Capítulo 1

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La noticia los golpeó como un balde de agua fría, en especial porque jamás imaginaron que Boomer resultaría un traidor.
El rubio había comenzando a salir con Bubbles, la PPG rubia e inocentona del bando enemigo que poseía cualidades físicas y psicológicas similares a las de su contraparte.
Los rubios siempre se habían llevado bien, eso nunca había sido un secreto para nadie, muy a diferencia de Brick y Butch que no soportaban a las hermanas mayores de Bubbles. Pero llevarse bien no significaba jamás mezclar las cosas como lo había hecho Boomer, lo cual les cabreaba bastante, porque ahora ambos bandos enemigos tenían una brecha de unión que sobrepasaba la simple amistad superficial que antes los menores ya habían impuesto. Ahora, con el derecho de ser "novios" las cosas habían empeorado.
Boomer salia con más frecuencia de casa a perder el tiempo, evitando acompañar a sus hermanos en las fechorías que planeaban. Así mismo Bubbles había desaparecido como heroína, dejando el trabajo pesado a las dos mayores casi al cien por ciento.

La situación parecía completamente irreal.
Y nadie, además de los rubios, apoyaba aquella unión. Ni siquiera Saltadilla, que al verlos juntos repartieron rumores por toda la prensa. Eran, básicamente, la comidilla del pueblo más esperada y nombrada y al par de tórtolos seguía sin importarle en lo absoluto.

-Boomer ¿Hace cuánto que no nos acompañas a robar algo? Tío, sonaré marica, pero extraño a mi estúpido hermano.-Dejó caer un día Butch, buscando llamar la atención del rubio que alternaba la mirada entre él y su móvil.

-Ah, lo siento, Butch.-Respondió con simplicidad, imitando una mueca de incomodidad que claramente reflejaba la transparencia de su sentir. Ninguno de los tres Rowdyruff había tenido novia (una estable y real) jamás y no sonaba descabellado que el menor de los tres no supiera dividir su tiempo en la relación que llevaba y su familia. Tanto Brick como Butch advertían que todo el romance de Boomer se le había escapado de las manos.-Es que ya sabes, se me hace imposible decirle que "no" a Bubbles.

Y era cierto. La chica era demandante y siempre parecía tener algo que atender. Con el tiempo que ambos llevaban juntos, Boomer había aprendido bastante acerca de marcas de ropa y de preparación de comidas, porque el panorama de la rubia siempre se acomodaba a alguno de aquellos dos contextos.

-Pues tendrás que solucionarlo, Boomer.-Intervino Brick sin que nadie le diera el paso para hacerlo; pero estaba bien, era el líder del grupo después de todo.- Te hemos estado prácticamente manteniendo mientras tú haces el tonto con esa PPG, y ciertamente es bastante molesto. Los rumores que se han esparcido de nosotros por culpa de ustedes dos son de lo más absurdos y ya comienzo a hartarme.

El silencio se presentó como una continuación intencionada a las palabras de Brick, básicamente porque ninguno de los otros dos tenía algo que replicar. Por muy brusco que hubiese sonado, Butch estaba de acuerdo y Boomer no era tan estúpido como para no reconocer la postura cómoda y desleal que había adoptado.
Había estado demasiado ausente y antes de que todo se desbordara, debía hacer algo al respecto.

El rubio asintió una vez, aún sin ser capaz de romper el silencio. Brick, con los brazos cruzados, se limitó a fruncir el ceño y voltear, no sin antes dedicarle una mirada despectiva al menor. El pelirrojo no estaba muy seguro de que sus palabras hubieran sido comprendidas, pero no le quedó más remedio que confiar en ello. Al menos estaba Butch también para secundarlo.

-Lo resolveré...-Soltó el rubio, aunque se escuchó despacio y bastante poco convencido, así que no supo si el pelirrojo le escuchó antes de marchar. Butch se volvió hacia Boomer y le regaló un bufido antes seguir la acción de Brick.

-Eso espero.-Correspondió antes de marchar.

La noche cubrió con su manto espeso la ciudad de Saltadilla, dando paso a los dulces sueños de cada uno de sus ingenuos habitantes; al igual que las fechorías de otros que se levantaban de sus escondites. Para cuando el fin de semana llegaba, el extremo sur de la ciudad se llenaba de movimiento, en especial porque era el lugar donde se abrían todos los club's nocturnos, tabernas de tres estrellas y cantinas pobretonas en donde la atracción principal eran las sensuales chicas que bailaban y hacían un par de trabajos especiales para clientes especiales.
Eran los hombres quienes, mayoritariamente, visitaban aquellos lugares. A veces acudían villanos como la Banda Gangrena y las chicas se arremolinaban junto a ellos buscando preferentemente a Ace y a Serpiente, quienes se habían ganado cierta fama de rompecorazones con bastante fundamento. Ah, pero el pequeño Arturo no se quedaba nada atrás. Era pequeño, si, pero los rumores decían que las prostitutas casi pagaban por acostarse con él ¡Vaya contradicción! Alguna vez se había visto también al profesor y padre de las PPG por aquellos lugares, disfrazado de negro y llevando gafas oscuras. El tiempo siendo padre soltero le había pasado la cuenta, al parecer, aunque se esforzaba en pasar inadvertido. Y lo habría hecho de no haber sido por Brick y Butch, quienes por supuesto también asistían a aquellos lugares en busca de diversión.

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⏰ Última actualización: Apr 08, 2016 ⏰

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