He viajado a todas partes del mundo; China, España, Sudán, Jamaica, India... Tantas que ya no me acuerdo de sus nombres o de como eran. Todas con son muy diferentes entre ellas, la comida, vestimenta, el lenguaje...En algunos de los viajes me quejaba de las pocas comodidades o de la lentitud de los trabajadores de los hoteles, pero, nunca en mi vida, jamás, había estado en un lugar como este, las cloacas eran un paraíso caribeño comparado con la este país.Llevo viviendo esta tortura dos años, ¡¡DOS AÑOS!! No lo entendéis, mi vida era un sueño de princesas, no lo hubiese cambiado por nada, compras, viajes, restaurantes, balnearios... ¿Qué más se puede pedir?
Y os estaréis preguntando que esta haciendo Mía Colucci condenada a vivir y estudiar aqui, simple, estoy loca. O eso es lo que mi padre piensa, por que desde lo que pasó ha cambiado mucho, ya no me mima como antes y ni salimos juntos como antes. Siendo honesta no fue para tanto, sólo una fiesta.
Era mi decimoséptimo cumpleaños. Pues claro que tenía que hacer algo grande, que todo el mundo recordara. Y obviamente todo el mundo lo recuerda. Lo que pasó fue que invite a unas 50 personas a nuestra casa de verano a las afueras de la capital y acabamos siendo unas 130. Parece un número exagerado pero cuando se proclama que hay cerveza gratis... Es lo que pasa. Todo iba genial, hasta que mi mejor amiga, Vanessa se le ocurrió hacer una barbacoa en el porche, en ese momento pareció una buena idea pero cuando todo el porche estaba ardiendo en llamas se acabo la diversión. Fue peligroso por que la gente que estaba dentro de la casa no podía salir y el fuego entraba cada vez más en la casa. Alguna mente privilegiada tubo la genial idea de llamar a los bomberos, no fui yo, yo sólo gritaba como cabra en celo.
Finalmente, nadie acabo herido pero la cara de mi padre cuando vio gran parte de la fachada quemada me lo decía todo. Cuando estaba enfadado siempre me amenazaba con mandarme a vivir con mi madre a Atlanta, pero nunca cumplía sus amenazas. Pero esta vez si que lo hizo, justo dos días después del accidente estaba preparando mis maletas.
No me molesto mucho mudarme a Atlanta aunque fuesen 8 horas de viaje en una de las peores compañías, supuse que eso era parte del castigo. Me interesaba conocer a esa mujer, que no me acuerdo de su nombre, que se supone que tengo que llamar madre.
Desde qué pisé suelo americano pude notar la diferencia de aquí y Italia. En Italia todo era más acogedor, todos nos conocíamos, pero aquí todos parecen odiarte. Se creen superiores, me dan risa.
Mi madre no era para nada adinerada pero tampoco pobre. Era dueña de un restaurante italiano en el centro. Gracioso por que lleva sin pisar Italia 18 años.
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Look at me now
RomanceSon pocas las veces que el amor están fuerte que incluso matarías por esa persona. Mi primer amor fue Camerón Cárter, 18 años, de Illinois. Pero conocí a un chico que me enseño la otra cara de amar, Dwayne James, 19 años, de Suiza. Los dos son p...