Matar o Morrir

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La sangre seguía brotando a borbotones de su frente. No podía ver que era lo que estaba pasando, lo curioso era que sea lo que sea que le estaban haciendo no sentía nada. Se encontraba en un estado de shock. La luz de la lámpara la tenía cegada. La sangre no paraba de salir,ya Jessie no tenía fuerzas. Y se desmayó.

Pasaron más de 2 horas en esa habitación. Que mas bien era una recaramara de un hospital abandonado.

-Demonios dijo aquella Doctora, me a salpicado de sangre.
Limpien este desorden, ya mi trabajo a terminado por ahora. Sólo queda esperar unas horas más.
-¿Doctora aún está viva?
-Claro, en un estado vegetal diría yo (lo dijo de una manera burlona)
-¿Y si no sobrevive a esto como todas nosotras?
-Vaya que haces preguntas, acaso quieres pasar nuevamente por esto querida? No me gustan los interrogatorios, la de las preguntas aquí soy yo.
-Disculpe Doctora.
-Menos plática y más acción, en cuanto despierte me avisan.

La Doctora se marchó de la habitación y dejó aquellas dos mujeres a cargo de limpiar. Estaba Jessie aún inconsciente, parecía estar muerta. Su piel estaba pálida casi como la de un muerto. Se había endurecido, su cabeza estaba vendada, quien sabe lo que le hayan hecho.

No podía hablar, sentía como si le hubieran comido la lengua. Se sentía dormida, aunque intentaba hacer algún intentó para levantarse, pero sus manos aun estaban amarradas a la camilla. No podía gritar,estaba completamente aislada y aunque pudiera hacerlo nadie la escucharía. Por alguna extraña razón tenía mucha hambre. Quería huir, sentía mucha sed. Sus labios estaban secos y decidratados. Sentía un fuerte dolor de cabeza, punzadas y ruidos que latian en sus oídos.

En la habitación no había nada más que obscuridad. Seguía intentando soltarse, pero era muy difícil, mientras más lo intentaba más se lástimaba sus manos. Tenía sangre ya en ellas, el esfuerzo era en vano. Sabia que llorar no era una opción. Tenía que esperar a que esas misteriosas mujeres estuvieran de vuelta y se distrayeran para así ella poder escapar.

Luego de unas horas nuevamente las mujeres llegaron. No hicieron ningún tipo de comentario. Sólo la miraron y le cambiaron las vendas. Jessie estaba inconsciente luego de haber perdido tanta sangre. Le pido agua a una de las mujeres. Una de ellas agaro una jara con agua que se encontraba en una mesita al lado de la camilla.

Se la lanzo encima sin importar la sed que realmente tenía. Jessie estaba empapada, tenía frío...Miedo.

La otra mujer, busco una toalla y la seco. Para ella la actitud de su compañera no era la mejor y por alguna razón sentía algún tipo de empatía hacia Jessie. Así que decidió hablarle.

-Por favor tengo mucha sed. Necesito agua. Tengo frío por favor saque me de aquí.

La mujer no dijo nada. Sólo la miro y le puso la toalla sobre su hombro. Al ver esto su compañera muy enojada salió y dijo.

- ¿Acaso quieres tener problemas con la doctora? Estamos aquí para seguir sus órdenes, no de niñeras. Aya tu si quieres buscarte un lío me largo.

Se fue muy enojada y tiro la puerta.

Su compañera decidió hablar.

-No puedo ayudarte a salir de aquí. Lo siento,no volverás hacer la misma de antes.

-¿Porque dices eso? ¿Que ocurre? Juro por dios que nadie sabrá de esto ni la policía, pero por favor liberame.

-Hay cámaras por todos lados. Mucha seguridad en cada uno de los edificios. Aunque logres soltarte de esta camilla no podrás llegar muy lejos.

- No se que ocurre, que han hecho conmigo.

- Solo te puedo decir que nunca más volverás a ser la misma.

-¡ por un demonio! ¿A que te refieres con todo esto? Díganme de una vez que esta pasando. Son unos malditos dementes. Sueltenme.

Jessie seguía intentando soltarse. Gritaba sin parar, pero de nada servía. La mujer antes de irse le dijo:

-Mi primer nombre era Stella...

Al decir eso se marchó. Jessie se preguntó. ¿A que se refirió con que su primer nombre era Stella? No entiendo nada de lo que está pasando.

Al rato nuevamente llega la doctora con un plato de comida.

- Buenas noches querida. Te he traído la cena.

-No tengo hambre, llévese eso.

-Pero si apenas vez la delicia que te han preparado.

- larguese de aqui maldita loca, sueltenme se lo exijo.

La doctora sonríe de la manera más malévola que existe y le dice.

- ¿No te da curiosidad saber que hay en este plato?

Jessie miro a la doctora. Seguido de esto observo el plato. Si tenía mucha hambre pero no quería decirlo.

La doctora le dejó el palto encima de la mesita en donde estaba la jara vacía. La soltó de la camilla para que pudiera comer.

Jessie por alguna razón sentía ganas de devorar el plato. En lugar de hacer el intento para escapar se dirigió tambaleándose a la mesa. Levanto la tapa del palto y miro lo que esté contenía. De inmediato vio a la doctora y está le dijo.

- Buen provecho querida, es cortesía de la casa...



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