Servicio a la habitación II

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Vio de nuevo al chico de pie y cubrió rápidamente al joven bajo su cuerpo para no dejar a la vista ajena su desnudez, más de lo que probablemente pudiera haber captado ya la otra persona en el lugar.

Cuando pudo alejarse de la cama le pidió que se fuera aun cuando este le preguntó sobre qué pasaría con su trabajo y el depósito pero se negó y le dijo que no había problema, que podía quedarse con el dinero pero que en esa ocasión no utilizaría el servicio. Le dio un par de billetes extra por haberlo hecho ir sin "motivo" y también para que tomara un taxi.

Lo despidió en la puerta y cuando la cerró llevó una mano a su cara sin saber qué pensar.

*

-¡¿Dónde diablos está metido ese maldito de Kyuhyun-ah?!- preguntó Sungmin queriendo volverse loco, habían pasado alrededor de dos horas que no sabía nada de el, solo esperaba que no estuviera enfermo o tendría que arreglárselas sin dos trabajadores, aunque había agradecido que la clientela se calmara.

"Bueno, al menos espero que ese babo este bien" pensó buscando a alguien para que fuera a buscarlo.

-Jonghyun-ah, ¿puedes buscar a Kyuhyunie-ah? Hace más de dos horas que lo mandé a hacer una entrega en una de las habitaciones y no ha regresado...- le pidió con frustración mientras tomaba un respiro luego de estar trabajando sin parar ni para tomar agua -¿crees que pudo haberse desmayado o algo?- preguntó preocupado.

-Parecía estar bien, tal vez el gerente le pidió hacer algo y no tuvo tiempo de avisar- el mayor asintió –iré a buscarlo ¿a que habitación fue la entrega? Tal vez la persona ahí nos pueda decir si lo vio-

*

Yesung escuchó que alguien tocaba la puerta y caminó hacia ella con la toalla en la cintura. No había podido pensar con claridad y creyó que el agua le ayudaría; había empezado a atar cabos y se dio cuenta del por qué aquel joven de cabellos marrones lo amenazaba, prácticamente lo había forzado y tomado ventaja.

Ahora sus amenazas de matarlo y meterlo a la cárcel se veían tan cercanas en su futuro, aunque... ¿al final había respondido o no? Tal vez podría defenderse con eso pero tampoco era tan cínico como para hacerlo... o ¿si?

Tendría que esperar que despertara.

Su cabeza se había enfriado y ahora solo esperaba ver el resultado de su estupidez, tendría que asumir las consecuencias.

-¿Si?- preguntó abriendo la puerta sin mucho ánimo, se sentía del asco, algo raro siendo que había tenido una sesión de sexo maravillosa.

-Lo siento- se disculpó Jonghyun haciendo una venia al ver al hombre frente a el en paños menores, mientras desviaba la mirada y se concentraba en verlo a los ojos.

-No importa, ¿qué se le ofrece?-

-Bueno... buscó a un joven mesero, tiene el cabello castaño, piel blanca, más alto que yo...- le explicaba y entonces Yesung tragó saliva –lo que pasa es que vino a hacer una entrega de una cena que ordenó y ya pasaron poco más de dos horas de eso, ¿lo ha visto? No sabemos si le paso algo- y vaya que le había pasado algo... pero no podía decírselo, necesitaba primero hablarlo con "él", no quería agravar las cosas aún más.

-Si, vino a entregar la cena... pero dijo algo sobre sentirse mal- si, era lo más viable, todas las personas se enfermaban, ¿no? –creo que fue al médico, ¿no les informó?-

-No, creo que tal vez no llevaba el móvil con el...- dijo pensativo –bueno, gracias- sonrió más seguro, le había parecido extraño que desapareciera así como así siendo que el mayor era una persona responsable -disculpe por molestarlo- agregó.

-No tiene que disculparse- el menor hizo una venia y Yesung cerró la puerta, soltó un suspiró y cuando iba a girarse sintió algo en su espalda.

-Quédate donde estás, idiota- volteó lentamente y vio a Kyuhyun sosteniendo una sábana alrededor de su cintura mientras que en la otra traía un pequeño cuchillo -al parecer de los cubiertos que estaban en la mesita- y lo sostenía hacia el.

Lo estaba viendo con ojos amenazantes y sabía que esa vez no dudaría en clavarle aquel pedazo de metal, después de lo que le había obligado a hacer, estaba seguro que se merecía eso y más. Levantó las manos en señal de rendición y Kyuhyun le indicó que caminara como un asaltante a su rehén.

Cuando se sentó en la cama el menor lo veía de esa forma amenazante que le decía que no se le ocurriera hacer nada.

