Capitulo 2

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Martes24 de septiembre

Me levanto con mucha pereza. Ya empiezan las clases de verdad, los deberes, exámenes y sobretodo estudiar. Pero también los entrenos y estar con mis amigas y eso lo compensa. Me visto, cojo la cartera y salgo a picar a las habitaciones de mis amigas. Al salir veo a Ana ir hacia clase y me mira de tal manera que si las miradas matasen yo estaría muerta dos veces, a veces puede llegar a ser odiosa.

Llegamos a la clase de psicología justo a tiempo, y Marcos ya está sentado en nuestro pupitre doble, ojeando el libro nuevo de la asignatura. Me acerco y le saludo. Él sigue sonriendo igual de radiante que ayer. Entra la profesora, y todos mis compañeros que iban revoloteando por la clase se sientan rápidamente en sus sitios.

-Buenos días, hoy por fin empezaremos psicología.- la profesora habla a toda la clase mientras escribe una palabra muy grande en la pizarra- y hoy empezaremos el libro, que como os dije trata del sentimiento humano. Y el primero que estudiaremos está escrito en la pizarra.

Se aparta y puedo leer que pone: ATRACCIÓN. No pensaba que eso fuera un sentimiento.

-La atracción se puede sentir tanto con una persona como con un objeto. Pero a veces las personas, sobre todo vosotros los jóvenes confundís este sentimiento con el amor. Y no lo es. Lo que si os puedo decir es que de la atracción al amor hay un paso. Paso que es mejor no pasarlo muy rápido a vuestra edad y pensar bien antes de elegir. Estoy segura que algunos de la clase sentís atracción por una chica, y las chicas por algún chico.- Marcos se remueve inquieto en el asiento, me mira y cuando le voy a mirar aparta rápido la mirada.- Es muy normal, pero en la edad adulta es menos frecuente que pase.

Después de un largo discurso de cómo controlar nuestra atracción y de los efectos que provoca. Salgo de clase junto a Marcos, que juntos entramos en la segunda. Estamos haciendo buenas migas, y puede llegar a ser uno de mis mejores amigos aquí.

Las clases pasan lentas, y ya tenemos un examen y montones de deberes. Al llegar al comedor mis amigas me han guardado sitio, la mesa esta en el fondo del comedor así que tengo que pasar al lado de la mesa de los chicos, que como no, en la que también esta Ana y sus amiguitas. Me dirijo a pasar por al lado con mi bandeja de la comida, pero un tío planta un pie delante mío y me caigo de morros encima de la bandeja. Me he manchado toda la sudadera del puré de patatas. Ana se ríe descaradamente junto las otras ''lapas'', y sé que esto ha sido obra suya. Me levanto y antes de poder decir nada Marcos se levanta de esa misma mesa en la que estaba sentado y se pone enfrente del tío que me ha hecho la zancadilla.

-¿Pero a ti que te pasa?- el gilipollas ese se levanta y se pone a la altura de Marcos- ¿A caso te ha hecho algo?- esta gritando mucho, quiere defenderme.

-Mira tío no se dé que vas defendiéndola, ¿quién te crees? ¿Superman?- todos se ríen y Marcos aprieta los puños, esto va acabar mal, así que lo cojo de la mano y nos vamos fuera del comedor.

-¡¿Pero quién se creen?!- aun grita cuando estamos fuera, le ponga una mano en el hombro.

-Déjalos esto es siempre así y no cambiará- me mira a los ojos y con el contacto de mi mano parece que se le ha pasado un poco pero después mira mi mancha en la sudadera y sus ojos saltan chispas.

-Te acompaño a cambiarte.- sugiere.

-Sí, vamos.- me pongo a caminar y él me sigue.- Y podemos sacar un bocata de la maquina que hay en el pasillo para comer algo.

Tras cambiarme de sudadera, nos cogemos un bocata de jamón y lo partimos por la mitad, vamos al campo de atrás del instituto que parece ser que solo se utiliza para la presentación de los equipos, porque nunca hay nadie. Será por que esta cerca del ''Bosque negro''

ENTRENAR MI CORAZÓNWhere stories live. Discover now