Sentido & Sensibilidad (Lucaya)

1. Último año, primer encuentro.

-Vamos Maya, este es tu último primer día de clases y no puedes dejar que nadie te lo arruine -"Por nadie me refiero a Lucas" pensó mientras se hablaba a sí misma. Este sería el primer año que estaría sola, hablaba con todos pero la única persona cercana que tenía era él.

No tenía miedo a no tener amigos en el colegio, era lo bastante popular como para no preocuparse sobre eso, además de alguna forma se había ganado una reputación de "chica mala" y era respetada por todos.

Además no le molestaba estar sola, siempre tenía algo interesante en lo que pensar (como en lo que estaría haciendo su papá con su nueva familia o cuanto dinero le pagarían a su madre por todas las horas extras) y teniendo a Lucas presente en el colegio sabía que estaría muy ocupada evitándolo como para  mantener una conversación con alguien.

Probó hacerse una trenza en un lado de su cabello pero después de varios intentos fallidos decidió desistir antes de cortar su pelo en un ataque de ira. Se terminó de vestir y antes de salir de su habitación se miró al espejo.

-Muy bien Maya, tu puedes con esto. Vamos - y salió de la habitación.

Dudó un segundo antes de abrir la puerta de su casa ¿Y si lo veía ahí, Y tenía que hablarle? O peor ¿y si lo veía con su nueva novia? Sí, leyeron bien, Lucas no había perdido el tiempo en sus vacaciones de verano y estaba con una nueva chica, aunque seguramente no era nada serio (como todas sus relaciones). Lo supo por su vecina que este año comenzaba a ir al mismo colegio que ella, su nombre era Riley, era muy alegre y muy buena, y por alguna razón estaba muy interesada en ser amiga de ella.

Maya se encontraba absorta en sus pensamientos mientras esperaba el metro. Pensaba en lo que haría al llegar, estaba en el mismo curso que Lucas y antes solían sentarse juntos, Maya en la pared y Lucas en el otro puesto que se encontraba descubierto a las otras personas, -"un buen lugar para mirar chicas"- pensaba Maya. A veces le costaba entender como a ella pudo gustarle un chico así, y enamorarse tan profundamente; negó con la cabeza, sabía que Lucas podía ser un mujeriego y muchas cosas más, pero en él habían muchas cualidades buenas, sólo que no se notaban a simple vista; era muy bueno con todos, aunque no los conociera y defendía a todos los que quería, era mejor persona de lo que parecía pero sobretodo, era un buen amigo.

Pensó en que quizás no fuera tan mala idea saludarlo, quizás podían simplemente volver a lo que eran antes, amigos. Y así se decidió, se tragaría su orgullo y le hablaría.

El metro paró en la estación y por suerte no se encontraba con muchas personas. Maya se acercó a las puertas antes de que estas se abrieran y cuando lo hicieron, antes de entrar, paró abruptamente.

Lucas se encontraba ahí parado, frente a la puerta. Le tomó un momento reconocerla y cuando lo hizo todo su rostro se llenó de tensión.

-Lucas -Salió de la boca de la Maya. Lucas la observó un instante y luego apartó la mirada; se puso sus audífonos e hizo como si no hubiera pasado nada. Maya se quedó perpleja ante tal reacción, jamás pensó que la ignoraría de una manera tan descarada. Las puertas del metro se cerraron y el metro se marchó.



Maya hizo un esfuerzo por contener las lágrimas mientras esperaba el siguiente tren. ¿Cómo podía olvidarse tan rápido de todo? ¿Cómo podía ignorarla? ¿Hacer como si no la conociera? Después de todo ese tiempo siendo amigos, después de haber compartido una relación tan cercana ¿Acaso era tan frágil la amistad que habían mantenido?

Cruzó la puerta de entrada de su colegio y notó como habían muy pocas personas mientras se dirigía al baño de chicas. No había nadie. Dirigió una mirada a los secadores de manos, su sonido era muy fuerte y con la puerta cerrada nadie podría oírla.