Capítulo 4

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A la noche siguiente Amalia bajó las escaleras con cuidado, se coloco su abrigo, cogio las llaves. Solo quería verle, salió de casa y se dirigió al árbol. Pero no estaba. A la noche siguiente paso lo mismo, así durante meses, largos meses de sufrimiento. Ella iba todas las noches a aquel árbol. Todo había pasado tan rápido que parecía un sueño. Estaba muy triste, lo hacía todo desganada, no quería hacer nada, solo llorar.
"¿Cómo se se distinguen los sueños de la realidad? "Le preguntó Amalia a su madre
"Los sueños no son reales aunque lo parezcan." La contestó. Aunque de eso no estaba segura, sus sueños eran su mejor realidad.

Rozando El Cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora