Cada día es un infierno. Siento estar rodeada de extraños, que no me entienden en absoluto.
Con mi familia experimento un vacío, pues ellos no me muestran cariño cuando más lo necesito. Cuando mi madre me mira o me habla, percibo que me tiene asco y un poco de repulsión hacia mí. Sin embargo, me siento afortunada porque mi padre ni siquiera me habla o mira. Creo que esto se debe a que ellos no están orgullosos de mi, por el simple hecho de ser yo misma, porque ellos no querían que fuera en la persona que soy ahora. Ellos querían que fuera una persona con talento e ingenio, y yo no soy ese tipo de persona. Todo esto comenzó cuando mi hermano falleció. Él era un chico con talento e ingenio, justo el tipo de persona que mis padres quieren que sea y que nunca seré. Y me preguntaréis ¿cómo sabes que ellos quieren que seas así, si no se lo has preguntado porque apenas has hablado con ellos? Lo puedo deducir, ya que, mis padres son el mismo tipo de persona que mi hermano. Además, la gran mayoría de las veces cuando hablo, o más bien discuto, con mi madre, ella me dice que la aborrezco y que siempre quiero llamar la atención, puesto que eso es lo único que sé hacer.
No obstante, este vacío lo puedo completar.
