Cápitulo 1:
Mi vida siempre es monótona, siempre realizando las mismas cosas y aunque quiera cambiar de rutina no puedo, ¿Porqué?, me encuentro en una clínica especial según mis padres, pero yo sé que piensan que estoy loca, por eso me han internado, todo cambio en una simple noche, una mala decisión lo cambia todo.Mi gran error fue confiar en mis padres y pensar que ellos me entenderían, que sabrían como me sentía, que lo que yo ví era cierto y que lo que hago es una don, no una maldición. Pero para ellos estoy maldita y para la mayoría de la gente estoy loca. Lo que vivo en este centro es un infierno, las enfermeras no nos ayudan se limitan a reírse de nosotras y los doctores se divierten de las mujeres indefensas, pero aquí todos estamos indefensos y no sabemos quien será el pròximo, pero nadie nos cree y sé que nunca lo harán.
Me desperté sobresaltada, tenía las manos atadas al igual que los pies, atacar a uno de los enfermeros no fue una buena idea, pero que el me tocara fue peor aún, le clavé un tenedor en la mano y no creo que le vuelva a ver en unos cuantos meses.
-Fierecilla, ¿creo que la tenemos domar?-dijo el director del psiquiatrico.
-Si quieres acabar como el otro atrévete a tocarme-le respondí.
-Veo que tienes temperamento, pero pronto se va a acabar-dijo antes de irse.
Sabía a lo que se refería, a los pacientes que se pasaban de la raya les daban pequeñas descargas lo suficiente para que los parientes se enterasen pero eso quieras o no te dejaba marcado, gracias a esas descargas la mayoría de los pacientes en vez de mejorar empeoraban.
Me dejaron atada cinco días, en los que estaba incomunicada, pero no me arrepiento de lo que hice, lo volvería a hacer si hiciera falta.
Después de soltarme me reincorperé a mi rutina, pero todo es más dificil teniendo espectros a mi alrededor, si veo a los muertos desde hace dos años y eso es algo de lo que todavía no me he recuperado y de lo que nunca me recuperaré.
