La verdad tras una triste sonrisa

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Cap. 7 LA VERDAD TRAS UNA TRISTE SONRISA

Me encontraba en la humilde casa en el bosque, sentado en uno de los sillones de la sala de estar. Mis oídos no podían creer lo que estaban escuchando ¿Nowaki?, ¿muerto? No; Simplemente no es posible. Podré pensar muchas tonterías pero no me puede caber esa idea en la cabeza. Algún extraño escalofrío recorrió mi espina dorsal, mis manos comenzarón a sudar y había un temblor estrepitoso en mi cuerpo ¿Que debería hacer? No puedo hablar de más y decirle a Heder que recién me encontré con su nieto, ¡que locura! Pensara que estoy demente. Aunque, tampoco es como si estuviera completamente cuerdo, sé que hay tornillos en mi cabeza dando vueltas sin sentido; sin embargo no es momento para perder la calma. Ahora Heder me mira sin esa expresión amable en su rostro, el cual está cubierto de lágrimas. Me sentí muy incómodo y triste de tan sólo verla. Desde niño nunca me ha gustado ver a la gente llorar, quizá sea por la sensibilidad que tengo con las personas o el simple hecho de tener emociones. Pero sea cualquiera de las dos agradezco hacerlo.
Heder me hablaba con voz tartamuda, yo intenté pararla diciendo que no era necesario; aun así ella continuo haciéndolo. —Déjame contarte lo sucedido— Me miro con ojos cristalinos y una de sus manos tomó mi mejilla— No sé por qué estoy haciendo esto, pero veo algo en ti. Algo en tus ojos que no me permite mentir, puedo sentir confianza en tu corazón por lo que esperare que prestes atención a lo sucedido— Sus palabras lograron conmoverme y solo pude sostener sus manos entre las mías asintiendo con la cabeza
–La escucharé detalladamente — Ella sonrió y prosiguió con el relato.
—Bien, hay que iniciar desde el principio. Hace unos cuantos años existió una joven mujer de 27 años de edad, divorciada, con un cabello azul tan largo y sedoso como ninguno. Responsable y fuerte. Con unos ojos que radiaban luz cada vez que los mirabas. Tenía una personalidad increíble, amable, valiente y cariñosa. Simplemente la mujer perfecta. Ella era la madre de Nowaki; Katsura Weened. Debido a las anteriores razones mi hijo Kusama Tetsuro, cayó perdidamente enamorado de ella. Ellos dos se conocieron dentro de la compañía de la familia donde ambos trabajaban. Katsura solía ser la subordinada de Tetsuro. Aún no sé exactamente como sucedió, solo sé que de un día para otra ella terminó siendo mi futura nuera. Sin embargo el gran amor que decían profesarse, solo duraría 3 años de matrimonio, ya que Katsura no pudo cumplir con el sueño de su esposo y tener una hermosa familia junto a él. Tetsuro en lugar de apoyarla con su problema de infertilidad, la culpaba por ser tan inútil e insignificante como mujer. Incluso llegó a ponerle una mano encima. Claro está, que ella como su dignidad no permitiría más abuso y desprecio de parte de su marido. Así fue como tomó la decisión de huir de su lado, yendo a un lugar bastante lejano. No pasó más de un día para que mi hijo se enterara de la ausencia y el extraño vacío en su habitación. Ese día Tetsuro me llamó con temblor en su voz, pues según él había perdido lo más importante en su vida. Me encargó una misión como su madre, de traer de regreso a la mujer que hacía girar su mundo. Al principio me negué pues no tenía nada, ni rastros para llegar al paradero de esa mujer, la verdad era que nadie sabía con claridad a donde había ido Katsura. Quizá simplemente se alejó un poco o bien pudo haber salido del país, ni siquiera dejo alguna carta, absolutamente nada. Mi hijo con resignación aceptó la pérdida intentando volver a su vida normal, pero, pasando los meses, Tetsuro tomó una actitud depresiva ante todo. Ya no comía y sus ánimos yacían por los suelos, seguramente estuvo arrepentido por eso. Al final no pude soportar ver a mi propio hijo de esa manera por lo que decidí tomar en cuenta su petición, llevándome así 3 años de investigación y 3 años de búsqueda, donde puse mi mayor esfuerzo solo para complacer a mi hijo. Hasta que un día, en Francia, la encontré con prendas