Cap I

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Estaba caminando por Snowdin, en dirección a la casa de ciertos esqueletos claro no sin antes de avisarle a Toriel por medio de un mensaje de texto para que no se preocupara, ya que ella no estaba en casa y yo me sentía algo sola.

Soy Frisk, tengo 19 años, soy una humana viviendo con monstruos, todos ellos agradables claro.

Desde el día que caí al subsuelo, me he llevado bien con todos los habitantes, al principio me costó casi la vida (literalmente), pero ahora es diferente, aunque lo curioso de esto es que no recuerdo de dónde vengo o quien era mi familia y amigos. Aunque tengo que admitir que solo llego a tener vagos recuerdos del mundo exterior.

En fin, me dirigí a la casa de Sans y Papyrus, pisando la fría nieve y saludando a todos los que me encontraba.

Después de batallar con las capas nieve por fin llegue y toque la puerta. Espere a que me abrieran, hasta que el menor de los hermanos me abrió.

-¡Howie! ¡Humana, hola! ¿Qué te trae por aquí a la casa del gran Papyrus? -decía el menor de los hermanos.

-Vengo a pasar un rato con ustedes ya que Toriel no está -respondí mientras me quitaba los guantes.

-¡Eso es asombroso! Me siento alagado que hayas pensado en venir aquí y disfrutar mi genial compañía. Adelante pasa, estoy haciendo espagueti, espero tengas hambre. -Mientras me quita el suéter, la bufanda y toma los guantes para ponerlos en un perchero que estaba cerca.

-Sí, gracias Pap.

Entre a la casa seguido de Papyrus y al entrar a sala una figura de un pequeño esqueleto recostado en el sofá se ponía en frente. -¿Que hay niña?- decía Sans en lo que se recorría en el sofá para dejarme un espacio.

-Hola Sans, solo una visita a mis queridos amigos.

-¿Toriel no estaba de nuevo en casa?

-Si.- Me siento en el sofá en el lugar desocupado. -Aparte de que siempre me la paso bien con ustedes.

-Que dulce de tu parte y ya lo sé, soy un hueso duro de olvidar -decía esto con una gran sonrisa y un guiño.

-¡Sans! ¡Nada de tus bromas! Bueno. ¿Tienen hambre? ¿Puedo traerles ya el espagueti? -Se asomaba Papyrus desde la cocina.

-Por mi está bien -dijo Sans.

-Sí, yo también quiero, muero de hambre.

-Bien, ¡traeré el espagueti más delicioso que sus bocas hayan probado! -Papyrus se fue hacia la cocina mientras nos quedábamos Sans y yo solos, veíamos con atención el programa de Mettaton, a decir verdad había mejorado bastante sus programas en todos estos años. He inclusive quien manejaba la música de fondo era Napstablook.

-Hey, niña -llamo mi atención Sans.

-Uhm, dime...

-¿Sabes que Alphys encontró un portal cerca de Snowdin?

-Vaya, ¿saben a dónde se dirige? O ¿qué hace?

-Nah, no me dio mucha información acerca de eso...

-Oh, bueno.

Después de un rato llego Pap con 3 platos para comer, era divertido pasarla con ellos entre chistes, comida, programas y juegos, me la pasaría la vida entera jugando en esa casa con ellos.

El tiempo pasó volando.

Sonó mi celular indicando que me había llegado un mensaje, era Toriel.

"Frisk. Estoy en casa por si quieres regresar,

Pídele a Sans que te acompañe de regreso por favor"

-Toriel

Suspire para mis adentros, a pesar de ya tener 19 años. Toriel me seguía viendo como la pequeña niña que cayo aquel día, Toriel me cuidaba bastante, me movía el corazón el instinto materno que ella tenía.

Le digo a Sans el pedido de Toriel a lo que él acepta, aunque con una sonrisa burlona. Me despido de Pap, me pongo mis guantes y el suéter salimos directo a las ruinas.

El camino fue bastante tranquilo, ninguno de los dos decía nada, solo se escuchaba las pisadas en la nieve.

-Oye Sans.

-¿Qué pasa?

-¿Quieres ir a buscar aquel portal?

-Jo~ No lo sé niña, es un poco tarde y Toriel te espera en casa. ¿Qué te parece si vamos mañana? -Solo asentí y seguimos el camino.

-Sans, te imaginas que sea una salida...

-... ¿A la superficie?

-Sí podrían por fin salir. -Sans se detiene en seco y de igual manera hice lo mismo con una mirada dudosa.

-Creo que la única manera de averiguarlo sería entrar en él, aunque no es muy seguro que nos lleve a la superficie, algunos son inestables e inciertos. Tal vez nos lleve a un lado y jamás regresemos a casa. Aunque tampoco descarto la idea que sea cierta o que esta vez des en el blanco niña.- Me lanza un guiño y sigue caminando.

-Pero, ¿sabes? Quisiera intentarlo -sigo el paso de Sans.

-Tal vez mañana niña, por ahora estoy cansado.

-Está bien.

Seguimos con nuestro camino hacía las ruinas, nos despedimos en la gran puerta de entrada. Entre y camine los grandes pasillos para luego subir las escaleras. Cuando llegue observe a Toriel sentada en el sillón leyendo uno de sus libros favoritos.

-Madre, estoy en casa.

-Hola mi niña, ¿qué tal tú día? ¿Por qué esos ánimos? ¿Te enojaste otra vez con Sans?

-Umh, no mamá, hoy fue un día agotador, solo estoy cansada.

-Bueno, ¿tienes hambre? ¿Te traigo un pedazo de pie de canela con caramelo? Y mientras te lo comes, ¿Por qué no me cuentas más a detalle?

-No, comí con Papyrus. Pero te acepto un té caliente.

Toriel me da el té mientras ella come un pedazo de pie, le conté todo lo que paso en mi día con los hermanos esqueletos. Se hacía tarde, me despedí de Toriel con un abrazo y unas buenas noches para ir directo a mi habitación y por fin descansar, aunque, aun quiero saber sobre el portal, algo en él me llama la atención.

-Mañana en la mañana iré con Alphys para saber más. Sacare a todos del subsuelo aunque sea lo último que haga.

(El querer saber más del portal y ayudar a todos a salir... Te llena de Determinación).

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