Aún recuerdo el día y prácticamente el momento exacto en que tuve mi primera charla con ella.
Fue un día de enero; aún se podían sentir los efectos del frío clima de invierno, esa intensa brisa que te cala hasta los huesos y que te hace desear jamás haber salido de la comodidad de tus cobijas. Y en una ciudad como la mía, que es conocida por sus intensos vientos, este efecto era realmente una mierda. El frío se sentía como si te clavaran miles de agujas por todo el cuerpo.
Ese día volvía a casa enfundada en mil y un abrigos (esta bien, puede que exagere un poco) después de una larga jornada de trabajo.
Lo cierto es que mis días eran y tal vez siguen siendo un poco monótonos, tenía una rutina un tanto aburrida, aunque para mi funcionaba.
Como cada día lo primero que hice al llegar a casa fue aventar mis mil y un abrigos al sillón que se encontraba en la sala, para luego tomar mi celular.
-Revisemos que hay de nuevo en facebook -dije para nadie en especial, pues la casa se encontraba vacía; pensé para mi "seguramente nada" .
Tal como pensé, no había nada que para mi resultará interesante o al menos eso creí, hasta que lo vi; la publicación que fuera el motivo de mi mayor felicidad, y de mi mayor tristeza.
Era solo una pequeña publicación de una chica que ni siquiera conocía, que ponía: "Joder, quisiera poder olvidarme de todo, dejar de sufrir por ti".
-No se si debería meterme -Por un momento lo dude- ,pero por alguna razón no podía dejar de pensar en ello; debí hacerlo.
-¿Estás bien? Escribí el mensaje y lo envíe antes de poder arrepentirme-
-No, no lo estoy -respondió-
-¿Te gustaría contarme?
-Si
Iniciamos la conversación y por alguna razón que aún desconozco ella en verdad me importaba, ¡joder! ni si quiera la conocía, no en realidad, la única razón por la que había aceptado su solicitud de amistad era la página de facebook en la que ambas eramos CDC, lo único que sabia de ella era su nombre, su edad, que era ex de mi ex y eso era todo, pero en ese momento no importo; estaba realmente preocupada por ella.
-Hey no estés triste, no debes dejar que las personas te lastimen de esa manera
-Lo se, pero han sido tantos meses y ya no se ni que somos, ni si quiera se que fuimos
-Vamos, por favor animate, se que no nos conocemos pero no voy a dejarte sola, siempre que quieras hablar estaré aquí
-Todos se van.
-Yo no me ire a menos que tú me lo pidas
-Gracias
-No me agradezcas, yo solo hago mi trabajo, además me gusta ayudar.
En verdad me gustaba ayudar, no mentí cuando tuvimos esa primera charla, quería ayudarla y que estuviera bien, realmente bien, así que seguimos hablando los días siguientes.
Conforme pasaba el tiempo, comenzaba a agradarme, me di cuenta de que la había juzgado mal, quiero decir que a pesar de su apariencia de "rebelde", en el interior no era mas que todo lo contrario; era sensible,y hasta cursi debo admitir.
-Sabes nunca pensé que serías así
-Lo sé, la mayoría de las personas no me conocen piensan que soy la chica ruda que no sufre
-Pero no es así, para ser una chica de 17 años has pasado muchas cosas y yo no sé, creo que no lo mereces
-Tal vez si, no soy una buena persona Alex
-Yo no creo que seas una mala persona, te conozco y se que no lo eres, creo que a pesar de todo nunca podría pensar que eres una mala persona
-Deberías
Preferí no insistir con el tema, una de las cosas que había descubierto era que, cuando algo le entran en la mente, no había poder humano que pudiera hacerla cambiar de parecer, además para ser sincera, Diana era una chica bastante negativa hacia si misma, pese a ello yo nunca llegue a pensar que fuera mala, al contrario me parecía que debajo de todo su caparazón se escondía una hermosa persona, y fue ahí cuando todo comenzó, no supe como ni porque, pero era la primera persona a quien escribía al despertar y la única por quien intentaba (aveces sin éxito) desvelarme hablando con ella.
-Deberías ir a dormir
-No, no tengo sueño -mentí-
-Aún así, es tarde y mañana trabajas
-Lo sé, pero quiero quedarme contigo
-Vamos a dormir entonces, dormiré contigo
-¿Estas segura?
-Si, vamos
Esos pequeños detalles eran los que me hacían saber que en su interior era una persona que tenía demasiado que dar, pero también se que tenia miedo, por ello le costaba abrir sus sentimientos, y yo no quería que se alejara porque para ser sincera tampoco quería alejarme de ella, no podía dejarla sola, no hasta que estuviera bien.
-Tengo que contarte algo
-¿Que pasa pequeña? (había adoptado esa manera de llamarla)
-Hoy salí con una chica, me la pase muy bien, ella toca en una banda y estoy emocionada, además es pelirroja, ¡me encantan las pelirrojas!
-Me da gusto que por fin decidieras salir con alguien, mejor aun que la cita saliera bien (En el fondo sentí algo que simplemente no puedo explicar, tenia emociones encontradas y dije la primera cosa sensata que paso por mi cabeza)
-Pronto la volveré a ver, me invito a verla tocar con su banda
-En serio me alegro por ti pequeña.
Realmente me sentí contenta por ella.
Sin duda comenzaba a sentir algo por ella, pero ni yo sabia que mierda me estaba pasando, no podía solo llegar y decir "hey siento algo por ti, pero no tengo ni puta idea de que es" así que decidí no decir nada y fingir que no pasaba nada.
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