muy casuales y finas. No me sorprendió el verla feliz y tranquila como si nada le importara, si no la figura de un pequeño niño tomando su mano. Era de estatura baja, ojos de un azul más claro que su cabello y una inocente sonrisa adornando su rostro, claramente era la viva imagen de Katsura en miniatura. Sin embargo, cuando traté de acercarme a ellos, Katsura logró reconocerme y salió huyendo con el niño a su lado. No obstante, fui tras ella utilizando toda la fuerza que una mujer algo mayor, como yo en ese entonces, pudiera tener. Después de unos minutos siguiéndola, la localicé en un café típico del lugar, fue imposible que de allí saliera corriendo debido a la cantidad de gente que había. Me las arreglé como pude para poder entrar y sentarme en un asiento libre de la mesa que ellos estaban ocupando en ese momento. Muy sorprendida y rendida, Katsura me miró, he de creer que ella ya suponía la información que yo quería obtener, pues el pequeño niño de ojos puros no dejaba de verme y preguntar por quién era. Al final concordamos para vernos en otro lugar cuando el pequeño estuviera en clases, era muy lógico hacerlo así por el bienestar del niño. Yo sin renegarme al día y la fecha acepté y justo cuando llegó el momento de la reunión me enteré de Nowaki –Heder hizo una ligera pausa aquí para tomar un poco de aire mientras inhalaba y exhalaba. Luego de unos segundos prosiguió con la historia — Nowaki había sido el resultado de tantos intentos por tener un bebé —Dijo con una pequeña sonrisa en el rostro— Así es, gracias a la gran actividad e insistencia de Tetsuro, Katsura quedó en cinta, pero se enteró meses después de haberse ido de Japón. Ella jamás podía deshacerse de la vida de una criatura a pesar de haber sido el hijo de tan despreciable hombre que le tocó, por lo que sostuvo su palabra de tenerlo y cuidarlo. Al parecer Katsura fue una gran madre, porque de todo el tiempo en que estuve con ellos Nowaki parecía bastante feliz, él adoraba a su madre. Ella lo cuidaba como el tesoro más valioso de este mundo. Lo consentía, lo llenaba de besos y caricias, él podía cantar, bailar, jugar y reír como un niño pequeño concuerde a su edad. Sin duda Nowaki había sido criado por la mejor mujer. Pero, Lamentablemente, un día cuando nadie se lo esperaba, Katsura sufrió un accidente automovilístico, perdiendo la vida casi al instante. Falleció minutos después camino al hospital. Nadie se esperaba aquello que causó tanto revuelo entre la sociedad de Francia. Su familia entera derramó lágrimas interminables por la gran pérdida, se había ido una de las personas más capaces y triunfantes del momento, aunque de una manera inexplicable pues, en la carretera todo andaba muy bien y de un momento para otro surgió la catástrofe. A pesar de que existían miembros valientes y fuertes en esa familia, nadie tuvo el valor de informarle al pequeño Nowaki sobre su madre fallecida. Nadie excepto yo —Mencionó Heder mientras cubría sus ojos para que las lágrimas fuesen menos evidentes—Tenía que ser valiente para darle tal noticia a alguien tan inocente y alegre como Nowaki, así que reuniendo la fuerza necesaria subí a su habitación donde él jugaba tranquilo con sus juguetes. Lentamente abrí la puerta, siendo cegada por unos instantes gracias a la luz de la lampara junto al ropero. Nowaki se encontraba sentado sobre la alfombra con un tren a cuerda de tamaño mediano. Recuerdo que pronuncié su nombre y él rápidamente me miró. La dulce mirada y esa sonrisa impregnada en su rostro, en ese momento no era más que una daga la cual se enterraba poco a poco, haciendo presión en mí pecho. Nowaki se acercó y con un gran abrazo me recibió. "¿Qué debía hacer en ese momento?" Me preguntaba. No quería arruinar la vida con tanta paz del pequeño, sin embargo, ocultarle algo con tal magnitud sería peor para él. Sin más que poder pensar lo solté, "Nowaki, tú mamá ha sufrido un grave accidente" esas fueron mis palabras. Inmediatamente el pequeño cambió su expresión a una de preocupación preguntándome qué más había pasado con Katsura. Le confesé la verdad y dije que había muerto —.
El cuerpo de Heder Temblaba, su voz se hacía más aguda y sólo miraba al frente sin ningún punto fijo. Vaya, nunca llegué a creer que Nowaki pasará por el mismo dolor que el mío al perder a su madre, sólo que yo era un poco mayor que él y pensar que Nowaki era un pequeño niño lo hace ver de manera más dolorosa. Pero a veces la vida así es, tan cruel e injusta, otorgando castigos y penas a quien realmente no lo merece. No hay nada que podamos hacer respecto a eso, sin embargo cualquier injusticia que sea aplicada por una persona a otro es completamente diferente. —Oh, Joven Hiroki eso no es nada en comparación a lo que sigue— Mencionó Heder mirándome como si supiera cuales eran mis pensamientos. Luego limpió todas sus lágrimas y continuó —Dias después del funeral tuve que llevar a Nowaki conmigo a Japón, pues debido a las leyes el cargo del niño quedaría completamente a manos de mi hijo. Algunos familiares de Katsura se rehusaron a tal decisión, fue complicado convencerlos, pero Nowaki con el deseo de conocer a su padre, no tuvieron nada más que decir. Para Nowaki fue muy difícil la situación, le afectó bastante la pérdida de su madre, sin embargo nunca dejó de mostrar esa bella sonrisa. Aunque muchas veces lo encontré llorando solo en su habitación, él intentaba aparentar que estaba bien y que nada sucedía. Nowaki era un niño muy fuerte, a pesar de ser tan pequeño. Sin embargo nadie podría juzgar el futuro que le esperaba—Suspiró— Cuando llegamos a Japón, justo en el aeropuerto para recibirnos estaba Tetsuro esperando. Por supuesto yo lo llamé, quería explicarle todo lo sucedido lo más pronto posible. Pero no lo haría mientras Nowaki estuviera presente. Él al ver a aquel alto hombre en frente lo miró con una tierna expresión de duda. "¿Quién es el niño?" preguntó Tetsuro con algo de miedo, gracias al gran parecido de Nowaki con el de su madre, no era difícil suponer a donde iba todo eso. "M-mi nombre es Nowaki" esas fueron las primeras palabras que Tetsuro logró escuchar de su hijo. En aquella situación sólo se dieron un educado apretón de manos y luego de haber visto a Tetsuro, Nowaki y yo nos fuimos del lugar. Finalmente después del paso de algunos días, le confesé a Tetsuro la verdad, que su mujer había muerto y que aquel angelito de ojos azules no era nada más y nada menos que su hijo, el próximo heredero de la compañía después de él. Como era de esperarse, Tetsuro reaccionó con sorpresa, sin poder creerse mis palabras. Había rechazado al seguro amor de su vida por ser "Una inútil infértil" para que al final se cumpliera su insistente deseo, pero aquello tuvo un costo. Podrá haber visto la figura de su adorada creación, pero jamás volvería a ver el rostro de su fallecida esposa. Esto fue algo que ocasionó su máxima desesperación. Ya era muy tarde para echarse atrás, si tan sólo hubiese actuado de mejor manera y ser más paciente, nada de aquello hubiera sucedido. Casi de forma inmediata Tetsuro pidió que trajeran a Nowaki hasta él. Les hicieron una prueba de sangre a ambos para saber sí mi hijo era padre de aquel niño. No era de esperarse que el resultado fuese positivo. Al principio Tetsuro se negaba de manera rotunda a esa idea, fue como si le hubiese caído un balde de agua helada en la cabeza. Pero, a pesar de no querer aceptarlo tuvo que hacerlo. Yo pensé que de alguna manera eso le recordaba a su mujer, era como tener un pequeño pedazo de ella. Entonces, Tetsuro renunció a su trabajo e inició una