-¿Por qué le mentiste? ¿Acaso planeabas desaparecerme después de lo que hiciste?- sostenía el cuchillo a la vista, no necesitaba ser un asaltante ni uno de esos tipos que participaban en peleas callejeras para saber cómo hacer daño con el.

-¡Yo no...!- bajó la voz al ver la cara del menor –pensé que una excusa serviría... no podía decirle lo que habíamos hecho o ¿si?-

-Solo estabas protegiendo tu trasero- entrecerró los ojos e hizo una mueca.

-Perdón...- bajó la cabeza –yo... en verdad lo siento, no sabía...-

-¿No sabías que trabajaba aquí?- sonrió con ironía –¿así que crees que me tragaré esa basura? ¡¿Qué maldita parte del uniforme y la cena no entendiste?!-

-No, lo que pasa...- levantó la mirada –yo creí... que eras... verás- se sobó el cuello en un acto nervioso, era la primera vez que le pasaba algo así –yo contraté a alguien... tú sabes para qué...- Kyuhyun hizo una mueca de asco.

"Demonios, ¿qué clase de degenerado me lo hizo?"

-Había pedido que dejaran la cena afuera... y... bueno, el chico que vendría... no sabía como luciría exactamente, por que pedí que fuera algo como una sorpresa... y te vi y yo pensé- empezaba a jugar de forma nerviosa con sus manos –pensé que eras él...- la verdad era que había dejado en la recepción un papel con la clave de la puerta por si acaso olvidaba dejarla abierta cuando llegara el chico que contrató y había mencionado que pediría algo para ambos por lo que le pareció de lo más normal verlo entrar con la cena.

-Wow, que lindo, es que, a todas las personas les gusta que los confundan con un gigoló o un puto, no sé, como sea que les llamen- empezaba a enojarse.

-No quise decir eso, es solo que me parecía imposible creer que alguien como tú trabajara aquí... digo, lo que dije al principio fue verdad, sobre que eras apuesto y todo el coqueteo y sobre que pensara que tenías un trasero increíble-

-¿Qué?-

-Creo que no lo dije pero lo había pensado... creo que por eso no entendiste el doble sentido de mis palabras al inicio- murmuró pensativo.

-¿Así que eres un degenerado que se tira a jóvenes que encuentra atractivos? No te estás ayudando mucho amigo-

-No, no soy un degenerado-

-Ajá- dijo con sarcasmo.

-En verdad no lo sabía- lo miró –y sobre lo que pasó... ¿eras virgen?- Kyuhyun se puso rojo –es que... estabas muy apretado ahí- hizo una pequeña expresión con la cara mientras lo miraba.

-¡Yah, deja de hablar de eso!- se lanzó sobre él y puso la punta del metal contra su mejilla –mira imbécil, nadie me había penetrado antes de que tú lo hicieras y déjame decirte que es algo que no dejaré pasar-

-Puedes llamar a seguridad o lo que quieras- suspiró.

Kyuhyun se sorprendió al ver que no oponía resistencia ni buscaba huir como el idiota cobarde que era -¿estás diciendo que estarás bien con el hecho de que llame a la policía y te denuncie?-

-Si... tengo principios ¿sabes? Sinceramente no sabía que tú no eras "aquella persona", sino no te habría hecho nada- suspiró, aunque había un poco de falsedad en sus palabras. Por un lado se arrepentía por haberle obligado a hacer aquello pero por el otro, estaba seguro que le habría hecho todo lo que le hizo si se lo hubiera encontrado en otra situación -¿podrías alejarte de mi, por favor?-

-¿Qué?- recordó que el sujeto estaba en toalla y sintió algo rozando su muslo -¡eres un maldito degenerado!-

-¡Es tu culpa!, después de lo que hicimos ¿quieres que no piense en eso si estás sobre mi de esta forma?-

-¡Ja!, ¿ahora es mi culpa?-

-¡Si!- lo miró fijamente y cogió las mejillas de Kyuhyun acercando su cara a la suya para comenzar a besarlo al no poder resistirse más.

-Mmm.... ¡Suéltame idiota!- se separó de sus labios y vio los ojos lujuriosos de Yesung -¡¿Qué es lo que te sucede?! ¿Quieres que te apuñale con esto?- le mostró el cuchillo en una posición amenazadora.

-Puedes hacerlo después de que lo hagamos de nuevo- sonrió y atrapó a Kyuhyun bajo su cuerpo.

-Ni creas que lo harás- gruñó, aun cuando se lo dijo tenía cierto temor a clavárselo enserio, nunca lo había hecho y solo imaginar la sangre brotando a borbotones le hizo sentir un estremecimiento.

-¿Por qué no? Ambos estamos desnudos y necesito sentir tu cuerpo de nuevo...- dijo quitándose la toalla y arrojándola al piso quedando desnudo sobre el menor.

-Si quieres jugar ¿por que no llamas a uno de tus putos?- bufó.

-¿Celoso?-

-Eso quisieras imbécil-

-Uh, ¿acaso quieres excitarme más?- sonrió y vio al menor mirarlo con odio, le empezaba a encantar aquella mirada, porque aun cuando se lo dejara en claro, también notaba que el cuerpo menudo de este respondía a sus toques –no debes ponerte celoso, ellos solo eran un juego, pero tú...- se acercó a su oído –eres especial, yo podría pertenecerte solo a ti si lo quisieras- lamió su oreja y Kyuhyun se sonrojó a pesar de que había querido evitarlo soltando el cuchillo que tenía en la mano.

¿Por qué le hablaba como si fueran a tener algo? ¿Acaso no estaba pidiéndole perdón un minuto atrás por haberle hecho aquello? Kyuhyun se sintió tan confundido y frustrado, nunca había conocido a una persona tan extraña, cambiante e idiota en su vida.

Yesung se sentía tan extraño y a la vez tan bien, nunca había conocido a una persona que le hiciera sentir tan posesivo. Lo quería para el y solo para el, después de haberlo tomado no quería dejarlo a la disposición de nadie más, no quería ni imaginarse a otra persona haciéndole lo que el le había hecho.

-¿Qué dices mi lindo y rebelde gatito?- lo miró a los ojos, aquellos ojos marrones enfadados -¿serías mío?-

-Ni-en-tus-sueños- se burló, el mayor frunció el ceño y rozó sus labios con los ajenos.

-¿Seguro?- frotó su cuerpo desnudo contra el del menor y le vio morderse el labio -¿no te gusta que te toque?- besó su cuello.

-N-no...- le tembló la voz –no me...- se giró y dejó al mayor bajo su cuerpo –¡no me gusta, maldito pervertido!- gritó y se levantó tomando sus pantalones y bóxers.

-¡Espera!- gritó sin importarle su desnudez con el brazo estirado en un gesto como si quisiera alcanzarle.

El menor se acercó a la mesita, le arrojó el contenido de una copa con agua a la cara y luego le lanzó con ella haciendo que el cristal le golpeara con fuerza el pecho –no te vuelvas a acercar a mí o juro que no será una copa lo que te golpeara la próxima vez- le dijo amenazador y salió de la habitación sin importarle si alguien lo veía medio vestido con una sábana alrededor de su cadera, se metió rápidamente al baño y se encerró en uno de los cubículos para vestirse.

-Ese estúpido- refunfuñó sintiendo doler un poco su trasero, el tipo le había dado fuerte y sin proponérselo imágenes empezaron a llegar a su cabeza, recordó lo que había sentido, el placer de ser golpeado en aquel punto... la boca ajena lamiendo y chupando aquellos lugares tan sensibles -¡¿qué demonios estoy haciendo?!- se reprendió mentalmente pero ya había comenzado a tocarse.

Si, estaba tan mal como el otro. En realidad cuando el sujeto le había comenzado a besar de nuevo apenas y había podido resistirse a no caer de nuevo, estaba seguro que si no se hubiera apartado a tiempo habría estado jadeando y pidiendo que lo tomara de nuevo ¿a quién trataba de engañar? Había sido una de las mejores sesiones de sexo que había tenido en su vida y con un sujeto que ni siquiera conocía; como si perder su orgullo no fuera suficiente ya en esos momentos.

Se había venido tres veces en poco tiempo, no sabía cómo el otro había logrado aquello pero lo había disfrutado en gran medida, había sido demasiado increíble y agotador, pero ¿y dónde quedaba su cordura? ¿Su orgullo y raciocinio? Al parecer los había arrojado a la basura junto con sus principios.

Empezó a bombear su entrepierna y mordió su labio inferior con fuerza para evitar hacer ruidos, lo menos que quería era que alguien entrara y lo escuchara jadear.

Cerró los ojos con fuerza y recordó a ese sujeto moreno tocando su miembro, lamiendo sus bolas y tragándose su eje... su calor, su lengua –¡ah!- jadeó sintiendo el líquido caliente llenar su mano.

"Después de esto solo debes borrarlo, bórralo maldición de tu puta cabeza Kyuhyun"

Su respiración estaba agitada, limpió su mano, se puso la ropa e hizo bola la sábana antes de salir del cubículo, para su suerte parecía no haber nadie, soltó un suspiro y se dirigió al lavabo. 

Servicio a la habitación {YeHyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora