15.- A ti a Quien me Amo

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Takao caminaba junto con Kasamatsu por el sendero, ambos muy juntos y sin dejar de mirar alrededor aunque la vista de Takao alejaba las dudas de un posible peligro, terminaron de adentrarse a la ciudad, estaba vacía.

-¿Por aquí?-Kasamatsu estaba cansada y tenía hambre, pero no le dio importancia-Estamos aun muy lejos

-Lo se Yuki-chan-Takao miró alrededor el castillo de los Midorima se alzaba con orgullo a lo lejos contra el sol de la mañana, torció la boca un poco disgustado-Debemos regresar antes de que la magia termine -

-Takao...-

-No Ren-chan nos necesita-Tomó la mano de su amiga y caminaron hasta el otro extremo de la ciudad, al llegar al limite ya era medio día descansaron y comieron, decidieron dormir lejos de la ciudad, cuando despertaron(concretamente Takao fue despertado por Kasamatsu de golpe) ya era el atardecer, moviéndose con cautela evitaron el camino la flor estaba cerca del palacio: en un acantilado, crecía en el borde y era como una enredadera, sus pétalos blancos eran usados en curación de todo veneno, era fácil de encontrar pero solo crecía allí en Shotoku, a su lado pasaban soldados, así que cuando llegaron a donde crecía era  muy noche.

-Allí-señalo la flor, había muy pocas, con cuidado y vigilando sobre todo en dirección al castillo que era visible a distancia tomaron las pocas que había y un poco de alivio se fundió en su sistema, rápidamente caminaron de regreso, mientras la noche estuviera en su apogeo.

-Lo logramos-Claramente emocionado Takao abrazó a su amiga

-Si-Kasamatsu se dejo aunque frunció el ceño después-Regresemos-asintiendo recorrieron el camino de regreso con Takao al frente, entonces se detuvo jalando a su amiga, se ocultaron, pasaron varios minutos y un carruaje lujoso apareció, en el personas hablaban o discuten más bien; ambos esperaron que el carruaje pasara, al desaparecer volvieron a caminar

-¿Quien sería?-Kasamatsu estaba tratando de dar sentido al las frases escuchadas-Serían de la nobleza-

-Si...-Takao solo contesto eso, caminaron en silencio, entonces al llegar a una distancia cerca del castillo varios guardias aparecieron rodeandoles.

-ALTO!!-varios les apuntaron con sus espadas, alzando las manos en son de paz llamaron la atención de el líder, de casco y ropas finas se acerco

-¿Quienes son?-Su voz era grave

-Soy Kasamatsu Kazunari-hablo el pelinegro y la chica le miró sorprendida y confundida-y ella es mi esposa Kasamatsu Yuki-Dijo con una voz temblorosa

-¿Que hacen aquí?-El soldado suavizo la voz 

-Mi hermana menor comió un fruto venenoso y vinimos por la cura-su relato era defendible, por sus ropas debían deducir que eran humildes-Por favor deben dejarnos ir ella esta grave-suplicó

Kasamatsu casi le cree.

-Bien déjenlos ir-los soldados se formaron y se apartaron 

-Gracias señor-le dio una sonrisa deslumbrante 

-De...-

-TAKAO-SAN!!!-la voz autoritaria se oyó

-Midorima -sama-El hombre retiro su casco, revelando el rostro de un hombre de cabellos castaños y ojos grises, se arrodillo ante el príncipe de Shotoku al igual que el resto menos los pelinegros, el señor de edad no parecía contento ante la presencia del heredero.-¿Que se le ofrece?-

-Por que hay civiles cerca de la morada real?-Su voz fría atravesó a los soldados que agacharon la mirada solo el soldado mayor se mantuvo firme

-No son un peligro-

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