31 days.

día 20

querida kait; 

cameron intento hablar conmigo todo el día. y sabía que si no aceptaba, mi mente me gritaría mil veces que lo hiciese. y acepte. me llevo a la terraza, otra vez, y yo lo tomaba como su lugar favorito de aquí. "¿qué está mal, mandy?" preguntó, siendo tan dulce y delicado, esas pequeñas cosas que tanto lo caracterizaban. ¿y qué cosa no estaba mal en mí? esa era exactamente la pregunta. porque estaba tan completamente llena de defectos que desintegraban cualquier tipo de caracterización buena en mí. "nada, estoy bien. " "¿segura?" "cameron, es mejor dejar esto aquí, la pequeña amistad que tuvimos fue preciosa, me la he pasado muy bien, pero esto no me hace bien." solté todo, y me odie por hacerlo. "¿a qué te refieres con eso mandy?" él rió irónicamente negando con la cabeza. "¿no te hago bien? ¿qué mierdas estas diciendo?" negué cabizbaja para darme la vuelta he irme antes de que unas cuentas lagrimas se me escapen. "no, amanda, espera" él sostuvo mi muñeca y se quedó admirándola. observando cada cicatriz, que marcaba el comienzo de un mal día, y una forma estúpida de desahogarse. "¿qué es esto?" no respondí. recordé el día que lo conocí. él me dijo que no lo volviera a hacer. pero lo hice. "¿¡amanda que mierda es esa!?" "esto es lo que soy, esto es lo que hago cuando caigo malditamente enamorada de alguien que nunca en su jodida vida podría fijarse en mí, él cual nunca me entenderá y seguramente piense que soy una friki loca, lo siento, es por eso que estoy aquí. este es mi huracán, y al final del día, siempre lo tengo que calmar yo."