Capitulo 3 - Una pequeña sorpresa

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El sonido del teléfono volvió a despertarme. “Todas las mañanas igual, debería de ponerlo en silencio por las noches” pensé. Cogí el teléfono y era Rubén, ya habían pasado dos días desde la discursión y todavía no había hablado con el.

-Si?-dijiste con tu voz de acabar de despertarte

-Te he despertado, verdad?

-Si, pero no pasa nada – los dos nos quedamos en silencio, un silencio un tanto incomodo.

-Emmm, Patry, respecto a lo del otro día… yo… quería pedirte perdón, no debí de haberte hablado así, lo siento mucho, me gustaría verte y explicártelo en persona

-Vente a mi casa si quieres, estoy sola, mis padres trabajan

-Vale, en media hora estoy allí, hasta luego – y colgó.

Estuve 10 minutos mas en la cama con el móvil y cuando me di cuenta de la hora que era me di una ducha rápida y baje a desayunar algo antes de que viniera Rubén, me hice un vaso de leche con una magdalena y me lo comí. Estaba acabándome el último trago de la leche cuando llamaron a la puerta. Mientras dejaba el vaso en el fregadero grite un “Ya voy”. Fui a la puerta y cuando la abrí me encontré con un oso gigante delante de la puerta.

-¿Pero que es esto?

-Un osito gigante, para ti, quería que te llevaras algo a Londres con lo que me recordaras. – dijo una voz detrás del oso.

-Estas loco enano – dije riendo mientras cogía el oso, pero era demasiado grande y casi me caigo.

-Déjame que te ayude, y por cierto, enana tú, que yo al menos puedo coger el oso – dijo mientras me lo cogía, me daba un beso y entraba al salón de mi casa.

Dejó el oso al lado del sofá y nos sentamos. Después de casi una hora hablando ya estaba todo arreglado.

-Tengo una sorpresa para ti.

-¿Otra?

-Si otra, vamos ven.

Había un taxi fuera de casa esperándonos. Montamos, me puso una venda en los ojos para que no viera nada y le susurro algo al oído del taxista, algo que no pude oír. Sentí como el taxi se ponía en marcha, como Rubén se sentaba y me acomodaba con el. Después de un rato siento como el taxi se para. Rubén paga al taxista, luego como se baja y me ayuda a bajarme.

Caminamos un rato y luego Rubén me ayudo a sentarme, se sentó detrás de mí y me quito la venda. Estábamos en un campo, lleno de flores y de árboles, podía oír el sonido de los pájaros y el sonido de la cascada de un río, era tan relajante, me gire, mire a Rubén a los ojos, y me incline hacia el para darle un tierno y dulce beso.  

Comimos un poco, y nos fuimos a bañar al río, no traíamos bikini ni nada, así que nos ropa interior. Después del río, dimos un paseo entre el pequeño bosque que había, todo era perfecto, nos sacamos muchísimas fotos, reímos muchísimo, pero se estaba haciendo tarde según Rubén, así que volvimos donde habíamos estado comiendo, y mientras yo recogía, Rubén llamaba a un taxi para que nos viniera a buscar.

El taxi llego, nos montamos y puso rumbo a mi casa. En el camino Rubén me dijo que me dejaría en casa y que me pasaría a buscar a las nueve y media para llevarme a cenar a un restaurante.

Llegamos a mi casa, me despedí de el, y salí del taxi para entrar en casa. Recogí el oso que seguía en el salón, avise a mis padres de que saldría a cenar con Rubén y me subí a darme una ducha.

Puse el móvil en aleatorio y me metí en la ducha. Después de unas cuantas canciones empezó a sonar Summer Love, y me di cuenta, de que lo mío con Rubén era parecido a un amor de verano, ahora yo me voy y el se queda, nos toca rehacer nuestras vidas, nos va a costar mucho. Deje los pensamientos a un lado y salí de la ducha. Entre en mi habitación, abrí el armario y la misma duda de siempre invadió mi mente ¿Qué me pongo? Después de 10 minutos buscando encontré el vestido perfecto <Imagen a la derecha>  Me maquille lo esencial y deje el pelo suelto.

Dos minutos después de haber acabado llamaron a la puerta, como ya sabía quien era, así que cogí mi bolso donde metí llaves y móvil y bajé. Me despedí de mis padres y salí, en la calle me esperaba Rubén con unos pantalones vaqueros, una camisa blanca y una americana, un look que me recordaba muchísimo a Harry Styles. Deje ese pensamiento a un lado y después de darle un merecido beso nos pusimos a andar hacia el restaurante. Mientras llegábamos hablábamos de tonterías y reíamos tal y como lo hacíamos siempre.

Llegamos a un pequeño restaurante italiano, los que mas me gustaban, y nos sentaron en una mesa con vistas a la calle, era todo muy bonito y muy cuqui. Cenamos muy tranquilos, y al salir, en vez de dirigirnos a mi casa nos dirigíamos dirección a la suya. Llegamos y yo avise a mis padres de que me quedaba a dormir en su casa ya que sus padres no estaban. Vimos una peli, Posdata: Te Quiero, y después subimos a su habitación, nos tumbamos en la cama y nos empezamos a hacer mimos y a besarnos, y entre mimos y besos, me quede dormida recostada en su pecho.

Diferente a los demás/PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora