Como si de nada tratase, el pequeño observaba por la ventana polarizada.
Un pequeño pelirrojo con los ojos achocolatados, sus mejillas regordetas y su sonrisa inocente, su mirada gritaba incontables veces "inocencia" no conocía muchos aspectos de la vida pero a pesar de haber estado encerrado durante toda su vida, el pequeño aprendía cosas nuevas, ya sea por televisión o por cualquier ventana, la naturaleza y tecnología le enseñaron muchas cosas, de las cuales el pequeño estaba orgulloso.
Sus manitas estaban en el vidrio, su cara completamente pegada a éste intentando ver un poco más de lo que su madre estaba haciendo.
Todo se hacía un tanto oscuro detrás de aquella ventana, pero Taemin se las arreglaba para adaptar su vista y ver al exterior, el vaho quedaba marcado en la ventana y a la medida de unos segundos volvía a desaparecer.
Podía ver a su madre, parecía estar esperando a alguien, las arrugas de la señora estaban marcadas y un temblor característico amenazaba ambas manos, su mirada estaba perdida, quizá haya consumido una de esas pastillas que Taemin encuentra todas las noches debajo la cama de su madre, "para calmar el dolor" pero ¿Qué dolor?
Un auto elegante con vidrios polarizados, y brillante superficie, sus ruedas con cara blanca y si entrecerraba los ojos lograba ver personas, personas grandes, personas muy grandes, para Taemin claro.
El auto se estacionó frente al humilde hogar de Taemin, hogar que estaba rodeado completamente por tierra que se levantaba a la danza del viento, su casa parecía poder derrumbarse al primer roce de la brisa, las ventanas polarizadas eran lo más cuidado, claramente por el pequeño Taemin, su cama se encontraba en un rincón alejado de toda la casa, y su madre simplemente lo trataba como un animal más en aquella granja.
El auto parecía ser demasiado elegante para pisar un suelo tan sucio pero poco le importó, la tierra se levantó y cuando se disipó recién las puertas se abrieron dejando ver a varios hombres de traje, sus zapatos parecían de marca su traje negro contrastaba con cualquier otro color de aquel pequeño lugar.
Taemin vio como aquellos señores se acercaban a su madre, y como cualquier otro niño, Taemin temía que dañaran a su "adorada madre" quiso salir de casa y caminar hasta ella intentando protegerla, pero seamos sinceros un niño de siete años no podría defender a su madre, no cuando apenas salía para respirar un aire libre.
Sus lágrimas corrieron viendo a su madre, esperando que nada llegara a pasarle, y sus ruegos quizá fueron escuchados.
El portón de aquel auto elegante volvió a abrirse, un chico joven, alto y de piel morena bajaba; parecía asqueado por el lugar que sus zapatos de marca pisaban, se acercó a los demás hombres y a la mujer, Taemin quedó totalmente petrificado, aquel chico era realmente "atractivo" a pesar de no conocer esa palabra, lo que sintió Taemin se parecía a aquello.
Una pequeña y sincera sonrisa se asomó en sus labios al ver que aquel joven trataba bien a su madre, suspiró aliviado y dejó de apoyar tanto la cabeza en el vidrio.
Sus nervios aumentaron cuando vio a aquellos señores con su madre acercarse a su casa, Taemin se separó rápidamente de la ventana y fue a su rincón donde su cama parecía estar echa de cartones y periódicos viejos.
Abrieron la puerta de la casa y todo fue iluminado por la luz del día, Taemin se sintió acosado, aquellos señores lo observaban fijamente y el moreno sólo le sonrió, volteó a ver a su madre y después de cruzar algunas palabras le entregó un gran fajo de dinero, junto a una pequeña bolsita que Taemin reconoció como las pastillas que mamá tomaba.
Y sin saber la razón su pecho empezó a comprimirse, su pequeño y tembloroso cuerpo se arrinconó en la esquina tratando de que se perdiera en ella, el moreno sólo observaba, mientras que los demás se acercaban a Taemin.

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Adicción (kaitae - Taekai)
FanficTaemin es un pequeño que debe hacer lo necesario para sobrevivir a la trata y tráfico de personas. a pesar de ser un niño de siete años aprende a ver el mundo de diferente manera Nuevas oportunidades e ilusiones son ilustradas en su vida pero cada p...