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L O T T I E

Mi tío llegó a la casa a la mañana siguiente cerca de las 6:00 A.m. Tenía unas cuántas maletas y venía hablando por teléfono. Pero al verme colgó y se acercó a mí.

—Lottie, pero que grande estas—Me abrazó y pude sentir que su mano rozaba mi trasero.

—Hola tío, hace tanto tiempo que no nos veíamos. Ven pasa, te ayudaré a instalarte en tu nueva habitación.—Le ayude con una de sus maletas más pequeñas y entramos a la casa.

A decir verdad, mi familia tenía mucho dinero y vivíamos en una mansión. Teníamos toda clase de lujos, pero honestamente yo odiaba a mis padres y estaba feliz de tenerlos lejos estas vacaciones.

Guíe a mi tío por la inmensa mansión para llegar al que sería su nueva habitación.

—Bonito ¿no?—Dije mientras abría la puerta

—Acogedor.

—Dejaré que te instales, nos vemos para comer abajo—Me despedí dándole un beso en la mejilla, era mi tío favorito.

Baje las escaleras hasta a la cocina y me dispuse a cocinar algo, tome todos los ingredientes excepto uno, la pimienta. Estaba en la alacena y yo no la alcanzaba, así que me puse de puntillas y mientras trataba de tomarla, unas manos tomaron mi cadera y sentí una presión en mi cuerpo. Me paralicé un poco y me dí lentamente la vuelta hasta quedar de frente con mi tío.

—¿Buscabas esto?—Dijo con una voz ronca. Había muy poca distancia entre nosotros.

—Si, ahora dámela —Traté de tomarla pero la alejó y me hizo quedar aún más cerca de él, lo que me hizo ponerme muy incómoda.

—No, así no. Pídemela bien.

—No estoy jugando, dámela tío—Solté una risita nerviosa por la distancia que había entre nosotros. Levantó una ceja y se acercó más a mi.

—Ahora no te la daré, ¿Qué vas a hacer al respecto?

—Tomarla—Me abalancé sobre él y en lugar de conseguir la pimienta, conseguí unir nuestros labios en un beso que pronto el profundizó. Trate de separarme pero él solo me apretaba más.

Conseguí alejarme de él y me di una bofetada que lo hizo voltear la cara. Corrí hacia mi cuarto y me tire en mi cama a llorar. Un rato después el entró.

—Lottie... Lo siento—Dijo con lo que sonaba a arrepentimiento.

Pero al levantar la vista, él estaba con una sonrisa malvada y unos ojos llenos de lujuria, nada parecido a lo que vi allá abajo.

—¿En qué estábamos?—Dijo mientras cerraba la puerta y me acorralaba contra la pared.

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Dirty UncleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora