ENTRENAR MI CORAZÓN

Capitulo 4

Jueves 26 de septiembre

Estoy sentada en mi pupitre de psicología esperando a que llegue Marcos, pero está a punto de empezar la clase y aun no llega. Yo me preocupo, pero Ari me tranquiliza des de su pupitre diciéndome que se habrá dormido, ya que ayer llegamos tarde.

La profesora está a punto de dar su explicación cuando por fin se abre la puerta de clase y aparece Marcos. Se disculpa y se sienta en su sitio.

-Hola- le digo mientras le sonrío.

-Hola- me responde y cuando me mira noto que aun tiene los ojos rojos. No ha dormido bien, y es todo por mi culpa, me siento fatal. Le estoy a punto de decir algo pero la bruja empieza su explicación:

-CONFUSIÓN, ese sentimiento que todos sentimos alguna vez, cuando no eres tú mismo, y no sabes qué hacer ni que elegir. Cuando no encuentras sitio a nada que pertenece a tu vida- como lo que me pasa a mí, no sé qué chico ocupa mi corazón y que otro es solo una amistad, a lo mejor los dos están en mi corazón. ¿Es posible?- la confusión te impide pensar con claridad, y a veces no sabes ni lo que es lo mejor para ti.- al final me puede acabar gustando esta profesora, sus explicaciones son profundas y en las cuales te identificas.

En la siguiente clase les explico a mis amigas lo que pasó con Hugo y Marcos ayer.

-Madre mía, que monos los dos- dice Georgina, la cual aun no ha hablado con su novio, y está un poco apagada hoy- pero a mí la historia entrenador-jugadora me encanta.

-Sí, tú historia puede ser perfectamente una novela- dice Paula- pero Marcos me parece tan sincero... pegáis mucho.

Todas miramos a Ari, esperando su opinión.

-Pues yo, si te sirve de ayuda, estaría igual de confusa que tú. Los dos están buenos... y encima no son unos chulos como otros- estoy muy de acuerdo con todas, pero mi corazón me dice que Marcos es mi mejor amigo, y que no hay que estropearlo. En cambio Hugo... no podría ser más guapo y las palabras de ayer llenaron los espacios en blanco de mi historia de príncipes azules. Hoy sin duda hablo con él después de entreno.

Comemos todos como ayer, y supongo que como será siempre. Pero no hay casi conversación entre nosotros. Todos estamos en nuestros propios pensamientos. Georgina no para de mirar a Javi, y arrepentirse de todo. Aun no sabe si contárselo o vivir con la mentira. Paula, está enamorada de uno de la clase, Guille, que es muy guapo y por suerte no es ninguno del grupito de Ana, mi amiga no sabe si lanzarse. Ari, esta removiendo el plato de verduras, las que tanto odia. Marcos me mira de vez en cuando, y debe estar pensando en la escena que vio ayer desde la ventana del cuarto de Georgina cuando la acompañó. Y yo, tengo a dos chicos en la cabeza, nunca me había pasado esto, ni siquiera con uno. Siempre esperando a que llegue el chico para mí, y a lo mejor, este año han venido dos de golpe.

Al salir me apetece hablar con Marcos, así que me dirijo a él:

-Marcos, podríamos hablar.

-Hablar no soluciona nada María, además necesito estar solo. Duele estar contigo sabiendo lo que sientes por tu entrenador, ayer pensaba que sería más fácil, no quiero que pienses que no seremos mejores amigos, solo dame tiempo para procesar todo.- y se va, se marcha dejándome con la palabra en la boca.

Llego a mi habitación con lágrimas en los ojos, me pongo la ropa de básquet y salgo con mi balón a la cancha. Que ahora está vacía y puedo tirar sola pensando en lo que me ha dicho Marcos. Debe sentir algo fuerte por mí, a lo mejor también siente ese cosquilleo que siento yo cuando me toca Hugo, esas mariposas cuando me mira, y esa atracción inevitable que hay tan solo cuando le veo. Si de verdad Marcos siente todo eso por mí, puede llegar a ser exactamente lo que necesito, pero lo que yo siento por Hugo es inevitable. Por primera vez, voy a reconocer que estoy enamorada. Sí, estoy enamorada de Hugo. Y de Marcos... no lo sé.