Cap. 4

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Me pasé la noche en vela, no podía dormir, pensando todo el rato en él, ¿como podía haber entrado en mi cabeza y en mi corazón de esa manera? No me lo podía explicar, me gustaban las chicas, ¿no? Estaba muy confuso, no sabía que hacer. Cerré los ojos, pero nada. Decidí escuchar un rato música así que me puse los cascos y como si nada, cada dos por tres recordaba su pelo, sus grandes ojos y su todo. Por un momento se me paso por la cabeza mi novia, ¿qué sería de ella? Miré por un momento el Skype, ¡17 llamadas perdidas! La llamé, pero no sabía las horas que eran, así que colgué al segundo toque. Tras dos horas pensando y reflexionando, aunque no lo quisiera, lloré, sentía que le necesitaba en ese momento. La noche se me pasó lentísima como si de una tortuga recién nacida llegar a la orilla del mar fuera, hasta que llegaron las siete en punto de la mañana, me convencí a mi mismo que tendría que ir al instituto, por las pocas ganas tenía de ir a ese sitio para ver al que quisiera que fuera el amor de mi vida, pero ¿qué estoy diciendo? Me estaba empezando a preocupar, ya son más de dos veces lo que me ha pasado eso con este chico. Fui finalmente a ese sitio asqueroso, ¿como se llama? A sí, instituto, por mucho que sacara muy buenas notas y en mi lugar me gustase eso, aquí, el instituto es una mierda, sobretodo cuando solo le puedes ver a él en ese sitio. Nos tocaba física y química, en el laboratorio decidí quitarme los miedos y le pasé una notita ya que estaba justamente en la mesa de atrás mía. En ella ponía:

"Llevo varios días sintiendo una atracción hacia ti que no creo que sea normal, posiblemente deje a mi novia ya que no puedo seguir con ella, mis sentimientos van solo hacia ti. No se lo que tu pensarás pero si puedes pasarme esta misma notita con tu mensaje en la parte de atrás, te lo agradecería. Te quiero " 

No sabía lo que iba a hacer pero tras unos cinco minutos una persona me dejó una nota en la mesa, era él, en ese momento fui la persona mas feliz del mundo entero. Lo malo de todo fue que el gilipollas de mi profesor, se acercó a mi mesa, me quitó la nota, y la leyó en alto antes de asegurarse de lo que ponía. Los rumores iban transcurriendo a una velocidad que eso no se podría parar por ninguna circustancia. Hasta que la noticia, tras ser conocida por los mil doscientos alumnos del instituto llegó hasta ella, Alejandra, le conté todo lo sucedido, lo sentí muchísimo por ella, se lo quería decir yo antes de que ella se enterara por las redes sociales pero eso no fue posible. Me bloqueó en Whatsapp, Instagram, Snapchat, Ask.fm... Pero el colmo fue que todavía seguía sin saber su nombre cuando estaba a puntito de concer más sobre él. Al salir de la clase interrumpida por los móviles de los alumnos, de las llamadas de teléfono y de las subidas de fotos, mensajes y comentarios sobre nosotros dos, fui a la mesa del profesor, le dije muchas gracias por haberme arruinado la vida de la manera que lo había hecho. Intenté coger la nota, pero él no me la dejó coger y la tiró a la basura donde se quedaría allí para toda la vida, hasta que fuera triturada por el camión de la basura.

Un heterosexual muy homosexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora