Capítulo 3

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| Distracción |

Demián. Si, ese es su nombre. Pero... ¿Como? ¿Como es que se su nombre si no lo conozco, si ni siquiera lo he visto? Bueno, lo he visto, pero solo en... en sueños... Es que, ¡nada de esto tiene sentido! ¿Por qué sueño yo con él? ¿Por...?

—¡Alena!

Sacudió la cabeza, aturdida, tratando de alejar todos esos pensamientos de su mente que no la habían abandonado desde hace ya tres días.

La chica paso frente a ella corriendo, botando el balón y encestó en la canasta. Cuando este volvió a caer en el piso de la cancha el sonido del silbato se hizo presente, indicando que el juego había terminado. Las chicas del equipo contrario gritaron de emoción cuando el arbitro indico que ellas habían sido las ganadoras.

—¿Qué pasa contigo? ¿Por qué no la detuviste? ¡Paso justo frente a ti! —grito la entrenadora del equipo de basketball de Alen, que estaba parada frente a ella.

—Lo siento. Estaba distraída —fue lo único que atino a decir.

—Pues no lo estés. ¿Te has dado cuenta? ¡Hemos perdido!

—Ya. No volverá a la pasar. Descuide.

—Eso espero. Recuerda que eres una parte importante en el equipo Alena —dijo la mujer y se alejo molesta.

Alen bufo y se dirigió a una banca, sentándose allí a esperar a que la multitud saliera, no quería morir al ser asfixiada entre tantos cuerpos. Sam fue junto a ella y poco después se les unió Eitan, quien bajo las gradas saltando. Se había sentado en lo alto de las mismas para ver a Sam y Alen jugar, él siempre trataba de no perderse los partidos de basketball de ambas chicas. Comenzaron a platicar apenas Eitan se hubo sentado. Ella no tenía intención alguna de participar en la platica, miraba las uñas de sus manos como si fueran la cosa más interesante del mundo.

"Alen."

La muchacha levantó su cabeza a la derecha, hacia donde estaban sentados sus amigos. Había creído que Sam o Eitan le habían llamado, pero seguían inmersos en su plática. Parpadeo confundida. Creyó entonces que había imaginado aquello, llevabas días distraída, su mente era solo ocupada por aquel chico de ojos marrones, tratando sin parar de encontrar una explicación a su "relación" con él. Irremediablemente Demián se había convertido en una distracción, en su distracción.
Sus dudas se disiparon cuando volvió a escuchar aquella voz. Su voz.

Dirigió su mirada hacia enfrente, y se encontró con los ojos marrones de él.

Estaba apoyado en el marco izquierdo de la gran puerta de salida del auditorio, viéndola detenidamente. Alen se preguntó como había sido posible que él gritara su nombre, llamándole, y ni Sam o Eitan se hubiesen dado cuenta ni reparado en su presencia. O tal vez, él ni siquiera lo hubiera hecho...

"Demián..."

El nombre del chico solo se formó en su mente, pero aun así ella estaba segura que él le había escuchado. Estaba por levantarse de la banca y acercarsele, había muchas cosas que quería preguntarle... pero justo cuando sus rodillas se flexionaron para impulsarla hacia adelante y ponerse en pie, sintió una mano tirando de la parte interior del codo de su mano derecha. Era Sam.

—¿Entonces? —preguntó, con una gran sonrisa dibujada en su rostro.

—¿Qué?

—Eitan dice que nos invita a comer —el joven asintió igual de sonriente que Sam, tras ella— ¿Vamos?

—Eh... es que... —volteo de nuevo hacia la puerta de salida, buscando a Demián con la mirada, inconscientemente. Pero él ya no estaba allí.

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⏰ Última actualización: Apr 22, 2016 ⏰

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