esperanza

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Entonces te vi, cuando estaba en plena calle, donde no había nadie más que tú.
Ibas de negro como siempre, tus ojos desprendían preocupación y ansiedad, al principio no me acordaba quien eras, mi vida era un desastre, no sabía nada, pero cuando te vi, me vinieron todos estos cuatro meses de los que no tenía constancia.
Tú eras mi salvación, habíamos pasado cosas impensables, yo era tu Ángel mientras tú eras uno que había renunciado a todos sus sueños llenos de luz, en los cuales te tenias que hundirte en la peor oscuridad. Querías soltarlos, por mí, una siempre humana poseída por los celos. No me daba cuenta que la que nos hacía daño era yo, te había echado de mi lado y tus supremos te encomendaron a la arpía, sabías que no la soportaba y también engañar a los arcángeles mejor que nadie. Una vez me propusiste marcharnos a un lugar en el que nadie nos separaría hasta que los jueces te enviarán al infierno por todo; el camino de terror, por tus sueños; yo me negué porque sabía que podíamos hacer todo lo posible para estar juntos.
Una lucha contra los que querían destruirnos, por las razones que  quisieran, pensábamos que había terminado ya que todos los enemigos desaparecieron, una vez pensamos que había llegado su fin, que podíamos estar juntos y sin correr peligro, hasta que nos dieron el peor golpe.
Tú entregaste tus alas, las que te daban apoyo para estar a salvo a cambio de que me soltarán, pero el demonio que tenía aspecto de Ángel tenía un as en la manga, borrarme la memoria. Mi sentimiento por ti era lo único que podía hacerme volver a mí. Pero tú no querías que recordese, te encontré en un sueño pero te llevaste esa y todas las demás contigo.
Siempre que sabían que tenía alguien que me vigilaba sin verlo, resulta que eras tú, sabíamos que nuestro amor era irremediable, por eso te llevé hacia una trampa, y sabías que lo era, pero no podías estar lejos de mí y yo de ti, no éramos capaces de estar separados. Por eso me giré y nuestras miradas se  encontraron, después de tanto tiempo, tú te quedaste sin moverte, yo corrí hacia ti, me atrapaste al vuelo y me dijiste:
- Ángel ya no tenemos que escapar ni que luchar, somos libres.

Patch Y NoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora