"El príncipe Leonardo Hamato, heredero al trono del reino mas prospero del siglo, debe enfrentar una encrucijada: desatar la guerra, pero librarla con su amor verdadero, Raphael. O vivir miserable junto a la princesa Karai, cuyo padre prepara todo...
-¡Papi Leo! ¡No quiero dormir aún!- Chilló una pequeña cría de tortuga en su cama. -Tienes que dormir, hijo mío- Dijo el joven rey, sentándose a la orilla de la amplia cama. -Pero papi Raphael, dijo que podía quedarme despierto hasta tarde- Excusó el crío. -¿Qué?- Pensó un poco y llamó a su pareja disgustado -¡Raphael!- -¿Qué pasa "ojos bonitos"?- pregunto el guerrero carmesí. -¿Por qué le dijiste al niño que podía dormir hasta tarde?- Pregunto disgustado haciendo un pequeño berrinche adorable a los ojos de Raphael. -Es un niño, no creí que pudiera mantenerse despierto- Contestó sencillamente -ya... no te enojes, "ojos bonitos"- -jijiji... ojos...jijiji... bonitos... jiji...- Reía el menor en voz baja para que no lo escucharán sus padres. -¡¿Mira quién habla?!, El que se enoja fácilmente...- Se defendió el rey. -¡Bien!, Tu ganas, ¿Qué quieres que haga con Ichiro despierto?- Contesto el guerrero de ojos esmeraldas. -Si me cuentan una historia, me dormiré, ¡Lo prometo!- Intervino rápido el menor de la habitación. -¿Palabra de caballero?- Inquirió Raphael guiñándole el ojo a su hijo. -¡Palabra de caballero!- gritó emocionado el pequeño. -¿Y bien? ¿Qué historia quieres escuchar, campeón?- pregunto el rey de ojos azules. -¡Oh! ¡Papá! tú sabes cual quiero oír...- Chilló la tortuguita. -¿A qué se refiere Leo?- pregunto confundido Raphael. -¡Quiero oír la historia de cómo se conocieron!- exclamó Ichiro felizmente casi dando saltitos de emoción. -muy bien- dijo Raphael el caballero de armadura y bandada carmesí -Había una vez... un prado, en el que se conocieron 2 tortugas y...- Empezó a narrar Leonardo, el rey con bandana y ojos azules.
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