Capítulo 3

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-Por favor enfermera, es urgente encontrarlo. ¿Podría hacer una excepción? -Pedí lo más calmada que pude. Estaba conteniendo mis ganas de gritar, era un gesto que hacia cada vez que estaba estresada o con ansiedad. Ahora tenía las dos.

-Lo siento, no puedo hacerlo. Es política del hospital no divulgar, si el paciente lo pidió. -Nos dio una sonrisa, que hacia que me estresara más

-Gracias. -Se despido Dave. Me garro por el codo y me llevo lo más raído que pudo al auto. Una vez dentro me miro, suspiro y se tapo los oídos.

-Hazlo. -Grite con toda la fuerza que tenía, hasta llegar al punto que cuando termine me sentí cansada pero aliviada.

.¿Mejor? -Pregunto una vez que saco sus manos de los oídos.

-Gracias.

-Te conozco de hace cinco años, sabía que si no te sacaba de allí o golpearías a la enfermera, o terminabas gritando en un hospital donde claramente, es un lugar donde se evita hacer ruido.

-Mi héroe -Bromee. -¿Ahora que hacemos?

-Tenemos tres opciones: A)Ir a la comisaria y declarar. B)Buscar en todos los hospitales de la ciudad al "chico misterioso." C)Hacer la primera, olvidar la segunda y divertirnos un rato paseando por algún lugar.

La primera opción era un hecho. La segunda sería muy difícil de hacer, no teníamos su nombre o alguna referencia. La tercera me gustaba mas y era un poco más razonable.

-Elijo la tercera. - Respondí tirándome completamente al respaldar del asiento del copiloto. Dave puso en marcha el auto. Había elegido la tercera, pero no me iba a rendir buscando al castaño que había desaparecido.

Al llegar a la comisaria, hablamos con uno de los agentes que estaban a cargo de mi caso. Le contamos con todos los detalle lo que sucedió anoche al agente Jhonson.

Una vez terminada la declaración fuimos a dar unas cuantas vueltas al centro de la ciudad, mientras nos decidíamos que hacer.

-Faltan diez minutos para que sean, la una de la tarde. Comamos en un centro comercial. -Propuse.

-Si, luego podemos jugar en los juegos mecánicos o algo. -Respondió.

-Me parece bien.

Fuimos hasta el centro comercial infestado de personas. habían más de lo normal por el inicio de clases. La semana pasada mi mamá y yo salimos a comprar lo que nos faltaba para el instituto.

Llegamos al patio de comidas que estaba casi lleno, y el murmullo de todas las personas sonaba mas alto que la música del centro comercial.

-Bien ¿qué comeremos? -Lo mire con una sonrisa pícara, el también hizo lo mismo.

-Pizza. -Gritamos al mismo tiempo, haciendo que las personas de las mesas de alrededor nos miraran.

-Voy a pedirla. Estaba vez quédate aquí y no te muevas, no me vayas a dar otro susto.

-Lo prometo. -Alce la mano, en un gesto de que iba a cumplir lo que había prometido. Se levanto de su silla y se fue a pedir la pizza. Mientras lo esperaba revise mis redes sociales, vi una foto de Cayllin que había subido hace unos minutos en el London Eye.

Cayllin es una de mis mejores amigas... Bueno la única que me queda. Deseaba que regresara de su viaje, pero regresaba después de dos semanas. Tenía que esperar.

Cuando alce mi mirada, se dirigió hacia mi lado derecho. Había tenido esa sensación de que alguien me miraba.

En efecto, un chico simpático de cabello negro me miraba. Al darse cuenta que lo descubrí mirándome me sonrió, mientras jugueteaba con unas papas fritas. Sonreí con los labios apretados he hice la cabeza hacia adelante.

DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora