School of Monsters - La escuela para monstruos

Prólogo

Jeremiah Green o Jeremy para los amigos. Un gusto.
Soy otro más de los hombres lobo de Manchester, fui transformado a los 12 años y desde entonces forzado a vivir ocultando mi segunda identidad.

Dios... Lo que daría por ser el Taylor Lautner de los híbridos. No me quejo de mi apariencia, pero no soy el más atractivo y he de admitir que soy bastante peligroso en mi forma completa de lobo... Ya entenderán a medida que mi historia siga.

Pero antes quiero aclarar cómo esta historia no va a ser el próximo bestseller que supere a Harry Potter... Solamente será mi vida, la cual de por sí ya está mal escrita.

Vivía en uno de los internados más prestigiados de Londres, pero mis bajas notas hicieron que fuese expulsado y repitiese un año entero (el reto de mis padres se los encargo). Logré al fin entrar con 15 años a una rara secundaria en las afueras de la capital. Mis padres están seguros que es una escuela mundana común y corriente, tal como yo hasta que llegó el primer día.

Al inicio no fue la gran cosa. Tenía los clásicos miedos que cualquier niño tiene.

"¿Qué tal si no le gusto a nadie?" "¿Y si por ser el nuevo me eligen como la próxima víctima de bullying?"" ¿Y si me salgo de control?"

Los miedos no duraron ni diez minutos, claro, pues después que el bus escolar me dejase en la puerta del nuevo internado y yo entrase, mi torpeza hizo que chocará con uno de los chicos de cursos mayores (o eso parecía) que estaba riendo con uno de sus compañeros (también alrededor de su edad) y que yo terminase en el suelo junto a mi maleta y mi mochila.

"Oh no..." Pensé. "Hasta aquí llegué..."

Y como menos me lo esperaba, el chico se volteó amenazando unos ojos amarillos brillantes y una piel escamosa verdosa.

"¡¿Qué rayos crees que haces?!" Susurré, no tan sorprendido por su especie, si no por la tranquilidad con la que se transformaba en pleno pasillo.

El, por supuesto, ignora mi advertencia y me toma del cuello de la camisa, haciéndome chocar contra la pared, lamiendo un lado de mi cara con una anormalmente larga lengua de lagarto saliendo de su boca.

"Fácil..." Responde el sonriendo con unos puntiagudos colmillos en vez de dientes "te doy tu merecido".

Vi por detrás de él a su compañero, de a poco mostrando una piel cada vez más roja, también transformándose. Supe de inmediato que si seguía en mi forma humana me iban a dar la paliza de mi vida, lo que yo no iba a tolerar, así que mostré mis amenazantes colmillos, mis ojos de a poco haciéndose azules y un fuerte gruñido saliendo de mi garganta. No iba a perder nada en aquella clase de situación. Dos monstruos matándose a combos, Qué mejor ¿no?

Nos hubiésemos matado ahí mismo si no fuese por una voz angelical que llegó de por detrás.

"¿Nathan?"

Giro mi cabeza junto al chico lagarto que al parecer ahora cubría el nombre de Nathan y veo a la muchacha que lo llamó. Una joven también de su edad, extremadamente hermosa, luciendo un beanie de color negro y unas chaquetas del mismo color que contrastaban perfectamente con su claro color de pelo entre castaño y rubio. Quedé atontado por varios segundos.

"Claire... ¿Qué haces aquí?" Pregúnta Nathan

" Pues espero no verte darle una paliza al chico nuevo " Dijo la perfección humana (o quizás no tan humana), Claire.

" Sabes que no haría eso... Le quería dar un susto nomás." En ese momento él me suelta y va caminando hacia Claire, para abrasarla con un solo brazo y darle un beso en la frente.