nueva vida luego de haberse comprado una casa cerca del bosque. Allí llevó a Nowaki a vivir, yo estuve feliz ya que creía que él podría tener una mejor vida al lado de su padre. Nowaki parecía bastante bien con eso, me imagino que sus pensamientos eran los de crear lazos con su padre y formar un vínculo de confianza entre ellos. Yo sin cuestionar antes las acciones de Tetsuro, dejé que Nowaki se quedara a su cargo, ya que mi trabajo y ocupaciones perdidas a causa de la búsqueda se habían acumulado a lo largo de los años. En ese entonces era la encargada de la compañía Kusama, mi hijo ascendería a mi cargo de no ser por aquello. Bueno, Al final cuando fui a despedirme de Nowaki a su nuevo "hogar" lo miré y vi por última vez esa sonrisa animada y tierna de siempre "Tranquilo, todo va a estar bien" fue lo último que dije sin saber qué de esas palabras todo sería lo contrario. Él me devolvió la mirada con una tierna expresión. Se acercó a mí, me abrazó y contuvo su llanto. Me partía el alma si quiera pensar en cómo se sentiría Nowaki realmente. Pero no quedó otra opción, por mi cabeza solo cruzaban ideas de que el amor de Tetsuro renacería ahora por su actual hijo. Quería creer en él, engañarme a mí misma de que sería así. De que nunca le haría daño a la criatura. Sin embargo no pude estar más equivocada. Luego, después del paso del tiempo, cuando ya mi trabajo era menor y mi tiempo más libre. Iba a visitar a Nowaki cuantas veces me fuera posible. Tetsuro no había cambiado mucho, simplemente sus actitudes eran distintas y de cierto modo...un poco intolerables. Aunque, lo que más llamó mi atención, fue la mirada de Nowaki, ya no tenía ese mismo brillo, ni resplandecía de la misma manera. Como si alguna luz dentro de él se hubiese apagado. Incluso llegué a encontrar marcas de moretones y raspaduras en su pequeño cuerpo. Cada vez que insistí en preguntar, él negaba con su cabeza a que fuera algo más allá de algunas caídas mientras jugaba descuidadamente. Yo al no soportar ese gesto de infelicidad cuando lo veía, pensé que mandarlo a una escuela para mantenerlo distraído sería lo mejor. No tardé mucho en inscribirlo a una institución a algunos metros del lugar tomando un autobús. Creía haber logrado que se reanimara, pues después de unas semanas dentro, volvía a sonreír y a mirarme con esos orbes tan azules animadamente, como siempre lo había hecho. Cuando platicaba con él, de su boca salían miles de aventuras y experiencias que logró obtener, pero lo más importante, era un gran amigo que tenía, me contaba que era el único que podía comprenderlo y lo apreciaba mucho. Me sentí tan maravillada tan solo de escucharlo que me imaginé a él siendo un muchacho y un adulto responsable en algún futuro. Todo parecía ser diversiones y risas a mí alrededor y el suyo...cuando aquella desafortunada noticia apareció —.
Heder se levantó de su lugar y caminó a uno de los cajones del mueble. Lo abrió y de allí pudo sacar algo que pretendía ser un viejo periódico. Sus manos temblaban al momento de sostenerlo, mientras sus ojos se posaban detenidamente en el encabezado de la página. Rápidamente y sin querer verlo más, me lo hizo llegar, pasándolo a mis manos. Al tiempo en que visualicé las primeras letras abrí los ojos sin saber exactamente qué expresión poner. "Terrible homicidio, suicidio y desaparición de un niño en el bosque" fue lo que leí. Un nudo se formó en mi garganta y me quedé perplejo, no podía articular ni una sola sílaba.
—No sé cuándo, ni cómo pasó. Yo me había alejado de ellos, viajé a Francia nuevamente, sólo por un tiempo. Jamas creí que algo así sucedería. Dejé a Nowaki con Tetsuro, pensé que ya no les haría falta nada, es decir. ¡Nowaki estaba feliz, volvió a sonreír! Entonces ¡¿Por qué!?...¿Por qué todo se salió de control? — No quedaba nada de calma en el cuerpo de Heder. Cayó al suelo en un brusco movimiento y cubrió su llanto con ambas manos. Yo sin rechistar me levanté de mi asiento y corrí para ayudarla— ¿Está bien? —Pregunté. Fue estupido hacerlo, era lógico que no estaba bien, aun así ella me miro y trató de sonreír —Disculpame...no quería que presenciaras todo este espectáculo —Mencionó poniéndose de pie con mi ayuda— Para finalizar...tan pronto leí ese artículo fui a la casa en el bosque, todo estaba rodeado de cintas, de esas que usan para marcar alguna escena de un crimen y es que no se alejaba mucho de eso. Me importó poco esos detalles y con todo el valor del mundo entré al lugar, lucía muy oscuro... ¡tétrico!, el ambiente no era el mismo que cuando pisé ese suelo la última vez. En la sala yacían un millar de manchas, quizá era sangre derramada, pero, sentí como si una fuerza de otro mundo me llamara con desesperación a la habitación de arriba. No cuestioné mis instintos y subí rápidamente las escaleras. Al estar arriba noté que la puerta se encontraba bloqueada con cinta adhesiva por completo, como pude me las arreglé para deshacerme de ella, retazo por retazo hasta finalizar. No debí haberlo hecho, ¡realmente no debí! Lo único que me esperaba detrás de esa puerta fue un olor putrefacto, una sustancia extraña regada por el piso y muchísimas marcas de rasguños por detrás de la puerta. Estando parada allí no comprendía que había sido lo que pasó en el lugar...sin embargo, después de examinar cada rincón de la habitación me encontré con varias prendas de un tamaño pequeño, estas estaban rodeadas a manera de evidencia, seguro serían revisadas después. No quise ver más, no porque mi curiosidad ya estaba resuelta, sino por el miedo que me daba de descubrir la verdad. Aunque mis pensamientos ya formulaban una idea en mi mente. Salí corriendo por la puerta de la entrada y regresé a casa. Me encerré allí mucho tiempo, días y una semana, así hasta que escuché la noticia en un radio viejo sobre la mesa. Todo aquel desastre había sido resultado de una violación —Su voz sorpresivamente quedó en seco.
—¡ÉL LO VIOLO! ¡Su propio padre lo hizo!...sigo sin poder creerlo. Pero no se quedó allí, no pudo resistir sus ataques de desquicio, mató a todos los presentes en esa casa, por último se suicidó. Se colgó en un gran árbol del jardín. E-es...todo eso fue una locura. Yo no lo sabía...todo fue tan sorpresivo y...no...Yo —No logró continuar con lo que relataba, pues gracias a toda la tensión y desesperación de sus recuerdos, terminó desmayada a mitad de la sala. Con rapidez levanté el cuerpo de Heder, la llevé hasta una de las habitaciones más cercanas y la recosté allí para que descansara. Por suerte no recibió un golpe en la cabeza, o en algún otro lugar para preocuparse. — ¿Qué fue todo eso? ...—Susurré mientras me frotaba las sienes. Con lo que acababa de escuchar ya me sentía fatigado y bastante nervioso. Si realmente aquello había ocurrido con Nowaki, ¿Por qué? ¿Por qué estoy yo involucrado en esto?— ¡Aaah! —Grité liberando un poco de frustración. Preferí irme del lugar, no sin antes haber dejado una nota, agradeciendo por la cooperación de Heder y diciéndole que muy pronto iría a visitarla. Volví a mi vehículo y me senté sobre el asiento soltando un suspiro. Únicamente quería llegar a casa para relajarme, o si es que a ese apartamento podría llamarle así. Sinceramente todo parecía ser buena opción, de cualquier forma no podría huir de Nowaki, por mucho que lo intentara.


Notitas:
Holi, holi. Sé que me he ausentado muchísimo tiempo, no tengo pretextos. Lo sé TuT pero cuando uno entra en la vida de rol, ya nada es igual(?) -tiene cientos de roles-  pero si comencé esta historia, la acabaré  >:0)9 así sea lo último que haga.
Los quiero a todos~
UuU si quieren unirse a un grupo de whatsapp sobre Yaoi :u dejen su numero, solo gente subnormal es aceptada. Okno xd pero si gustan :'v -spam time-
Chaito

I NEED YOUR LOVE(junjou romantica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora