2.- Hola Seúl.

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Después de mis últimas dos semanas que de por si, siento que fueron tan sólo dos días eh llegado a Seúl, ahora mismo me encuentro en el aeropuerto donde papá se encarga de pedir las maletas mientras que mamá y Sujin toman una selfie de ellas.

No entiendo como a ellas no les preocupa nada, quisiera ser como ellas en ese aspecto.

En el camino a mi supuesta nueva casa me quedé dormido el camino era más largo de lo esperado, estaba situada en un lugar más semejante a un pueblo era grande a como escuche a mi padre decir. Pasaron como unos 30 minutos cuando mi papá estaciono el carro en el patio de una casa enorme, blanca, y hermosa, se me escapó una pequeña sonrisa al darme cuenta que esa casa, era la mía.

Entre corriendo y admirando cada detalle de la gran casa que por un momento se me habia olvidado el dolor melancólico que sentía por mi ciudad natal, cuando todos entraron tenían la misma expresión maravillada que yo, era una casa muy hermosa tení...

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Entre corriendo y admirando cada detalle de la gran casa que por un momento se me habia olvidado el dolor melancólico que sentía por mi ciudad natal, cuando todos entraron tenían la misma expresión maravillada que yo, era una casa muy hermosa tenía que admitirlo. Enseguida pregunté cual sería mi cuarto y mamá me señaló arriba de las escaleras.

-Tu cuarto tiene una puerta azul, la de Seojin una lila. Hasta el fondo del pasillo pasando la puerta lila está la tuya- me dijo sonriendo.

Asenti y tome unas pocas de mis maletas.

Subi las escaleras, al pasar el pasillo sentí una mirada en mí, era extraño siendo que el único que se encontraba en el pasillo era yo, continúe caminando hasta que me encontré con la puerta azul, algo emocionado gire la perilla y me encontré con un cuarto muy iluminado color azul, un escritorio pegado a la puerta, un estante de libros a lado con en medio una televisión, unos sofás y obviamente mi cama.

Me tire sobre ella

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Me tire sobre ella.

- Al menos esta cama es más grande y cómoda que la antigua.

Rodé sobre las sábanas con olor a limpio, papá se había encargado de que la casa quedará lista para ser habitada, levanté la mirada y encontré con unas escaleras color negras, me senté en la cama y me dispuse a subir, por un momento pensé que lo que me iba a encontrar era con un pasaje secreto de la casa o un escondite (como pasaba en las películas), pero lo que realmente me encontré fueron las escaleras que conducen al ático. Me lleve una leve decepción pero luego me pregunté ¿Por que mi habitación tenía el pase al ático?.

En fin, lo único que me encontré ahí arriba fue una cama con sábanas blancas, me recoste sobre ella pero al momento de hacerlo, un pequeño bulto se movió debajo de el cobertor café, me asusté y jale la tela para encontrarme con

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En fin, lo único que me encontré ahí arriba fue una cama con sábanas blancas, me recoste sobre ella pero al momento de hacerlo, un pequeño bulto se movió debajo de el cobertor café, me asusté y jale la tela para encontrarme con... ¿Un pequeño cachorro?... color negro y orejas caídas, suspire y me acerqué a el a acariciarle su pequeña cabeza.

 color negro y orejas caídas, suspire y me acerqué a el a acariciarle su pequeña cabeza

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- ¡¡¡Ash...!!! - grité del susto que me había provocado y suspire pesadamente.

- Por poco haces que salga corriendo - me senté en la cama y comencé a hacerle caricias al can. - ¿De dónde saliste?

Que estúpido. Los perros no hablan Minhyun.

El perro salchicha parecía en buen estado, no parecía como si lo hubieran abandonado, quizá sea un regalo de papá.

Esta bien, puedes quedarte por un rato más en lo que acomodó mis maletas, pero sólo te dejo quedarte por que me agradas un tanto, así que no te hagas ilusiones.

Durante el rato que acomode mi ropa volví a sentir esas extrañas miradas de que alguien me observaba. Y no era sólo ideas mías incluso en el momento en que me metía a bañar sentí como esa "cosa" me vigilaba, aunque el baño sólo esté habitado por mí.

Estaba llegando al punto de pensar que la casa estaba embrujada, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Aleje todos esos pensamientos de mi cabeza y me concentre en esparcir el shampoo en mi cabello.

Narra Aron:

Este día llegaron a mi casa una familia, había oído que el supuesto "propietario" de mi casa la había vendido a una familia y que pronto se mudarían aquí. Lo que no me esperaba es que después de oír eso a los tres días ya estuviera la familia en mi casa, cuando se bajaron de su carro me dediqué a observarlos desde mi cuarto en el ático, a través de una ventana, Mel, mi fiel compañero de aventuras, sólo se dedicaba a masticar su pelota de pinpon, continúe observando y pude percatarme de cierto chico que me llamó la atención, tenía su piel muy blanca, cabello castaño y por lo visto era más alto que yo.

Cuando subió las escaleras me dediqué a examinarlo más tiempo a él que al resto de su familia, obviamente el no pudo verme ya que estaba en mi estado invisible, así es, tengo unos que otros dones, sus ojos eran marrones y sus labios rosados creo que el es mayor que yo.

Su cuarto se encontraba abajo del mío, cuando descubrió a Mel pareció que le había agradado, tanto Mel como a él se habían caído bien.

No tenía esa seguridad para poder presentarme ante él, sentía que podía reaccionar mal y saliera corriendo como lo solían hacer algunas personas, a pesar de ser un fenómeno también tenía sentimientos, ese mismo día me quedé observando desde las escaleras negras, como el chico el cual todavía no sabía su nombre, acomodada su ropa y objetos personales en su recámara, me aburrí de hacer eso y me metí al baño a tirar mi chicle que ya no tenía sabor, cuando estaba por regresar, la puerta se cerró con un chico semi desnudo con una toalla en su cintura.

-Oh ... No, ¿No pensará en... bañarse ahora mismo, cierto? - Tragué seco.

La duda se esfumó a la hora de que estaba por retirar el único pedazo de tela que lo cubría, ahora estaba más que seguro que se iba a bañar.

Antes de que logrará desprenderse de la tela, logre traspasar la puerta, y una vez afuera me recargue sobre ella y me empecé a tranquilizar, toque mis mejillas y estaban algo calientes, me mire en el espejo y ¡Estaba más rojo que la figura de flash que estaba en el tocador!.

Todavía sorprendido por mi reacción ante la escena pasada, subí a mi recámara en silencio y no baje para nada en todo lo que restaba de la tarde, sino hasta el siguiente día.

¿Qué Rayos Eres?  (MinRon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora