Cap. 3.- Circo de 3 puntas (1/3)

531 41 38
                                    

El circo llegaba al puerto del prospero reino, y darían una única función en la playa, para los reyes y gente del lugar, pero después se marcharían, ¿suerte, destino, casualidad? No se sabe, ese sirco tenía 3 carpas unidas, cada una con una atracción y entrada diferente.

-¡Mi rey!- hizo una reverencia frente a la vieja rata un ninja/guarda. –Traigo noticias de la embarcación que llego al puerto-
-Prosigue, por favor-
El rey espero expectante, con ojos cerrados y acariciando su larga barba.
-Es un... ¡circo!, ofrecen una función para el reino entero a cambio de algo de comida y agua- callo el guardia, pero con una pregunta atorada en la garganta.
-¿es todo?- sintió la duda de su súbdito, invitándolo a continuar
-¿Qué hacemos, mi rey?, son forasteros y recuerde el gran peligro que corremos por la amenaza de su enemigo Oroku Zaki-
- Lo sé muy bien- dio un suspiro largo pero bajo. -pero puedo percibir en su oferta que tratan de ganarse alimento con el único esfuerzo de sus manos– miro a su súbdito con compasión -son merecedores de ser escuchados, como cualquiera que busca trabajó honesto y honrado.-
-tiene razón, mi rey- repuso el ninja/guardia -lo siento, rey mío.
- Está bien- sonrió sutilmente organiza un grupo de guardias para que vallan a la playa del reino y ayuden a los... cirqueros con lo que necesiten, pero, que mantengan la guardia alta por si curre un imprevisto-
-Sí, mi rey- el ninja/guarda, se aclaró la garganta -¿Mi rey..?
-¿sí?-
-También lo han invitado a usted y a su familia a una función especial, como una muestra de que no vienen a perturbar la paz en el pueblo-

El rey, no noto que, que el pequeño Leonardo y su primo Donatello, estaban justo allí, espiando un poco. Ellos jamás habían visitado un circo, y al tener la oportunidad perfecta justo frente a ellos, salieron de detrás de su ingenioso escondite y corrieron gritando hacia los brazos del rey.

-¡Di que SI!, ¡Di que SI!, ¡Di que SI!- gritaban las pequeñas tortugas mientras ponían ojos de cachorro, para convencer al rey
-¡prometo hacer mis deberes sin protesta alguna, padre! ¡Por favor, di que SI!- chillaba Leonardo con ánimos y desespero
-¡por favor Rey Splinter!, ¡seria increíble ir a un circo!- chillo de igual forma Donatello apenado pero bastante decidido al mismo tiempo
Splinter, simplemente dio un suspiro corto acompañado seguidamente de una pequeña risa. -está bien hijos míos, asistiremos esta misma noche, sin embargo estarán bajo las reglas e instrucciones que les dé-
-¡si padre!- dijo entusiasta Leonardo con una sonrisa perfecta.
-¡si!... heeee...- pensaba el pequeño Don.
-la palabra que buscas es "padre", Donatello, puede que no lo sea de sangre, pero yo te quiero como a un hijo-
Donatello asintió con una sonrisa pequeña. –gracias... padre-

El rey de nuevo miro al guardia, que aún se encontraba en la habitación esperando instrucciones de su monarca -puedes retirarte, me has sido de gran ayuda con estas noticias- agradeció la vieja rata con gentileza, como si de un hermano se tratase.

Tiempo más tarde la noche callo, El rey y sus hijos habían ido al circo de la playa, la función ya había comenzado y todos estaban en sus asientos, riendo, divirtiéndose y gozando de ese rato agradable que les ofrecían los cirqueros.

Donatello y Michelangelo
::: (Primer punta):::

Las 2 pequeñas tortugas estaban sentadas en una banca previamente limpiada a fondo por sus guardias, al lado de su padre. La función avanzaba, hasta que el rey fue llamado por un guardia para atender un asunto importante, entonces los pequeños se quedaron solos por accidente [¿o por qué así tenía que pasar?] La gente comenzaba a emocionarse más a cada segundo y en un moviente fugaz, Donatello recibió un golpe muy fuerte en su mejilla, el pequeño adolorido, busco con su mirada opacada con lágrimas al causante, pero no vio a nadie, no supo cómo, ni por qué, solo sabía que le dolía y muchísimo el golpe recibido. Leonardo no le prestaba atención a su alrededor, así que no vio a su primo llorar, no escucho sus sollozos por el gran estruendo que causaban las personas a su alrededor, no lo supo cuando trataba de calmar el dolor de su mejilla porque estaba fascinado con las graciosas actuaciones que veía. Tal vez Leonardo no lo vio, pero alguien más si lo hizo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 25, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Guerra de TronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora