Ocho

La feria

El resto de la semana transcurre de manera normal. He empezado a leer Ramayana y aunque la historia no me apasione siento ansias de terminarla para saber porque a mi chico le ha llamado la atención. Estoy tumbada en mi cama siguiendo cuando mi teléfono vibra de un momento a otro.

Mike: Hola Sarah, te apetece que vayamos a la feria. Necesito verte.

Me ruborizo al ver su mensaje de texto y contesto.

Sarah: Claro, a que hora quieres que vayamos.
Mike: Paso a por ti a las 8.
Sarah: Vale.

Apenas son las cuatro pasadas de la tarde. Me paso el resto de la tarde leyendo hasta que a las siete voy a ducharme. Opto por ponerme un pantalón negro y una camiseta de manga corta de color rosa pastel.
Opto por maquillarme de una manera ligera: aplico rímel a mis pestañas y me echo un poco de colorete. Suena el timbre.
Oigo a mi madre conversar con Mike, se que le gusta. Si ella supiera lo que esconde en su antebrazo cambiaría de opinión. Nunca habla de mi padre y eso me lleva a pensar que debió de ser muy mala con ella. Lo único que se es que mató a veinte personas haciendo uso de su poder en una plaza en pleno día. Después de eso fue condenado a muerte y murió el 25 de mayo del 2000.Según mi madre sus Rasgos cambiaban sus sentimientos y le hacían hacer cosas malas. Por eso temo por Mike. ¿Y si se vuelve malo? ¿Y si es como mi padre? No voy a permitirlo. Voy a cambiar a este chico. A veces pierdo la esperanza, pero algo dentro de mí me hace pensar que voy a poder cambiarlo y que lo voy a hacer feliz. Él también lo cree. La otra noche me contó que en algunas ocasiones le queman tanto que se le vuelven de color blanco pero cuando me separo, vuelven a su color natural. A su oscuridad. La temible oscuridad que este chico lleva dentro.
-¿Puedo pasar?- irrumpe Mike en mi habitación interrumpiendo mis pensamientos.
-Sí, claro...- digo intentando componerme. Pensar tanto me destroza pero no voy a dejar que esto fastidie nuestros planes de hoy.
-¿Nos vamos?- me pregunta.
-Si.- afirmo y me acerco con el objetivo de ahogar mis pensamientos en sus húmedos labios.