¿Miedos?

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El aroma delicado de tía Beth se respiraba en el ambiente, una de sus dulces manos se posaba sobre mí con la buena intención de despertarme y una bonita y agradable sonrisa se dibujó en su cara al verme.

-Buenos días Em.- dijo aun sosteniendo la sonrisa.

-Hola.-dije todo lo amable que pude.

-Es hora de que...-la detuve.

-¿Me levante?-dije poniéndome en pie.- Listo.

Ella sonrió y yo abrí la puerta de la habitación estirándome.

-Tengo abajo el neceser voy por el.- dije bajando los escalones.

-Espera.-dijo bajando detrás apurada.

-No hay ti...

No pude terminar la frase porque no daba crédito a lo que veía.

-¿Qué hace aquí?-miré a mi tía.

-Es lo que intentaba decirte.- dijo en un suspiro.

-¿No te alegras de verme?-dijo él con una sonrisa torcida.

-No sé que haces aquí Josh.

-Ser un caballero.

En ese momento mi tía salía de la sala sin apenas hacer ruido y él la siguió con la mirada asegurándose que lo hacía y volvió su mirada hacia mí de nuevo.

-Y dime noble "caballero", ¿Qué te trae por aquí?

-Podría decirte que vine a verte e incluso ilusionarte, pero soy mejor que eso.-dijo sentándose y retomando la palabra.- Para nada, solo que mi madre insistió en ello.

-Que amable por su parte

-Ella es así, muy cabezona a pesar de todo.-volvió a ponerse en pie.- Tienes tres minutos.- dijo guiñándome un ojo.- Ah, y Willson.

-¿Si?

-En pijama te ves incluso más ridícula si es posible.- dijo saliendo y riendo.

Este chico era extraño y muy cerrado con los demás a pesar de todo lo que podáis pensar, había estado solo dos días con él, uno dentro y otro fuera de la facultad, su carácter, sus gestos e incluso su voz cobraban otro tono y sentido dentro de ese lugar. Sus amigos y él despertaron en mí la curiosidad que creía perdida, su historia tenía algo más. Cada uno a su manera, hicieron que hasta la lógica con más argumentos se derrumbase, no eran lo que parecían, ni querían parecer lo que eran, simplemente querían parecer lo que nunca serían.

Bajé lo más rápido que pude junto a Josh y al abrir la puerta no estaba.

-Oh genial.- dije sarcástica.

Cogí la mochila del suelo donde la había apoyado y terminé mi bocado de manzana, no podía esperar más o llegaría tarde asique eche a andar. Di dos pasos y no más, alguien silbó en ese momento y me gire a mirar, ahí estaba él apoyado en la pared con ambos brazos y piernas cruzados.

-Vaya, vaya, anda que esperas.-dijo alcanzándome.

-Te habías ido...

- ¿Enserio? ¿Tú crees? Juraría que sigo aquí.

-No te había visto.

-Shh...No más argumentos raros.

-Pero...

Ni una frase, ni siquiera una mísera frase lograba terminar cuando hablaba con él, te dejaba sin palabras, tenía ese aire de superioridad sobre los demás que a mi parecer era por lo que no tenía amigos o no caía bien a los demás.

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⏰ Última actualización: Apr 11, 2016 ⏰

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Emily WillsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora