Capitulo siete

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Llegué a mi casa lo más rápido que pude, Bella sigue dormida en mis brazos.

-Oye, oye despierta.- le digo para que despierte por si quiere acostarse.

-¿Ah? ¿Miguel? ¿Vamos a ir a la fiesta?- me pregunta muy directa resfregandose un ojo.

-No lo sé, se nota que tienes mucho sueño.- le digo dejándola en el suelo.

-Tranquilo, con esta siesta pude recomponerme.- dice segura de si misma.

-¿Estas segura?- pregunto recordando lo que acaba de pasar.

-Si.- dice aún más segura que antes.-Pero necesito mi mochila para cambiarme, traje ropa de cambio.

Con que eso tenía en la mochila.

-Toma.- le digo entregándole la mochila.

-Gracias.-me responde sonriendo y a la vez sonrojada.

Salgo de la pieza por unos momentos para que Bella se pueda cambiar, sinceramente no creo que sea buena idea ir a la fiesta.

Bajo las escaleras y voy directo a la cocina, tomo uno de los pocos vasos que tenemos en casa, busco por el refrigerador agua y una vez que lo encuentro me sirvo esperando pacientemente a que Bella baje.

***

Llevo esperando ya una hora, creo que la fiesta ya empezó y Bella no quiere salir del baño, yo ya me preparé, estoy vestido con unos guins azul oscuro, una camisa blanca con rallas y unos zapatos Salomón.

Escucho como alguien baja las escaleras y lo primero que veo es a una chica con un vestido turquesa que le llega hasta las rodillas, tacones altos los cuales se nota que no practico mucho con eso y un suéter para el frío color blanco, si Dios existe, se le olvido un ángel.

-¿Y?¿Que tal me veo?- me dice Bella notando que yo estoy con la boca abierta y viéndola como baboso, ella solo logra reírse.-Creo que bien.- yo río con ella y salimos de mi casa.

***

Vamos caminando por una calle donde al fondo se puede ver claramente una casa de gigante de 3 pisos, ventanas tan grandes que nunca había visto, un patio frontal enorme con un camino para los autos.

Veo que Bella habla por un micrófono y se ríe por mi expresión de asombro que tengo en la cara, una puerta gigante se abre al frente de nosotros, al fondo hay dos hombres casi tan grandes como la puerta principal y al frente de ellos un hombre con un libro encima de un mesón.

-¿N-no estás nerviosa?- pregunto a Bella sintiendo como ella se agarra más fuerte a mi brazo, no puedo dudarlo, yo estoy más nervioso de lo que creí.

-Más de lo que puedes creer.- me responde Bella ya llegando al recepcionista.-Miguel y Bella.- le dice ya estando al frente de él. Es alto con una camisa negra, encima una chaqueta roja, pantalones negros de terno, unos zapatos increíblemente lustrados y una corbata roja.

-Aquí esta señorita Bella... y su acompañante.- dice esto ultimo mirandome con cara de poca cosa.-Pasen, por favor.

Caminamos en dirección a la entrada y uno de los gigantes guardias abre la puerta, siento que me miran como si tuviera un arma.

Lo primero que se puede ver es un candelabro al centro de toda la casa, al lado derecho estaba la mesa principal y al fondo de esta está la cocina, al lado izquierdo la puerta para ir al patio de atrás, se notaba desde la ventana una gran piscina, al fondo de donde estamos está la escalera y al centro de todo esto están todos los invitados, los cuales no son pocos.

La Vida De Un Joven En ApurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora