañas peleas.
Afortunadamente para ella su madre seguía ahí, le sonrió mostrando sus afilados colmillos y se acercó a la mujer que aun no decía palabra, amaba su perfume de jazmín, quería oler a ella, se frotó con todo su pelaje nevado para impregnarse de ese aroma que tanto la hacia feliz.

-Mamá- Gruñó tierna y casi como su fuera la palabra mágica terminó de transformarse. Ayane por su parte estaba tranquila, sabía que todo eso pasaría tarde que temprano, debían afrontar eso juntas. Después de todo solo estaban ellas.

[FLASHBACK]
-¡O ella o yo!- Bramó un hombre con furia después de haber lanzado un vaso contra la pared

-Chihiro, es solo un bebe- Imploró la mujer de mediana estatura y complexión delgada.

-¡Esa cosa es un monstruo!-Exclamó enfadado señalando ahora a la pequeña criatura que yacía en la cuna.

-Solo es diferente- Respondió entrecortado por las lágrimas.

-!Mató a tu madre!, ¡Ayane por Dios!- Cada vez más aumentaba el tono de voz y se acercaba ya bastante agresivo a la mujer.

-¡Basta Chihiro!- Exclamó rompiendo en llanto y tirándose al suelo para aferrarse por sus rodillas.

-Si quieres quedarte para que te mate bien, pero no me quedaré para contarlo- Advirtió y cruelmente tomó sus maletas preparadas con anticipación. Era algo que ya tenía en mente, desde que había llegado esa niña a su cuidado.

Ayane no se molestó en detenerlo, seguía dolida porque la dejaba pero no podría obligarlo, se limitó a seguir llorando hasta que vencida por el sueño se quedó dormida en el piso esa noche.

[FIN DEL FLASHBACK]

-Jamás te dejaré sola hija mía- Le susurró a la joven que dormía entre sus brazos -Moriría antes de abandonarte- Concluyó y la acomodó en su regazo para ella poder dormir también, a su lado como lo hacía a diario desde la noche que falleció su madre...

[CONTINUARÁ...]

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2016 ⏰

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