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-¡¿Que demonios haces aquí?!- fue lo único que salió por mi boca.

-¿Enserio te sorprende? Al parecer esto no te pasa muy seguido-

-¡Claro que no! ¿Me ves cara de las que dejan que escalen su pared?-

-Anda Farah, admite que aunque acabo de matarte de un susto estas feliz, porque yo no podía aguantarme hasta verte mañana-

Esas palabras y esa mirada ablandaron mi corazón, igual no se que hace este idiota en mi casa y apareciendo por la ventana.

-Tienes suerte de que mis padres no están aquí- y por su sonrisa pícara descubrí que fue lo peor que pude decir.

-Entonces estamos solos, interesante- justo cuando salto completamente a mi habitación vi una expresión extraña en su cara, iba directo hacia mi, yo solo fui retrocediendo hasta chocar con la puerta de mi habitación, su cuerpo estaba muy pegado del mio, apenas tenía espacio para moverme.

-Que tal si te hechas a un lado para yo ir a tu refrigerador- susurró a mi oído mientras mis piernas decidían olvidar que tenían que cargar con mi peso.

-Eh-eh claro, deja moverme- abrió la puerta y mientras me regalaba un guiño fue directo a la cocina por algo de comer.

-Al parecer no estabas tan sola, hay mas de un plato sucio- estaba tan en shock que había olvidado que Chen había estado por aquí.

-Eso no te incumbe, ahora solo largate- volvió a acercarse a mi de la misma manera, pero esta vez solo fue para tomar un tenedor.

-Estas muy nerviosa, relájate que no te haré nada que no quieras- sus guiños estaban desbaratando mi sistema nervioso. El teléfono sonó y era Nathalie preguntando por Chen y si ya se había ido, si mis padres ya habían regresado y le conté todo lo ocurrido. Nathalie estaba muerta de la risa, mientras conversamos oí una risa saliendo de la cocina mierda.

-Farah, dijiste que estabas sola en la casa, ¿de quien es esa risa?-

-Bueno Nathalie, olvide mencionar que el tonto del pelo naranja entro por mi ventana.-

El Chico Del Pelo Naranja. [p.jm.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora