Cap 5- ¡Venga ya!

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Después de 10 minutos buscando el aula de Matemáticas, estoy a punto de darme por vencida.

Tenía un plano del campus, pero me lo dejé en la habitación.

Aparte de ser testaruda por no ir a buscarlo...

Por suerte, veo el aula al final del pasillo, justo donde estaba antes. He estado dando vueltas todo el rato. Genial.

Me paro en frente de la puerta, respiro hondo y entro.

Espero que el profesor sea agradable.

Al entrar, un pestazo a cerrado y a hombre mayor entra en mis fosas nasales. Sin poder evitarlo toso, me tapo la nariz y hago una mueca.

Después de que las risas cesaran, un señor que parece el profesor me dice:

-Señorita, llega tarde -me dice. Como esperaba, es mayor. Bastante mayor. Bajo, gordo, calvo y como si le hubieran sacado de un cómic, una gran verruga ocupa un lateral de su nariz.

-Perdón, es que me he perdido -digo tímida.

El profesor se queda en silencio para luego asentir y hacerme una señal con la cabeza hacia la clase, supongo que para sentarme.

Encuentro un sitio vacío al lado de una chica. Me dirijo hacia él, pero al intentar sentarme, pone una mano para evitarlo.

-Ocupado -me pone la sonrisa más falsa que he visto en mi vida. Me fijo en sus ojos. Son marrones, no azules como las lentillas que lleva.

Decido pasar por alto esta situación y buscarme otro sitio.

Veo uno asiento vacío y me dirijo hacia él.

Justo cuando el profesor empieza la clase, me doy cuenta del error que acabo de cometer.

Adivino. El rubio está a tu lado.

Sí, subconsciente, es él.

¿Y ahora qué?

No sé, solo es Matemáticas...

Suerte.

Te odio.

-¿Te encuentras bien? -me pregunta. Debe haber visto mi cara horrorizada mirándole.

-¿Qué, ahora te preocupas por mí? -le digo incrédula.

Él está a punto de reírse pero le tapo la boca con mi pequeña mano.

Sonríe bajo ella pero lo deja estar.

Pasados 20 minutos, el profesor dice:

-Tendréis que hacer un trabajo por parejas.

Todo el mundo empieza a levantarse para pedirle a la gente que sea su pareja. Yo, en cambio, me quedo en mi sitio con la vista baja. La gente debe haber hecho mucho ruido, ya que el profesor dice:

-¡Silencio! -de inmediato todos se sientan -Tendré que hacer yo las parejas.

La gente se queja, pero no cede. Tras 10 minutos de juntar gente, mi nombre no ha sido dicho todavía.

-Wendy Brooks con Aiden Hudson -anuncia el profesor.

-¿Quién es Aiden Hudson? -le pregunto al profesor.

-El que está a su lado -replica.

Giro la cabeza como un resorte, rezando para que el rubio se haya ido a otro pupitre.

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