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Tanto mis padres como Nathalie se fueron y nos dejaron solos, no entiendo mis nervios, no es como si fuera la primera vez que nos quedamos solos, en mi casa, en mi habitación. Definitivamente hoy me vuelvo loca.

-Pues empecemos a estudiar- los nervios me han dado con notar cada musculo de Chen, la manera en que flexiona sus brazos, como mueve los labios hablando, por Dios Farah, concéntrate en el estudio.

[...]

-Bu-bueno, ya llevamos la mitad de las lecciones, ¿tomamos un descanso y comemos algo?- Chen asintió suavemente y fuimos hacía el comedor, en la nevera estaba preparado nuestro postre favorito, fresas con chocolate, vaya, buena elección para un momento como este.

-Mira hay black noodles, y de postre fresas con chocolate- Chen siempre se emociona cuando hay fresas.

-Pues ¿que estamos esperando para comer?- mientras Chen comía no podía evitar ver la manera en que sus labios se movían, estaba tan distraída que me atrapo en una.

-A ver, ¿que tengo hoy que te tengo tan distraida?- no respondí y se acerco lo suficiente a mi cara como para yo sentir su respiración.

-Deja de mirarme la boca y concentrate, vas a fallar el examen- sus labios estaban casi pegados a los mios, y yo simplemente estaba toda roja. Rio por lo bajo y me despeino para concentrarse en terminar sus noodles.

-Bien, ahora que ya acabamos los noodles, iré por las fresas, no vayas a tumbarlas con lo distraída que estas- la verguenza me estaba matando, nunca me había pasado algo así y mucho menos con Chen. Farah, necesitas calmarte.

-Aquí están las fresas y el chocolate ¿quieres que te prepare un poco?- asenti con la cabeza mientras el servía las fresas y las rociaba con chocolate en un platillo.

-A ver, abre la boca para alimentarte- algo me dice que esta no es una buena idea

-N-no creo que deberías, al menos usa un tenedor o algo no con las manos-

-Ya te dije que abras la boca, hazlo y punto- hice lo que me dijo, duramos unos cinco minutos en lo mismo, estaba tan entusiasmada comiendo las fresas que no me percaté que había comido una fresa con todo y el chocolate de sus dedos, el estaba sonrojado y yo no entendía la razón, se alejo rápidamente y guardo todo.

-Bu-bueno, es hora de volver a-a los lib-bros- la verdad no sabía que podía poner a alguien tan nervioso con el simple hecho de lamer chocolate de sus dedos, no entiendo que le dio.

Luego de dos arduas horas mis padres llamaron para decir que no podrían volver por una tormenta y Chen, gracias a Dios, no podía quedarse.

-Lamento no poder quedarme contigo, pero debo ayudar a mi madre esta noche en algunas cosas, si termino antes de la media noche regreso- Chen continuaba extraño y apenas me miraba a la cara.

-Esta bien, no tienes porque hacerlo, solo ve y descansa- se despidió con la mano y salió casi corriendo de la casa.

Apenas eran las 9 de la noche y mientras veía una película, mas bien, la película me veía a mi, oí un sonido en mi ventana, y vaya sorpresa que me llevé.

El Chico Del Pelo Naranja. [p.jm.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora