Un heterosexual muy homosexual

Cap.5

Tras ser el hazme reír de todo el instituto, salí corriendo en dirección al hotel donde me hospedaba, me di la vuelta ya que escuchaba unos pasos corriendo detrás de mi, me seguía Diego. Me paré y le dije que no hacía falta que me acompañase, pero una vez dicho eso, sentí en un abrir y cerrar de ojos como sus labios estaban pegados a los míos. La gente que pasaba por los dos lados, nos miraban raro, como si fuéramos distintos, de otro planeta, pero no me importaba, yo seguí besándole al que si pudiese ser el amor de mi vida. Decidí acabar con el apasionante beso así que le agarré de la mano y fuimos durante todo el trayecto de vuelta agarrados sin soltarnos. Una vez en el hotel hablamos de lo que íbamos a hacer, de que iba a ser de nosotros o que si tendríamos que dejar España. Todas las respuestas esas nos las tendriamos que pensar detenidamente y con calma ya que si se hace algo muy deprisa podríamos fastidiar un amor que de momento funciona perfecto. Pasé toda la noche del tirón, sin despertarme ni una sola vez. A las ocho de la mañana recibí un Whatsapp de un desconocido, era Diego, me había dicho que me invitaba a dar una vuelta así que decidimos no ir ninguno de los dos al instituto y en vez de amargarnos, decidimos ir a los sitios más famosos de Madrid. Diego sería mi guía, por cierto, por fin me contó su nombre y su edad, se llama Diego, tiene la misma edad que yo y le encanta la naturaleza, vamos, mi hombre perfecto, tenía todo lo que yo quería. Todo iba bien según lo planeado, hasta que, mi móvil sonó e interrumpió nuestra conversación.

-¿Hola?¿Quién es? 

- Hola cariño, hace mucho que no me llamas, ¿qué tal estas?

-Buenas mamá, estoy perfectamente, el instituto me va muy bien y los compañeros me están tratando genial

- Me alegro mucho mi vida, oye, que iba a decirte.

- Dime

-Me he enterado que Alejandra y tu lo habéis dejado, la pobre está destrozada y no quiere ni comer ni salir a la calle ni nada, podrías animarla hablándola y si surge algo... A lo mejor podéis arreglarlo

- Sabía que al fin y al cabo os lo tendría que contar. Mamá, seguro que no os gustará, pero me quedaré  unos días mas por Madrid

- ¿Y eso, que ha pasado?

- Que me he enamorado

- ¿Como?

-Sí, me he enamorado

- Pero de quién, cómo, cuando, dónde

- Pues se llama Diego, es una persona bellísima y me cuida mucho. Nos conocimos el primer día de instituto y tras varias conversaciones nos gustamos y ahora somos novios mamá. Tenemos pensados muchos planes de futuro así que lo más seguro es que no vuelva por Málaga en el día de vuelta del autobús.

- Pero hijo, ¿estas loco? A ti siempre te han gustado las chicas, es ese entorno de Madrid que no estas acostumbrado y te ha dado un pataflus.

- Tu misma lo has dicho me han gustado, ahora sé que me gusta Diego y quiero vivir con él para el resto de mi vida

- No quiero que digas eso ni en broma, ahora te coges el primer billete de autobús y te vienes corriendo a tu tierra

- Mamá, quiero estar aquí, he encontrado mi sitio idóneo.

- Venga ya te voy a sacar el billete de vuelta

- No gastes dinero a lo tonto, adiós

En ese momento, colgué la llamada y Diego me dio un abrazo que hizo que se me quitaran las penas, es como un osito de peluche, cuando más lo necesitas, lo puedes abrazar cuando quieras, que el estará agradecido. Pateamos toda la capital de Madrid, visitamos todos los monumentos, todos los parques, todos los museos en menos de un día, este chaval merece la pena. Se iba haciendo cada vez más rápido de noche y Diego se tenía que ir así que nos dimos otro beso que me dejo marcado. La gente otra vez mirándonos pero esta vez se empezaban a reír, noté como a Diego le estaba molestando en medio del beso pero yo seguí con él. Fueron treinta segundos de besos preciosos que seguro que se me quedarán marcados en mi memoria. Nos despedimos con un último beso y me fui al hotel. Iba tranquilo y con ganas de verle otra vez. Fue cuando entré en el hotel, le pedí la llave al recepcionista, subí, y en la misma puerta de mi habitación me la encuentro, era ella, no podía ser.