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J A C K

Estaba ansioso por pasar este mes con mi sexy sobrina Lottie, es tan atractiva que no puedo esperar el día que pueda follarla.

Al llegar con ella no pude evitar intentar algo y al ver que no se resisto, decidí ir por más. Ahora estoy más determinado que nunca a llevármela a la cama y hacerle lo que siempre le quise hacer.

—¿En qué estábamos?—Cerré la puerta y comencé a acorralarla contra la pared.

—Tío—Dijo con voz un poco nerviosa.

—Tranquila princesa, no pasa nada—Sonreí maliciosamente.

Me acerqué lentamente para apoderarme de sus labios salvajemente, ella me siguió el beso y levante sus muñecas y las apreté contra la pared con mis dos manos. El beso se tornó más intenso y fui introduciendo mi lengua en su boca, hasta que pude hacerlo completamente, ya que ella se resistía y terminó en una guerra de lenguas.

Hice que enrollara sus piernas a mi cadera y la llevé a su cama, la puse sobre esta y comencé a bajarle sus cortos shorts que traía puestos, seguí con sus bragas hasta que terminaron en sus tobillos.

—Que mojada estas para tu tío—Alcé la vista para ver su cara y ella gimió.

Metí un dedo en ella y comencé a masajear su clitoris, ella gruñó de placer y yo seguí con mi trabajo. Metí mi segundo dedo y se arqueó gimiendo mi nombre, metía y sacaba mis dedos cada vez más rápido.

—Ahh, tío—Gimió de nuevo.

—No, así no, es Jack.

—Oh, Jack—Gritó de placer.

Por fin metí mi tercer dedo y ella tenía ya una capa fina de sudor en su frente. Para que llegara al climax y se corriera en mi.

—Jack estoy tan cerca—Gritó una última vez y llegó al orgasmo calló tendida en la cama.

—Cariño, estás lista para mí.—Ví su cara de diversión y me baje los pantalones lentamente mientras ella desabrochaba mi camisa.

Una vez que estuve en bóxers, metí mis manos bajo su blusa y apreté su pecho derecho haciéndola gemir, después el otro y callé sus gemidos con un beso que se convirtió en una guerra de lenguas. Le quite su blusa y desabroché su sexy sostén negro de encaje que traía puesto.
Pronto comencé a lamer y chupar cada uno de sus pechos, sus pezones estaba tan duros. Fui bajando mis besos hasta llegar a su coño, lamí y succione lo más que pude.

Por fin deje mi tarea y baje mis bóxers de una vez, me acomode en medio de ella y entre lentamente.

—Relájate y disfruta pequeña—Susurré en su oído.

Dirty UncleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora